Back Story I: Windrake

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Todo comenzó en el primer tiempo.

Luego de la creación de la Tierra, los dioses hicieron surgir la vida. Los primeros en ser creados fuimos las bestias.

Seres de formas tan variadas que uno nunca pararía de contarlas. Todo aquello que Bastet pudiera imaginar, el Báculo de la Rosa lo traía a la vida.

Una de esas bestias fui yo, Windrake.

Y a la par de mí, nació el dueño de uno de los nombres que recordé.

Blackdrake, mi hermano.

¿Tenías un hermano? ¿Por qué no está contigo?

Ahora se lo contaré.

Él y yo siempre fuimos los más unidos. Siempre estabamos y hacíamos todos juntos.

Eran días de felicidad, incluso recuerdo que fue en esos tiempos donde conocí a Mariner. Él se volvió muy amigo, tanto mío como de Black.

Sin embargo, nada dura para siempre, mucho menos las cosas buenas.

Un día, estabamos los tres juntos, viviendo nuestras vidas en paz, cuando de repente, fuimos transportados a una enorme cámara, iluminada por antorchas de fuego azul y sostenida por hileras de enormes columnas.

La Cámara del Sello.

Así es.

Allí, se encontraban los cinco dioses principales. Amon Ra, dios del sol; Osiris, dios de los muertos; Horus, dios del conocimiento; Mahes, dios de la protección y Bastet, diosa de la fertilidad. Cada uno llevaba en mano su objeto sagrado.

Nosotros estabamos sin palabras ante lo que estabamos viendo. Yo tan sólo pude mirar hacia todos lados en busca de pistas, así pude ver que junto a nosotros, en la Cámara del Sello se encontraban otras cuatro bestias.

Una serpiente.

Una araña.

Un lagarto.

Un felino.

¿Felino? ¿Ese es...

Sí, es Phosfore, aquel que acompaña a Dark.

-Bestias -comenzó Amon Ra-. Ustedes han sido traídos aquí para cumplir una misión de vital importancia. Un mal terrible se cierne sobre el mundo y los dioses tememos lo peor; por ello hemos decidido que en caso de que lleguemos a faltar, sean ustedes quienes protejan nuestros objetos sagrados. Las reglas son sencillas. Cuando sus servicios sean necesarios, inmediatamente serán transportados a un recinto sagrado preparado especialmente para ustedes. A partir de ese momento, deberán proteger ese objeto con sus vidas, sin importar lo que suceda, hasta que alguien digno arribe al recinto sagrado y les demuestre su valía. Entonces, le entregarán el derecho a portar su respectivo objeto y los poderes que este guarda, además de servirle como guía, protector, compañero y amigo.

Todos estabamos completamente impactados y, a la vez, nos sentíamos increíblemente honrosos por servir a los dioses.

-Geosaurus. -dijo Mahes mientras se acercaba levitando hasta él-. Con la dureza y tenacidad de una roca, debes proteger mi gema. Recibe el poder de la Tierra inamovible e inquebrantable, Geosaurus el Terremoto.

Mahes tocó la frente de Geosaurus. Él se transformó en una forma mucho más grande, poderosa e imponente. Una armadura llegó junto a su transformación.

-Mariner -dijo Horus repitiendo los movimientos-. Con la cambiante actitud y extensión del océano, deberás proteger la mía. Recibe el poder del agua, tranquila y majestuosa, Mariner el Maremoto.

Así fue como Mariner obtuvo su enorme tamaño y su enorme armadura.

-Firefang. -dijo esta vez Osirirs-
.Con la ira y poder de las llamas, deberás proteger el Báculo de la Cobra. Recibe el poder del fuego, purificador y destructor, Firefang el Calcinador.

La armadura al rojo vivo y el ardiente calor le dieron nacimiento a mi difunto compañero.

-Infernum. El poder del fuego también estará contigo. Protegerás esta cámara a la par que Firefang protegerá mi báculo. Recíbelo, Infernum, el Depredador.

¿Su nombre antes de servir a Dark era Infernum?

Así es, Maestra.

¿Y por qué cambió?

Cuando algo es expuesto a la maldad, suele cambiar.

-Golinder -dijo el mismo Amon Ra-. Con la resiliencia de la naturaleza, deberás proteger el Báculo de la Rosa. Recibe el poder de las plantas creadoras y sanadoras, Golinder el Tejedor.

Lo extraño fue que él sólo cambió de tamaño, mas no de apariencia.

-Windrake y Blackdrake. -dijo finalmente Bastet, acercándose a ambos-. Ustedes fueron traídos mutuamente pues sus poderes y cualidades tienen un alcance casi igual. Deberán decidir quien será el que proteja mi armadura a a partir de ahora.

—Yo me quedaré —dijo Black con gran determinación.

—De ninguna manera, hermano, yo seré quien cargue con esta responsabilidad —le respondí.

Si hubiese sabido lo que implicaba quedarse como guardian, sin duda él estaría aquí ahora.

Ninguno quería que el otro se quedara, así que Bastet tuvo que decidir.

—Reciban los poderes del libre y poderoso viento, Windrake el Huracán y Blackdrake el Tornado.

Ambos fuimos irradiados con ese poder. Era una sensación muy cálida y reconfortante.

Al terminar, yo me había transformado y obtenido mi armadura, pero Black...

No sucedió nada con él.

—¿Qué pasó? —preguntó.

—Me lo temía. Ese «casi» hace que únicamente Windrake sea apto para recibir estos poderes y ser un guardián.

—Lo siento, hermano.

—Descuida, Windrake. No hay problema si sólo tú te puedes quedar.

En ese momento, la Cámara del Sello fue sacudida por algo comparable a un terremoto. El fuego de las antorchas pareció reaccionar, pues se tornó de color rojo.

—Parece que sus servicios serán necesarios antes de lo previsto. Él ya está aquí. —dijo Amon Ra consternado.

—Black, cuídate mucho.

—Estaré bien, Windrake. ¡Haz un buen trabajo!

—En cuanto pueda vendré a buscarte, te lo juro, hermano.

Esa fue la última vez que lo ví en mucho tiempo. Justo al terminar de despedirnos, aparecí en el Templo de la Imaginación. El contenedor de piedra frente a mí contenía la Armadura de Bastet. Se podía sentir como un oscuro poder iba rodeando al mundo poco a poco y, antes de tomar la caja de piedra en mis manos hice una promesa.

—Volveré por tí, Black. No importa lo que pase.

Justo al sujetar la el contenedor, mi cuerpo se petrificó y entré en estado de hibernación, la primera de muchas veces.

Y ¿que pasó con Black? ¿Fuiste a buscarlo cuando despertaste?

Sí, Maestra. A pesar de que quisiera nunca haber visto lo que ví, no me arrepiento.

¿Qué... cosa viste?

Permítame seguir contándole.

Esta historia continuará.

Angel the Cat: Dioses y MonstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora