Capitulo XVI.

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 Detención.

Una luz cegadora nos golpeo de frente e instantáneamente di un salto hacía atrás, golpeándome la nuca un estante del reducido cuarto. -Ustedes dos ¿Qué hacen aquí?- La luz se movió permitiendo ver a un de lo guardia al otro lado de la puerta, mantenía una linterna en una de sus manos y en la otra una especie de caja negra tan pequeña como para que cupiera entera en su mano.

Miré a Kara que parecía más entretenida buscando algo en su mochila, supuse que me dejaría sola en esto. Volteé a ver al guardia que aun esperaba una respuesta. -Eh pues...- No sabía que decir, estaba nerviosa y avergonzada, mi mente no estaba muy clara en ese momento, no después de casi besar a Kara.

-Nos colamos.- Contestó Kara con un encogimiento de hombros como si realmente no importara, al parecer había decidido ayudarme después de todo.

El guardia frunció el ceño al oírla hablar así. -Vengan conmigo, la directora querrá hablar con ustedes.- Ordenó el hombre con voz gruesa, parecía molesto por la actitud de Kara.

Kara le mostró el su celular al guardia ahora más confundido.-Si... Dame un segundo.- Inmediatamente después de eso marcó a un numero. Todo estaba silencioso exceptuando el incesante sonido del pie del guardia golpeando el piso impaciente, Kara parecía tranquila, el guardia en cambio parecía cansado de esperarnos. -Hola, si... Mamá...-Empezó a hablar Kara y el guardia la vio con interés, como tratando de averiguar que tramaba. -Veras, estoy en la piscina con...- Alejó el celular y miró al hombre. -¿Cuál es tu nombre?- Le preguntó sin mucho.

El hombre no podía estar más confuso y la escena me parecía graciosa por lo bizarra que era.. -Marcus.- Contestó.

Kara volvió a acercarse el celular y sonrió. -Marcus, el guardia, te pondré en alta voz.- Le informó para luego separarse del celular y sonreírme.

-Hola, Marcus... Soy Daniela Hills, la directora.- Su voz resonó con eco en el lugar, aun así su voz sonaba suave, pero firme. El hombre estaba muy sorprendido, incluso algo pálido, me hizo preguntarme como sería la directora en persona ¿Kara y ella se parecerían? Estaba casi segura de que si, después de todo eran madre e hija. -Tengo entendido que encontraste a mi hija en la piscina a deshora.

El guardia se aclaró la garganta como queriendo darse valor a sí mismo. -Si, señora, a ella y una amiga.- Contestó el hombre con la voz más firme que pudo.

Se escuchó un leve gruñido por parte da la directora y después de una pausa un suspiro de cansancio. -Bien, déjalas ir, ellas tendrán un castigo de dos semanas en detención, todos los días después de clases.-Dijo firme. -¿Entendieron, chicas?- Habló más fuerte.

Kara tenía una expresión de incredulidad. -¡¿Dos semanas?!- Preguntó con exasperación.

-Si, dos semanas, una por estar en la piscina y la otra por no estar en su habitación después del toque de queda.- Kara parecía apunto de responder algo, pero la interrumpí.

Cubrí la boca de Kara logrando amortiguar lo que sea que tenía planeado decir. -Muy bien, señora Hills y disculpe la molestia.- Me disculpé y luego sonó el timbre de colgado.

Kara quitó mis manos de su boca y me miró como si viera a un desquiciado mental. -¿Qué crees que haces?- Me reclamó Kara.

Negué. -Salvándonos de más tiempo en detención, por supuesto.- Respondí como si fuera obvio. Ella guardo su celular.

-Deberían vestirse.- Nos interrumpió el guardia. –Las acompañaré a su dormitorio. –Anunció y salió dela habitación para darnos privacidad, y así como así empecé a sentirme nerviosa.

Rebelde tentación. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora