Capitulo XV.

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Piscina.

(Jade McWiber.)

Íbamos de camino a la piscina y todas estaban en silencio, empezaba a creer que traer a Kara había sido una mala idea, pero quería que las chicas vieran que Kara no era la chica que ellas pensaban, la chica que todo el mundo pensaba conocer, en especial Kath, sabía que las cosas entre ellas terminaron muy mal, pero debían solucionarse, Kara me gusta y no sabía lo que ella sentía por mi, pero a veces se sentía como si ella sintiera lo mismo, por eso quería que por lo menos tuvieran una relación cordial, ambas me importan.

Llegamos a la piscina y todas nos fuimos a cambiar para cuando yo regresé ya todas estaban listas, Meg, Kath y Circe estaban en el agua, Kara estaba sentada en la orilla, ella miraba el agua, tenía el cabello suelto que le llegaba media espalda, se veía hermosa.

-Oh dios.- Escuché y volteé en esa dirección. Era Kath, tenía la boca abierta por la sorpresa.

La miré extrañada por su comportamiento. -¿Qué ocurre?- Pregunté desconcertada.

Pronto tuve a todas las chicas viéndome atentamente como si nunca me hubieran visto antes. -¿Donde escondidas todo eso?- Exclamó Meg. -Cielos, chica...

-Yo...- Balbuceé, seguía sin entender a que se referían, miré a todas y tenían casi la misma expresión, excepto Kara que cuando la vi cambió su cara a seriedad pura, veía a Kath con una expresión de desagrado y Kath no se daba cuenta ya que ella me veía a mi. ¿Qué rayos pasa?

-¿Qué miras, Katherine? ¿Acaso ella te gusta?- Le preguntó Kara con una sonrisa burlona.

Por fin Kath dejó de verme, lo que agradecí eternamente ya que empezaba a sentirme incomoda. -¿Y a ti?- Contraatacó Kath.

Kara me miró y sonrió. –No...- Contestó con simpleza. -Pero ella ha sido buena conmigo...- Volvió a ver a Kath. -Y tu me odias, así que... Creo que eso nos pone en un aprieto... Digo... Si es que a ella le gustas. Porque según recuerdo... Eres hetero ¿Cierto, McWiber?- Volvimos al "McWiber".

Mi corazón se aceleró y todas me veían, Kath me veía nerviosa, Circe curiosa, Meg divertida con la situación y Kara se veía mortalmente seria como esperando a que contestara de una vez por todas.

-Eh...- No sabía que decir. Volteé a ver a Meg y ella me hizo señas de que no sabía nada.

-Vamos chicas, estamos aquí para divertirnos, no para hacer preguntas incomodas.- Intervino Meg. –Jade, ven aquí, el agua esta agradable.- Me invitó palmeando el agua haciendo que salpicará un poco.

Después de eso pasamos un rato agradable, la tensión se relajó y todas hablamos tranquilamente, bueno excepto Kara que sólo seguía en la orilla mirando el agua, ella parecía meditar algo, eso me pareció raro así que me acerqué. -¿Pasa algo?- Pregunté ya estando cerca mientras me recargaba con mis codos en sus rodillas. Ella se veía preciosa, llevaba puesto un traje de dos piezas negro que contrastaba con su piel pálida, su cabello plateado caía por sus hombros y sus ojos grises se veían obscuros, como si hubiera una tormenta en ellos.

Parpadeó varias veces como despertando de un sueño y me miró fijo. -No, estoy bien.- Contestó y fingió una sonrisa.

La miré a los ojos, sabía que mentía. -¿Por qué no entras? Seguro que tu pie estará bien.- Traté de animarla. -Es raro que estés aquí sola y nosotras haya, me hace sentir como si te hubiera abandonado y no me gusta eso.- Le dije mientras hacía un puchero.

Ella sonrió esta vez de verdad. -Bien, voy a entrar, pero no porque tu me lo digas.- Aclaró. Me separé de ella para darle espacio, se dio vuelta sobre su cuerpo y entró al agua. Se hundió por completo para luego pararse y dejar fuera gran parte de su cuerpo, al ser más alta que la mayoría de chicas e incluso algunos chicos, la altura del agua le llegaba justo debajo del pecho, y desde donde estaba parada mi rostro quedaba justo frente a ellos, tuve que reprenderme a mi misma por verla de aquella forma.

Rebelde tentación. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora