A través de la ventana [RESUBIENDO]

VEINTITRES

Me mordí el labio cuando empecé a notar un pequeño cosquilleo en mi vientre, el aviso de que ya mismo, iba a llegar al éxtasis, por lo que no dudé en ir más rápido. Faltaba poco, apreté los labios con fuerza y justamente en el momento que ya iba a llegar a la gloria, se abrió la puerta de golpe haciendo que impactada, mirase hacia la puerta, encontrándome a Diol mirándome impresionado.

—Lo siento, lo siento, lo siento...— dijo tapándose los ojos cerrando la puerta.

Me levanté de un salto colocándome las bragas.

Esto era vergonzoso, ¿ahora cómo le iba a mirar a la cara? Encima, había sido tan oportuno que llegó justo en el momento que no debería, me había cortado todo el royo.

—Amy, lo siento— se volvió a disculpar aún con la puerta cerrada.
—N-no pasa nada— dije entre cabreada y avergonzada— no le digas esto a nadie— respiré hondo y salí del baño finalmente.

Él asintió mientras hizo un gesto de sellarse la boca con una cremallera.

—Amy necesito hablar contigo, por favor— se le notó triste de golpe.

Abrí los ojos sorprendida.

—Ven, vamos a mi habitación mejor.

Al llegar a mi habitación cerré la puerta con pestillo.

—Amy por favor ayúdame— pidió suplicante.
—Pero, ¿qué ha pasado? — me senté sobre la cama y él se sentó a mi lado.
—Amy, no sé qué hacer... — juraría que comenzaba a llorar.

Ante esos casos lo primero que hacía sin pensarlo era dar abrazos, así que le di uno, provocando que finalmente llorase aún más.

Pasados unos minutos, ya estaba más calmado, así que volví a preguntarle.

—¿Qué ha pasado? — le acaricié el pelo rizado.
—Amy, soy gay— dijo como apenado— eres la única persona a la que veo razonable y por eso quería decírtelo a ti, porque ya no puedo retenerlo más... — su mirada era triste.
—¿Sólo lo sé yo? — le miré a los ojos empañados en lágrimas.
—Si— dijo mientras asentía con la cabeza.
—¿Por qué no se lo dices a tu hermano? — paré de acariciarle el pelo.
—Mi hermano es un hetero de pura cepa— se secó las lágrimas— no es razonable con estos temas— hizo una pausa para sorberse los mocos— no digo que discrimine a los homosexuales, pero, aun así, actúa raro con esa gente, como si les diera asco o algo— se quedó pensativo— tengo miedo Amy— me miró a los ojos.

Me daba rabia que tuviese miedo por una cosa que era normal, pero a la vez lo entendía por tener un hermano como Neol.

Suspiré.

—¿Y cuándo piensas decírselo? — alcé una ceja.
—No lo sé Amy, por eso necesito tu ayuda— me cogió de las dos manos.
—¿Por qué no pruebas a mandarle indirectas de vez en cuando? — dije pensativa— así cuando veas que más o menos se hace a la idea, se lo dices— me encogí de hombros.
—Puedo probar... — respondió pensativo— pero no sé... — se le notó bastante inseguro.
—¡YA ESTÁ LA COMIDA HECHA! — gritó Neol.

Me levanté de la cama.

—O se lo dices tú o se lo digo yo— intenté picarle.
—¡No!, no... —negó asustado— prefiero decírselo yo...

Sonreí victoriosa.

—Ve poco a poco, verás como todo sale bien o si no... — me remangué y comencé a hacer crujir los dedos de las manos amenazante— ya me encargaré yo de él.

Diol se rió y sonreí al verle reír.

—Eres la mejor Amy— me abrazó— por cierto— dijo al separarse en el abrazo— ponte pantalones si no quieres que mi hermano te viole— se rió.
—Cierto, gracias— dije cogiendo los pantalones que había sobre la silla del escritorio.
—Gracias a ti Amy, te debo una muy gorda— dijo abriendo la puerta.
—Con que me guardes el secreto de lo que has visto en el cuarto de baño me basta — dije ajustándome los pantalones a la cintura.

Lo oí reírse de fondo mientras bajaba las escaleras.

—¡ESTO SE ESTÁ ENFRIANDO! — gritó de nuevo Neol.
—¡Ya bajo! — dije mientras bajaba las escaleras.

Miré a Diol quien estaba de espaldas a mí.

<<No te preocupes Diol, si llegara a pasarte algo malo, aquí estaré yo para ayudarte.>>