CUARENTA Y SEIS

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Zael.

El coche se quedó en completo silencio cuando arrancamos, Nami puso la radio para que no estuviera todo tan silencioso, pues conociéndola, sabía perfectamente que el silencio no le gustaba. Marla y Vilma cogieron sus móviles y comenzaron a teclear, por lo que supuse que estarían hablando por Whatsapp, de vez en cuando se les dibujaban una sonrisa en los labios y otras veces se reían por lo bajo entre ellas.

Respiré hondo aburrido, la música de la radio no aportaba nada, así que decidí ponerme los cascos y escuchar mi propia música, apoyé mi cabeza en la ventanilla del coche y miré por el retrovisor el coche de atrás, donde estaban los demás. Se les veían más animados, con más vida, incluso vi a Amy un par de veces reírse a carcajadas.

Sonreí al verla de esa manera, se la veía como un ángel... dios, Zael, ¿qué te pasa con esta chica?

Me quedé dormido finalmente, ya que por la noche no dormí nada por los nervios, lo cual me parecía raro, porque más de una vez me he ido de vacaciones allí, pero, está vez era distinto, está vez no iba sólo con mi hermana, iba con más gente, venía Amy con nosotros...

¿QUÉ ME ESTÁ PASANDO?

Noté que me zarandeaban por el hombro y me desperté de golpe haciendo que los cascos se cayeran por si solos.

—Si que te has quedado dormido— dijo Nami entre risas.

Noté que el arco de la boca lo tenía seco, por lo que supuse que se me había caído la baba mientras dormía.

—Acabo de recordar una cosa— siguió hablando mientras que me incorporaba en el asiento y me frotaba los ojos— ¿te acuerdas de la estructura de la casa?— alzó una ceja mientras miraba a la carretera.

Me quedé pensativo, sabía que al entrar estaba el recibidor, dos puertas a la derecha, una que daba a una pequeña salita, y otra que era una habitación con una cama de matrimonio, al fondo un pequeño pasillo donde estaba el baño y al fondo el salón que estaba unido al patio y donde había una puerta con una habitación bastante aplia con diversas camas y en el pequeño pasillo que se dirigía al patio había otra puerta donde se encontraba la cocina... creo que no me olvidaba de nada...

—La habitación que hay yendo hacia el salón, tiene sólo tres camas, dos de matrimonio y una individual ¿recuerdas?— dijo mirándome de reojo, asentí— luego la que hay en el recibidor que es sólo una cama de matrimonio...— frunció el ceño.
—Si, lo recuerdo, pero, ¿qué pasa con eso?— carraspeé un poco.
—He estado pensando en hacer una especie de sorteo para la habitación del recibidor— sonrió— ya sabes, está apartada de la otra habitación y es bastante grande.
—Sería lo mejor, seguro que nos pelearíamos por la habitación— me encogí de hombros.

Sonrió en respuesta y giró de golpe por una calle, haciendo que Vilma y Marla, las cuales también se habían quedado dormidas, se levantasen de golpe.

—Dios Nami— se quejó Marla masajeándose la cabeza— avísanos antes de que nos partamos la cabeza contra la ventanilla— se masajeó la cabeza.
—Os viene bien para despertaros— se rió— ya hemos llegado— dijo aparcando frente a nuestra otra casa.

Amy.

—Han aparcado— dijo Didi mirando hacia el frente con el ceño fruncido.

Diol aparcó tras ellos y apagó el motor, vimos que Nami salió del coche y junto a ella los demás, por lo que nosotros hicimos lo mismo.

—Menudo cuchitril...— susurró Didi desilusionada al ver la casa.

Tony le dio un codazo.

—Didi no seas así, nos han invitado— le dijo entre dientes regañándola.

Ella sólo suspiró.

—Recuerda, hay aguas termales— dijo Diol mientras se estiraba.

Didi abrió los ojos como platos, síntoma de que aquello se le había olvidado y después como un rayo se dirigió hacia el maletero del coche para recoger su maleta.

—Vamos a hacer un sorteo— dijo Nami cuando entramos al interior de la casa— hay una habitación de matrimonio, espaciosa, la cual lo más seguro es que la queráis todos— algunos asintieron, como Marla y Didi otros se quedaron en silencio mirando con atención a Nami— poned cada uno su nombre en un papelito, lo dobláis y lo metéis en esta pequeña caja— dijo enseñando la caja que tenía sobre la mano— unas manos inocentes sacarán cada uno un  papelito y esas dos personas afortunadas se quedarán con la habitación.

Todos asintieron y Nami sonrió satisfecha.

Nos dio a cada uno un papel arrancado al hazar de una hoja y nos turnamos el bolígrafo para escribir muestro nombre, una vez que lo metimos en la caja, Nami la agitó varias veces y abrió la tapadera dejando ver los papelitos doblados.

—Diol saca un papelito— le dijo Nami mientras le tendía la caja.

Este bajo las miradas de todos cogió el primer papelito que vio y lo desplegó.

—Amy— me nombró.
—Joder que suerte— refunfuñó Didi.
—Aún queda la otra persona afortunada— dijo Nami sonriente—Vilma coge uno— le pidió mientras le tendía la caja.

Ella se quedó pensativa mirando todos y cada uno de los papelitos hasta que se decantó por uno, lo desplegó y...

—Zael— lo nombró.

Didi y Tony me miraron a la vez impresionados tras nombrarlo.

—Enhorabuena chicos, la habitación es vuestra— dijo Nami aplaudiendo.

Vi de reojo que Zael me estaba mirando.

Tierra, trágame.

Uy, uy, uy...

Esto se pone interesante XD

¿Qué decís vosotros?

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