Angel the Cat: Dioses y Monstruos

Capítulo XV

Después de que nuestros héroes celebraran su victoria, Shen se acercó inesperadamente a Ángel y le dijo:

—Ya lo he considerado. Después de verte en batalla, noté que ésta arde en tu interior como fuego. Con gusto voy a entrenarte.

—¿Enserio? ¡Gracias Shen!, digo, Shen-sensei.

—Chicos —intervino Ada—. ¡Está despertando!

Ángel y Shen se acercaron para comprobar el estado de Windrake, él abrió lentamente los ojos y comenzó a hablar.

—Maestra... Estamos vivos. ¿Qué pasó?

—Muchas cosas. Primero yo te salvé con mi técnica maestra; luego el demonio dijo unas cosas extrañas y tú enloqueciste y empezaste a destruir todo; cuando al fin te calmaste gracias a que Golinder te detuvo, Ángel usó el Báculo de la Rosa y fue épico como desintegró a Carbonix con un solo ataque.

—Y los Hellhounds... ¿Lograron escapar?

—Sí, por desgracia.

—Ángel —dijo Windrake volteando su cabeza hacia nuestro héroe—. Ahora que tienes el báculo, podremos impedir que el Mal Encarnado regrese. ¿Sabes dónde puede estar el Báculo de la Cobra?

—Bien... Ya no estaba cuando maté a Firefang, eso significa que Dark lo tiene desde hace mucho tiempo, entonces...

—¡¿Qué has dicho?! —exclamó Windrake furioso, liberándose de los brazos de Ada para encarar a Ángel—. ¡¿Tú asesinaste a Firefang?!

—Este... Yo no sabía que era una Bestia Guardiana y...

—¡¡¡Te voy a matar!!!

Acto seguido, Windrake se transformó y comenzó a perseguir a Ángel, quien ya había comenzado a correr.

—¡¡¡Te voy a descuartizar!!! ¡¡¡Voy a matarte!!! ¡¡¡Y cuando estés muerto voy a sacar tu alma del inframundo y la volveré a meter en tu cuerpo para matarte otra vez!!!

—¡Yo ni sabía de su existencia! ¡Fue en defensa propia! ¡Soy inocente!

Ellos siguieron corriendo en círculos mientras Ada y Shen observaban la escena divertidos.

—¿Deberíamos detenerlos? —preguntó Ada.

—No, será bueno para comenzar su entrenamiento.

Mientras tanto:

—¡¡¡Ven acá asesino!!! ¡¡¡Como juez que soy te sentencio a pena de muerte!!!

—¡Yo creí que eras guardián! ¡Firefang se había vuelto malo!, ¡incluso se parecía a los
Doce Apóstoles!

Al escuchar esto, Windrake se detuvo repentinamente y comenzó a pensar. Ángel por su parte seguía corriendo, ignorando el hecho de que ya no era perseguido por nadie.

—Maldita sea, si hubieras tenido el Báculo de la Rosa antes... Podríamos haberlo curado.

-—¿Curado? —dijo Ada acercándose.

—Sí Maestra. Si lo que Ángel dice es cierto, Firefang había sido corrompido por los poderes malignos del Báculo de la Cobra, transformándose en un demonio. Es por eso, y por todo lo demás que debemos destruir esa arma.

—Lo siento por lo de Firefang.

—Fue algo inevitable.

—Hay algo que debo preguntar, Windrake —dijo Shen mientras se acercaba sujetando a Ángel para evitar que siguiera corriendo—. Te descontrolaste en el momento exacto en el que el demonio mencionó el nombre Blackdrake, ¿puede saberse quién es?