A través de la ventana [RESUBIENDO]

UNO

¡AVISO!

ESTA HISTORIA NO TIENE NADA QUE VER CON UNA DE LAS HISTORIAS DE LA TRILOGÍA DE HERMANOS HIDALGO, EN LO ÚNICO QUE SE PARECEN MÁS O MENOS ES EN EL TÍTULO, PERO SU CONTENIDO NO TIENE NADA QUE VER. SI VES QUE A MEDIDA QUE AVANZA LA HISTORIA HAYA ALGUNA ESCENA PARECIDA DEL ANIME "Kaichou wa Maid-sama! " HA SIDO MERA COINCIDENCIA, YA QUE NO TENÍA NI IDEA DE LA EXISTENCIA DE ESE ANIME Y POR LOS COMENTARIOS ME HABÉIS OBLIGADO A VER EL ANIME ENTERO Y DARME CUENTA QUE EN CIERTAS COSAS SI SE PARECE, PERO, REPITO, HA SIDO MERA COINCIDENCIA.

Y sin más dilaciones, os dejo con el comienzo de la historia.

—Éneon, no deberíamos de hacer esto— le susurré al oído mientras me besaba por el cuello.

—Claro que si— me contestó sonriente.
—Éneon, tengo miedo... — confesé como una idiota.

Paró de besarme y me miró fijamente a los ojos.

—Steny, siempre he estado esperando este momento— me cogió del mentón y me dio un beso tierno para después tumbarme en la cama.

Suspiré y correspondí cada uno de sus besos...

—¿Otra vez leyendo libros de mayores? — me interrumpió la lectura, lo que hizo que gruñera acto reflejo.
—Métete en tus asuntos— le dije lo más borde que pude mientras cerraba el libro de un golpe cuando le coloqué el separador de páginas.
—¡Venga, Amy!— se quejó mi hermano mientras se echaba el pelo hacia atrás— no hace falta que seas así de borde conmigo— se apoyó en el marco de la puerta.
—Vete— fue lo único que le dije.
—Cochina— contestó dándose la vuelta.

Cerré los ojos con fuerza haciendo que finalmente explotase.

—¡SI MAMÁ ESTUVIESE AQUÍ, YA TE HUBIESE CASTIGADO POR LAS REVISTAS PORNO QUE HAY BAJO TU CAMA! — le contraataqué.

Vi de reojo que se paró de golpe.

—¿¡Cómo sabes tú eso!? — se giró impactado.
—Tus amiguitos y tú, estáis huecos cuando habláis— me levanté de la cama para hacerle frente.

Se rió.

—Bueno, ¿y qué hay de malo? — le restó importancia— soy adolescente— se encogió de hombros.
—Lo mismo te digo— lo fulminé con la mirada.

—Sigues siendo una enana— se volvió a reír y me sacó la lengua.

Cerré los ojos con fuerza, aguantando mis ganas de tirarle el diccionario que había sobre mi escritorio.

Llamaron al timbre.

—¡No jodas! — le miré asustada— ¿¡hoy también vienen!?.
—Tranquila— se dirigió a las escaleras— es Ferlu.

Me senté sobre la cama y me masajeé la sien para intentar relajarme.

<<Ferlu...>> pensé.

¡¡HOLA!!!

¿Listos para una nueva historia?
¡Aquí la tenéis!

¡DADLE MUCHO AMOR Y DISFRUTADLA!

ATT: Mali