Teatro mode: On.
Una semana había pasado desde que comenzaron las clases, casi a diario hablaba con las chicas y cada fin de semana hacía una video llamada con mis padres en la biblioteca, Pasaba la mayoría del tiempo ahí, me gustaba leer, pero por lo general era para evitar estar con Kara. Contrarió a lo que pensaba ella parecía decidida a no cooperar por el bien de nuestra convivencia, cuando no se burlaba de mi llamándome "cerebrito" o "ratoncito de biblioteca", se la pasaba queriendo incomodarme, cuando no llevaba a una chica a la habitación para estarse besando hasta que me fuera, se la pasaba paseando por la habitación semi-desnuda, lo que me hacia cuestionarme seriamente si no tendría algún complejo con su cuerpo, aun que siendo sincera, si yo tuviera su cuerpo seguramente no los tendría, esos eran sus pasatiempos favoritos y cuando se aburría solo me ignoraba jugando videojuegos. Había sido una semana algo tormentosa por ese lado, me plantee pedir un cambio de habitación, y estaba segura que casi cualquier chica del internado cambiaria de habitación conmigo, eso amenos es lo que me han llegado a comentar en múltiples ocasiones, pero veía lejos ese día, si algo me definía era mi enorme paciencia, un día ella se aburriría o simplemente se daría por vencida, pero ese día no era hoy.
Me encontraba en literatura, Kath estaba sentada a mi lado, ambas prestábamos atención cuando de la nada una bola de papel golpeo mi cara. Abrí el papel con curiosidad, por lo regular así pasaban notas entre clase, aunque la única persona que podría estar interesada en mandarme notas estaba a mi lado viéndome con curiosidad.
"¿No has tenido suficiente?"
Negué con cansancio, no necesita ni voltear, sabía de quien era el mensaje. Lo arrugué de nuevo y lo metí en mi mochila. Kath me miraba con rostro expectante. -Kara.- Y eso fue suficiente para que entendiera.
-¿No es molesto vivir con ella?- Preguntó Kath.
-Apenas y hablamos, así que realmente no le tomo importancia, solo es una chica berrinchuda que busca sacarme de su habitación.- Le contesté despreocupada, aunque la verdad era algo incomoda la situación, pero no iba a decirle eso a Kath en clase, y mucho menos el porque.
-Es insoportable, se cree la reina del lugar.- Dijo molesta volteando su vista al frente.
-Bueno, técnicamente lo es Katherine.- Un voz se escuchó a mi espalda. No pude evitar girar para ver de quien se trataba, era una chica pelirroja.
-No hablaba contigo, Grace.- Contestó de mala gana Kath.
-Oye tranquila, tigre, que sea amiga de Kara no quiere decir que tenga la culpa que ella te pusiera el cuerno.- Se burló con malicia. Vi a Kath que ahora tenía el rostro rojo, aunque no sabía decir si era de enojo o vergüenza, tal vez una combinación de ambos.
-¿Kath?- Dije preocupada por su reacción.
La vi respirar profundamente, como un reflejo automático. -Estoy bien.- Me contestó. - Y Grace, eso fue hace tiempo, deberías buscarte otra excusa para molestarme.- No se molestó en mirarla, tal vez era una broma recurrente y sabía que lo mejor era ignorarla.
-Bueno, lo haría, pero parece que aun funciona, así que gracias, pero no gracias.- Río levemente.
Quería preguntarle a Kath si era cierto, escuchar su versión de la historia, pero no quería que se molestara o incomodara, así lo dejé ir, si ella en un momento decidía contármelo, entonces estaría feliz de oírla.
-Bien chicas, antes de irse les dejare un proyecto, será sencillo y en parejas, no tres, no cuatro, solo dos, así que no pregunten si se puede de tres.- Se apresuró a decir. -Deben idear un guión teatral, solo la idea, digamos un borrador de 20 paginas como mínimo, el tema es libre y lo quiero en mi escritorio para dentro de dos semanas.- Las chicas empezaron a quejarse. -Es todo, ya pueden irse.- Sentenció.
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Rebelde tentación. (Editando)
Подростковая литератураJade era una chica común, estudiosa y bien portada, pero todo su mundo es puesto de cabeza al ser transferida al Internado para chicas Hill HightSchool, donde se ve obligada a compartir habitación con Kara, la chica más problemática de ahí.