A través de la ventana [RESUBIENDO]

VEINTICUATRO

Ya era por la tarde y los mellizos se fueron de casa, ya que tenían cosas que hacer.

Me quedé por un rato sola, hasta que alguien, de golpe, abrió la puerta.

Bufé cansada al verle e intenté tranquilizarme, desde luego, después de lo que sucedió la última vez, me agradaba bien poco verle la cara, pero suponía que mi hermano le había dicho de venir después de lo de ayer.

—¿Y Arlong? — le pregunté sin mirarle.

—Trabajando— respondió.
—¿Y Sanji? — fruncí el ceño. En estos momentos quería que viniese cualquier otro amigo de mi hermano menos Ferlu.
—Ha tenido un grave asunto familiar— me miró frunciendo el ceño, se le notaba molesto.

Me crucé de brazos.

—Parece que no quieres verme— se rascó la nuca incómodo.

—Chico inteligente— me reí irónicamente, sabía perfectamente que Ferlu no hubiese llegado a esa conclusión por él solito si nadie se lo hubiese dicho— te ha dicho algo Zuro ¿verdad? — iba a matar a mi hermano.

Oí que suspiró.

—Mira Amy— se acercó a mí— te dije aquello sin pensar ¿vale? — empezó a explicarse — no sé qué coño me pasó en aquel momento y por qué te dije aquello, yo no soy así— me colocó ambas manos sobre mis hombros— ¿te piensas que no me jode que no quieras verme? — se acercó más a mí.

Lo miré incrédula.

—Ferlu ¿qué coño dices? — retiré sus manos de mis hombros— te hubieras pensado las cosas antes y yo no pensaría lo que pienso ahora sobre ti— me alejé de él— todo ha sido tú culpa— dije algo furiosa.
—Perdóname Amy... — dijo en un susurro.

Me llevé la mano a la cabeza mientras me sentaba en el sofá, estaba bastante cansada. ¿No podía irse y dejarme en paz?

—Amy, yo, no quiero perderte... — se llevó la mano a la frente.

Lo miré de reojo.

—Ferlu, déjalo ya, el daño ya está hecho, déjame olvidarte y... — me interrumpió.
—Es que no quiero que me olvides, Amy— dijo suplicante— soy un gilipollas, lo reconozco, arrogante, arisco, todo lo malo del mundo, pero, ¡joder, entiéndeme!, nadie es perfecto Amy... — se sentó a mi lado.

Lo miré extrañada.

—Sólo, dame una oportunidad... — me miró a los ojos.
—¿Qué... — me besó.

Parecía que estaba deseando este momento, que sus labios se querían juntar con los míos otra vez, que quería sentirme de nuevo...

Desgraciadamente, me dejé llevar. Si, de nuevo, cayendo en sus garras, siendo presa de sus abrazos y saboreando cada instante. Lo deseaba, siempre lo había deseado, pero, algo en mí me decía que no lo hiciera, pero aun así, seguí sin importarme lo que sucediese después.

Llevé mis manos a su cabello rizado agarrándolo suavemente y eso hizo que se separase de mí mirándome impresionado.

—Amy... — susurró mi nombre.

Y cuando se separó, volví a la realidad donde Ferlu, no era bienvenido a mi casa después de lo que pasó la última vez.

—Debo...— me levanté de un salto del sofá— debo ir al baño— me fui corriendo hacia las escaleras.

Vi de reojo que me miraba confundido mientras que subía las escaleras y sin demorarme, desaparecí de su campo de visión.

<<Amy, ¡piensa idiota!, ¿qué coño acabas de hacer? ¡Lo odias! ¡ESPABILA!>>

—A-Amy... — oí que me llamó y me giré para verlo al pie de las escaleras mirarme apenado.
—Ferlu— suspiré su nombre— olvida lo que acaba de pasar, ¿vale? — me masajeé la sien mientras que fingía una sonrisa.

Vi que apretó sus labios creando una fina línea con ellos.

—Sólo olvídalo— subí las pocas escaleras que me separaban de la segunda planta y me dirigí hacia el baño.

Una ducha de agua fría me vendría genial en estos momentos para olvidar lo que acababa de suceder.

<<Amy, ¿por qué te dejas llevar?>>

Cerré los ojos con fuerza y entré al baño cerrando tras de mí.

<<Maldito Ferlu...>>