Capitulo VII.

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Hora del juego.

(Kara Hills.)

Apenas llegué al campo empecé a calentar, mis compañeras ya estaban ahí y se relajaron al verme llegar, después de todo yo era la capitana del equipo, las saludé con un movimiento de cabeza y ellas sonrieron, volteé a ver al equipo contrarío y noté que algunas de las jugadoras eran enormes, lo que me preocupó un poco.

-¿Por qué llegaste tarde?- Me preguntó una de las chicas.

Le sonreí. –Lo siento el cambio de vestuario duro un poco más de lo que imaginé.- Me disculpé aun que era mentira, Kath me había interceptado a la salida del ensayo para advertirme que no me acercara a McWiber, pero lo único que hizo fue despertar más mi interés.

Miré a las gradas buscándola, Kath había mencionado que vendría con Megara. Meg era una chica que me agradaba, no la conocía personalmente, pero cualquier persona que apoye al equipo me agrada al instante, no puedo evitarlo. Kath solo había venido una ves durante el tiempo que estuvimos saliendo y lo odió, así que no la obligué a venir más, claro que no mucho después de eso terminamos, pero eso fue por otras razones. Encontré a McWiber en la primera fila al lado de Megara, parecían estar conversando sobre algo importante ya que McWiber miraba a Megara con mucha atención, y a juzgar por la cara de McWiber, Megara podría estar enseñándole a hablar chino porque la chica parecía no entender absolutamente nada.

-¡Hills!- Me llamó la atención el entrenador, ya casi era momento de iniciar el partido. Terminé de calentar y fui con el equipo, acordamos la primera estrategia y cuando sonó el silbato fuimos a nuestras posiciones.

Faltaba poco para terminar el partido, nuestro equipo ganaba por una considerable ventaja. Se acaba de anotar, así fuimos a nuestras posiciones, el balón era nuestro, el partido empezó de nuevo y el tiempo empezó a avanzar, corrí esquivando a quien se me atravesara, cuando estaba en posición volteé atrás, justo a tiempo para ver a mi compañera darme el pase, tomé el balón, lo apreté contra mi pecho y corrí, estaba por anotar, pero por alguna razón volteé a las gradas, miré a McWiber que tenía la vista fija en mi. Lo último que supe fue que estaba por anotar y después estaba en el suelo con quien sabe cuantas chicas sobre mi, estaba aturdida, mis costillas dolían y un liquido caliente se extendía por mi ojo izquierdo, las chicas se quitaron y una de mis compañías me tendió la mano, la tomé y me puse de pié, una chica me tomó del hombro llamando mi atención.

La chica del equipo contrarió me sonrío medio apenada. -Oye lo siento, creo que me excedí.- Parecía ser el camión que me arroyo.

Negué con la cabeza causando que me mareara un poco. -Tranquila, es sólo un juego, no pasa nada.- Trate de sonreír. -Sólo me tomaste por sorpresa, nunca me habían tirado.

Ella parecía sorprendida. -¿Eres novata?- Preguntó.

Volví a negar. -No, sólo no me habían podido alcanzar.- Me encogí de hombros. -Supongo que no querían arruinar esta belleza... O soy demasiado buena.

La chica sonrío. -O ambas.- Me guiño el ojo.

Un segundo después tenía a un paramédico a mi lado y estaba revisándome, al parecer además de la cortada en mi ceja no tenía de porque preocuparme, solo que mis costillas estaban dolidas y que tuviera cuidado. Asentí y me puse de pié para ponerme en mi posición, pero el entrenador me detuvo por el hombro.

Ya sabía que venía. -¿Qué pasa?- Dije molesta.

El entrenador me miró con seriedad. -Ya no entraras, te sustituirá Thomson, así que siéntate.- Ordenó algo molesto por mi tono de voz.

Rebelde tentación. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora