Me encontraba bajando las escaleras de mi casa con una maleta tras de mi, era la ultima que faltaba. Las ruedas golpeaban ruidosamente los escalones con cada paso hasta que llegué al final de la escalera, dejé la maleta en la entrada frente a la puerta y fui a buscar a mi padre, atravesé la sala hasta el despacho de mi padre. Él se encontraba tras su gran escritorio de madera con la cabeza metida entre los archiveros, seguramente buscando su manuscrito nuevo.
-¿Papá?- Lo llamé y en seguida se escuchó un golpe seco y un quejido. Reí levemente al ver a mi padre sobarse la cabeza con una mueca en el rostro. -¿Estás bien?- Le pregunté con una sonrisa en el rostro, tratando de contener la risa.
-Si, sólo me sorprendiste.- Respondió volviendo a buscar en el cajón. -¿Estas emocionada?
-Eso es poco.- Comenté con alegría. -He trabajado mucho para esto.- Era cierto tenia años tratando de conseguir una beca del internado HillsHightSchool y al fin lo había logrado. -¿Mamá está lista?
-Bueno... ya conoces a tu madre, seguro que esta dentro del auto esperando a que lleguemos.- Se puso de pie por fin con un montón de papeles en la mano. -Así que será mejor no hacerla esperar.
-Aun debo ir a despedirme de Majo y Julie.- Dije con una presión en el pecho. -Cuando le dije a Majo que había sido aceptada estaba molesta.
-Es normal, Jade... Es una de tus mejores amigas, no debe gustarle la idea de dejarte ir sola a un lugar desconocido.- Ahora mi padre estaba frente a mi y me veía con nostalgia.
-Parece que no es la única.- Lo vi con una sonrisa y el simplemente me abrazó.
Una vez me soltó fuimos fuera y me ayudó con mi maleta. Para sorpresa de ambos mamá no estaba en el auto como había bromeado papá, pero no demoró mucho en llegar acompañada de Majo que aun mantenía una expresión molesta y Julie que parecía apunto de llorar. Me acerque a ambas y las abrace fuerte, pronto escuche los sollozos de Julie, mi amiga y vecina de toda la vida, y casi inmediatamente después sentí a Majo corresponder el abrazo con aun más fuerza, lo que me hizo sonreír, así era ella, muy dura por fuera, pero una gran persona, aun recuerdo lo raro y difícil que fue nuestro comienzo. Majo tenía muchos problemas y no se llevaba muy bien con Julie, aun que esas cosas ya quedaron atrás. Me separé de ellas con dificultas, sentía mis ojos picar y un gran nudo en la garganta, era difícil dejar ir todo, mis amigas, mis padres, mi hogar e incluso mi ciudad.
-Las extrañaré.- Les dije con la voz medio rota.
-Y nosotras a ti.- Contestó Julie con una media sonrisa.
-No peleen mucho.- Les advertí.
-No prometo nada.- Contestó Majo con una sonrisa. -Llámanos seguido.
-Es hora de irnos, cariño.- Me dijo mi madre mientras ponía una mano sobre mi hombro.
Las abrace por ultima vez y subí a la parte trasera del auto, mi padre estaba en el acierto de copiloto y apenas mi madre arrancó el auto él se puso a la tarea de encontrar una estación de radio agradable, aunque al final siempre terminaba seleccionando la misma. La ciudad quedaba más o menos a 3 horas de distancia, estaba relativamente cerca, pero mis ansias no me dejaban estar quieta, mi padre se dedicó a revisar su manuscrito, mientras mi madre tarareaba levemente a Bruno Mars. Cansada de ver por la ventana saque un libro de mi mochila, traté de concentrarme, pero me era imposible, no podía dejar de pensar en la escuela, siempre había querido ir ahí, pero era... relativamente cara, así que nunca había tenido la oportunidad, hasta que apliqué para las pocas becas que brindaban y quedé seleccionada. El día que recibí el correo sentí lo que debe ser el sentimiento más cercado del que sentiría si recibiera una carta de aceptación de Hogwarts, bueno... tal vez no tan similar.
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Rebelde tentación. (Editando)
Ficção AdolescenteJade era una chica común, estudiosa y bien portada, pero todo su mundo es puesto de cabeza al ser transferida al Internado para chicas Hill HightSchool, donde se ve obligada a compartir habitación con Kara, la chica más problemática de ahí.