Capítulo XIV

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Mientras Golinder se adentraba en el templo para traer el Báculo de la Rosa, en medio de aquel incesante estruendo, que constantemente hacia tropezar al grupo debido al espacio tan reducido, nuestros héroes se dirigieron al agujero por el que habían entrado y, ayudados una vez más por las plataformas de Windrake salieron a la superficie, para encontrarse con nada mas y nada menos que los tres Hellhounds.

—¡Ustedes otra vez! —exclamó Ada.

—¿Qué no se cansan de perder? —dijo Ángel.

—Según recuerdo a tí te derrotamos, no tienes derecho a decir eso, gatito
—respondió el líder.

—Y claro que nos cansamos de perder —secundó uno de los hermanos.

—Por eso hemos traído un amigo, se podría decir que es la artillería pesada —remató el tercero.

—¡Sal, Carbonix! —gritaron los Hellhounds al unísono.

Obedeciendo esta orden, y precedido por un estruendoso rugido, de entre la maleza apareció una criatura cuadrupeda de la talla de un rinoceronte, cubierto de pelo color ebano y con una figura que lo asemejaba a la cruza de un oso con un gorila y un perezoso, éste último por las enormes garras que cargaba en sus patas delanteras, hechas de un material que parecía madera.

—Saluden a nuestro amiguito Carbonix —dijo uno de los demonios.

—Según recuerdo, los humanos solían llamarlo Mapinguari —dijo otro de ellos.

—Carbonix, acaba primero con el dragón, el tipo del traje azul es nuestro.

—Para tí, espíritu maligno —los ojos de Windrake brillaban mientras decía estas palabras, luego de cubrirse con su esfera de viento, terminó su frase ya transformado—. Soy Windrake el huracán.

—¡A la carga! —exclamó Ángel liderando al grupo.

De este modo comenzó la batalla. El primero en entrar a la ofensiva fue Carbonix, quien arremetió violentamente contra nuestros héroes, obligándolos a saltar para esquivar la furiosa embestida. Mientras aún estaba en el aire, Shen no perdió tiempo. Con sus veloces movimientos, desenfundó sus dos armas y lanzó una ráfaga de balas contra la criatura; sin embargo, éstas rebotaban contra su piel, rápidamente tuvo que cambiar el foco de su atención, ya que unas fauces caninas estuvieron a punto de atrapar su brazo, por suerte, un golpe de Ángel alejó al demonio a tiempo.

Gracias, muchacho.

—De nada.

En ese momento, otro de los Hellhounds apareció, estando a punto de asestar una mordida en el rostro de Ángel, fue derribado por un Trueno Violeta de Ada.

—¡No dejaré que se queden toda la diversión! —dijo ella.

—Tenga cuidado, Maestra. —dijo Windrake desde atrás, mientras detenía al tercer Hellhound con su cola.

—¡Gracias, Windrake!

—Es mi deber como su...

Las palabras del dragón fueron interrumpidas por una poderosa tacleada de Carbonix, quien se colocó sobre Windrake y lo sometió aplastándolo con sus enormes patas.

—¡Windrake! —exclamó Ada mientras intentaba auxiliar a su amigo.

—¿Vas a algún lado? —le dijo el Hellhound líder apareciendo frente a ella. Él estuvo a punto de morderla, pero la onda azul de Shen lo detuvo.

Ángel, viendo la escena se sacó a otro Hellhound de encima usando su fuerza y dijo para si mismo:

—No puedo creer que haga esto.
¡Rayos Cuchilla!

Angel the Cat: Dioses y MonstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora