Capítulo XXXI: La Maldad Despierta

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Lectores! El fin se acerca, literalmente y para ambientar la apocalíptica escena final de este capítulo, el más largo en la historia de esta serie, traigo una melodía digna de escuchar. Espero que la adoren igual que yo!

Como saben, debe reproducirse cuando aparezca el símbolo 🔊. Disfruten!

El brazo-espada de Thalius impactó con fuerza contra el Báculo de la Cobra. El choque de fuerzas tan igualadas y tan poderosas provocó una onda expansiva que hizo cimbrar a toda la Cámara del Sello, e incluso a la esfinge que se levantaba sobre ella.

La anulación de ambas fuerzas producto de su igualdad provocó un rebote hacia atrás, del cual ambos combatientes sacaron partido, usándolo como impulso para girar sobre sí mismos y hacer colisionar un par de golpes.

Dark con su zarpa libre y Thalius con su otra mano cerrada en un deforme puño.

La segunda colisión obligó a Black a formar una burbuja de viento alrededor él y Ángel, para evitar que la onda expansiva los mandara a estrellarse hasta quién sabe donde.

Sorprendentemente, la estructura no cedía.

El segundo rebote hizo parecer que la historia se repetiría, pero, más rápido incluso que el ojo felino o dragoniano, Dark lo aprovechó para soltar un gancho ascendente que proyectó a Thalius cual cohete haciendo que atravesara el techo de la cámara con su cabeza.

Y Dark no era tan paciente como para esperar a que cayera.

Con un salto se impulsó incrementando el tamaño del nuevo agujero para perseguir sin piedad a su rival.

Ángel y Black tardaron en salir del shock que les había provocado el ver a Thalius siendo castigado de semejante forma por el híbrido.

Con la mirada y un gesto de la cabeza, se pusieron de acuerdo para seguirlos, saliendo por el agujero aún dentro del campo de fuerza ventoso.

Mientras tanto.

El cuerpo del demonio, deformado por los golpes seguía ascendiendo hasta que una tremenda demostración de la ley de Hook cortesía de Dark y sus cadenas, que más parecieron resortes en ese momento, lo detuvo en seco, y lo hizo comenzar a caer con igual o más fuerza, para acabar siendo dividido en dos por una patada del poderoso híbrido.

Como si eso no fuera suficiente, una serie de tajos exageradamente veloces lo redujeron a unos simples pedazos que cayeron al suelo salpicando la arena.

El híbrido aterrizó levantando un poco de arena, sin mostrar signos de cansancio.

Mientras que su demoniaco rival soltaba sádicas carcajadas a la par que se reconstruía.

—¡No recuerdo la última vez que me divertí tanto! —exclamó confirmando lo evidente: No había sufrido daño alguno—. ¡Definitivamente saliste a tu padre, Darkie! Aunque bueno... El pobre diablo fue comida para...

La sola mención de su padre de boca de aquel ser dió la pauta para que Dark entrara en un estado de ira relativamente controlado.

Una serpiente gigante de energía roja enguyó al demonio interrumpíendolo, para explotar segundos después.

Relativamente, se debe reiterar.

Aún volando con medio cuerpo destrozado, el demonio seguía riendo.

—¡Pero esa sensibilidad sin dudas es de tu madre!... ¡De sólo recordarla se me hace agua la boca!

Un poco más de agua de furia vertida en el vaso de la paciencia de Dark.

Angel the Cat: Dioses y MonstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora