Rebelde tentación. (Editando)

Capitulo III.

Audiciones.

Gracias a que Kath, terminamos mucho antes de lo esperado la obra, todos los planes se habían adelantado, así fue como para ese fin de semana iniciaron las audiciones, que por alguna razón la profesora Lobato decidió iniciar con los papeles secundarios y dejar los protagónicos para el final. Me desperté el sábado por la mañana con el estomago echo un nudo por los nervios, incluso pensé en no audicionar, pero después de ducharme y un desayuno lleno de apoyo por parte de las chicas me sentía más confiada.

-La profesora dijo que los protagonistas audicionarán en parejas según se inscribieron a la lista.- Comento Kath. Ella había estado ayudando a la profesora con las audiciones.

-Entonces tal vez sea de las ultimas en audicionar.- Me sentí más relajada.

Las audiciones iniciaban a medio día, así que pase la mañana repasando mis líneas con ayuda de las chicas, el tiempo voló tan rápido que se sintió como un parpadeo, cuando menos pensé era hora de ir al teatro. Había una gran cantidad de chicas esperando su turno y justo como me dijo Kath las llamaban en pares, solo esperaba poder tener una buena química con la chica que me tocara pasar.

-Jane y April, por favor pasen.- Llamó a otra pareja, mientras tanto repasaba mi guión cuando una voz me interrumpió.

-Pero que sorpresa, la chica genio audicionando para la obra.- Escuché a mis espaldas, pero estaba segura de quien era.

-¿Y tu que haces aquí Kara?- Pregunté mientras me giraba, tal vez solo venía a burlarse de las chicas que audicionaban.

-Solo vengo a ver, claro.- Se encogió de hombros como si no tuviera importancia. Me relaje, lo ultimo que necesitaba era a Kara merodeando por aquí, pero me alegro que su única intención fuera ver ya que eso era fácil de arreglar.

-Es una audición privada, no puedes estar aquí amenos que vayas a audicionar.- Me crucé de brazos, tal vez su madre era la dueña de la escuela, pero eso no le daba privilegios.

-Yo puedo estar donde yo quiera.- Dijo con simpleza como si leyera mis pensamientos. -Aun que por desgracia mi madre me esta obligando a participar, necesito puntos en la clase de literatura y la obra me los dará.- Puso los ojos en blanco. -En fin...

-Para eso primero debes entrar en la obra.- Le recordé.

-Lo sé, cerebrito, pero ese no es problema.- Sonrió y se dio media vuelta para irse. Las chicas que estaban audicionando bajaron y llamaron a otra pareja, ya quedábamos pocas chicas y pronto temí que se repitiera lo del trabajo de historia.

-Jade McWiber...- Me llamaron, comencé a ir mientras rezaba internamente. - Y ¿Kara Hills?- Terminó confundida la profesora, al parecer ella tampoco lo creía, pero nadie estaba más sorprendida que yo, excepto tal vez Kath. Kara salió a escena con una sonrisa burlona y se puso de pie a mi lado. La profesora se rascó la cabeza con desesperación y dando una larga respiración nos dio la señal de que empezáramos.

La luz cambió y me tocaba empezar a mi. -¡Eres un idiota, Zacarías!- Grité y la empuje.

Kara se tambaleó un poco con el rostro afligido, justo como debía estar su personaje. -Yo en verdad lo siento.- Avanzó hacía mi de forma pausada, como midiendo sus movimientos.

Yo me alejé. -No me toques.- Lágrimas empezaban a caer por mi rostro. Había estado practicando mucho para poder lograrlo, al final logré conseguirlo al recordar como me había sentido cuando miré a mi ex novio con otra chica.

-No puedes pedirme eso, Peige.- Me tomó con una mano por la cintura y con la otra mi barbilla haciéndome que la viera, sus ojos grises se veían obscuros, casi negros, como si la vida se hubiera ido de ellos. -Mi Paige... Realmente lo siento, estaba ebrio y molesto...- Su voz sonaba entrecortada y rasposa. -Soy un verdadero estúpido...- Puso su frente en la mía, unos mechones plateados de su cabello rozaban mi mejillas y me sentí totalmente helada ¿Cómo alguien como ella podía actuar así? No parecía ser su primera vez y tampoco parecía estar siendo obligada.