CINCUENTA Y OCHO

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Zael.

Llamé a la ventana y ella al verme la abrió al instante dejándome paso.

-¿Por qué no entras ya por la puerta como las personas normales?- me dijo entre risas.
-Es ya la costumbre- me encogí de hombros y me tumbé sobre ella para darle un beso apasionado en los labios.
-Estas loco- dijo mientras sonreía y me volvía a besar.
-Es mejor que entrar por la puerta, así no me cruzo con mi amable cuñado, el que tanto me quiere- bromeé.
-No te pases Zael- dijo quitándome la camiseta.
-A sus órdenes- la ayudé a quitarme la camiseta y le mordisqueé el cuello dejándole después un beso dónde le había mordido.
-Joder Zael, no te demores- me dijo impaciente y entre dientes.

Sonreí, me ponía demasiado burro cuando se ponía de aquella manera.

Me bajé directamente a su zona íntima y comencé a jugar con su clítoris mientras le introducía dos dedos en su interior y hacía pequeños circulitos dentro de ella.

Noté sus manos agarrarme de la cabeza y apretarme más contra ella mientras se mordía el labio arqueando la espalda, necesitando más de mí.

Soltaba pequeños gemidos los cuales me hacían volverme loco, pero más me sorprendió cuando me apartó de golpe y tomó las riendas del control colocándose sobre mi mientras masabeajaba de arriba abajo a mi amigo.

Abrí los ojos de la sorpresa.

-No quiero acabar tan rápido- hizo un puchero y se agachó un poco para después notar su lengua acariciar mi miembro de abajo arriba e introducirlo suavemente dentro de su boca.

No pude evitar gruñir de la satisfacción y agarrarle de la cabeza para poder tomar el control de nuevo, pero ella paró de hacerlo cuando la estaba empujando más contra mí.

Se sentó a orcajadas encima de mi y se mordió el labio cuando la introdució dentro de ella mientras se tocaba un pecho.

-Joder- gimió y después se tumbó sobre mí y comenzó a mover el culo arriba y abajo, mis manos no se quisieron contener y le agarré de ambos glúteos dándole un azote el cual hizo que se le cerrase los ojos con fuerza y fuese más rápido.

Estaba a punto de llegar al clímax y la coloqué debajo de mí para poder llevar el control ya que no podía aguantarlo más, la penetré con fuerza haciendo que gimiese más fuerte de lo normal, cosa que me puso como una moto y no sé de dónde saqué aquella velocidad, pero ni flash lo hubiese hecho más rápido que yo. Noté que ella ya había terminado ya que su interior escurría más de lo normal, pero yo aún no.

-Joder Amy- dije entre dientes enterrando mi cabeza a un lado de su cuello.

Ella me agarró con más fuerza de la espalda llegando a hincar sus uñas y finalmente exploté en su interior de la satisfacción y caí sobre ella exahusto.

Nuestras respiraciones estaban demasiado agitadas, una vez que me calmé me tumbé a su lado quitándome la sudor de la frente y vi que ella se levantó para colocarse sobre mi.

-Esta noche salgo con mis amigos- me dijo con una sonrisa.
-Eso quiere decir que no podré acompañarte ¿no?- le quité un mechón de pelo de la cara y se lo coloqué tras la oreja.

Ella asintió y yo suspiré.

-Sabes que no va a pasar nada- me besó la nariz.
-Ya...- le besé los labios- pero aún así sabes que me preocupa- volví a suspirar.
-Voy a estar bien acompañada Zael- se levantó mientras se colocaba la sábana fina a su cuerpo.
-Lo sé- sonreí.
-Voy a ducharme- me dio un casto beso en los labios y se fue corriendo hacia la ducha.

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-Me voy Zuro- dijo Amy cuando estaba en la puerta colocándose el abrigo.
-¿A dónde?- preguntó saliendo de la cocina.
-Voy a casa de Tony y Didi a cenar, después nos iremos de fiesta- le dio un beso en la mejilla.

A través de la ventana [RESUBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora