TREINTA Y NUEVE

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Zael.

Esta vez, para ser más silenciosos, cogí el coche de mi hermana ya que no se lo había llevado. Había llegado ya ante la casa de Amy y aparqué una calle más abajo por lo que pudiese pasar.

Me dirijí silencioso hacia la ventana ya que daba por hecho que su hermano me tenía en el punto de mira.

Ella estaba ya asomada viéndome acercarme hasta ella.

—¿Cuándo piensas bajar?— dije en voz baja mientras sonreía al verla, estaba guapísima bajo la luz de la luna.
—¿Estamos locos?— me miró asustada— ¡me voy a matar!
—Venga ya— me reí— si yo he podido, tú también— me encogí de hombros.
—Porque tú eres un hombre fuerte— dijo saliendo un poco de la ventana— yo una mujer que sólo le gusta leer— evitó mirar hacia abajo.
—Todo el mundo consigue lo que se propone, ¿por qué tú, esto, no?— me quedé pensativo— ¿es que no quieres salir conmigo?— le hice un puchero.
—¡Idiota!— me fulminó con la mirada— ayúdame en vez de hablar tanto ¿no?— colocó un pie sobre la rama del árbol que daba a su ventana, después se quitó el bolso y me lo tiró.
—Será mejor que no te lo pienses y vayas corriendo hacia el tronco del árbol— le aconsejé.

Vi que tragó saliva y tras unos minutos salió corriendo por la rama del árbol hasta que, pensando que llegaría a salvo, dio un traspies y se dio con el tronco del árbol en la frente, no reaccionó y calló.
Antes de que tocase el suelo, había alcanzado a cogerla en brazos en el aire.

—Joder...— se llevó la mano a la frente y me miró entre avergonzada y dolorida.
—¿Estás bien?— la miré bastante preocupado.

Ella asintió mientras la dejaba que se incorporase cuando la bajé de mis brazos.

—Preferiría que a la próxima me bajases tú, como si fueses un soperhéroe o algo por el estilo— dijo quitándose la mano de la frente mientras me quitaba el bolso.
—Me lo pensaré la próxima vez— le besé la frente— ¿nos vamos?— le tendí la mano y ella me la cogió.

Amy.

Me llevó de la mano hasta su coche y me cedió el paso antes para entrar, cerró cuando me estaba colocando el cinturón y el corriendo se dirigió a la zona del piloto.

—¿Seguro que estás bien?— dijo acariciándome con el pulgar la frente.
—Seguro— le sonreí para tranquilizarle.

Sonrió y esta vez me dio un beso en los labios. Abrí los ojos de la impresión.

Sin decir nada más, arrancó el coche y nos fuimos.

Noté que me miraba de reojo por el camino y eso me ponía realmente nerviosa, por lo que lo único que provocaba con eso era que me pusiese roja de la vergüenza y me tapase la cara con el pelo.

—Oye, ¿te pasa algo?— dijo apartándome el pelo de la cara.
—Me pones nerviosa— logré decirle aunque fuese en voz baja.
—Lo siento, no puedo evitar ver lo guapa que eres— se justificó y miró la carretera.

Lo miré de reojo y noté que sus mejillas comenzaban a tornarse de un color rojo, por lo que supuse que no era la única persona que se avergonzaba tanto.

Suspiré un poco más tranquila y tras eso vi que aparcó en la acera de enfrente de una discoteca, bajamos del coche y nos dirijimos a la entrada.
El portero, que más que un portero parecía un ogro, nos miró a los dos de arriba abajo, más a mí que a Zael y finalmente nos hizo un gesto para que entrásemos al interior.

La discoteca no era muy grande por dentro, estaba bastante lleno de gente, unas pegadas con otras, bailando y bebiendo como podían, pero por lo que sus caras reflejaban, se lo pasaban bien.

—¿Bailamos?— me gritó para que lo escuchase, ya que la música estaba a todo volumen.

Le asentí con una sonrisa y nos adentramos aún más al interior acabando rodeados de gente.

Estuvimos bailando como locos todas las canciones que estaban poniendo y riéndonos entre nosotros por cualquier tontería, de vez en cuando parábamos de bailar para dirijirnos a la barra y bebernos un par de copas, las cuales, me pagaba él ya que insistió tanto en que yo no lo hiciese.

Esta vez, ya si que comencé a verlo todo algo borroso, cada vez que bailaba me mareaba pero no me importaba.

—Eres muy sexy— oí de repente, me giré y vi a un chico con un ojo azul y otro verde, sonriente con una copa en la mano.
—Lo sé— efecto del alcohol, yo no respondería así.
—Vaya, una chica creida— se rió sorprendido.
—Seré creida, pero seguro que ahora mismo te gustaría empotrarme aquí y ahora— pero, ¿qué me pasa?, ¿por qué estoy diciendo esto?
—Razón no te falta— se abrazó a mí y justamente cuando vi que me iba a dar un beso, apareció Zael agarrándome del brazo, separándome de él.
—Es mía chico— le hizo un gesto para que se largase y este sin más se marchó.

Le miré y le sonreí.

—Mi héroe— le dije al oído, ya que comenzamos a bailar abrazados.
—Te pierdo un segundo y ya andas con otros— rodeó los ojos— tendré que esposarte conmigo para que no nos separemos— se rió.
—No me parece mala idea— le sonreí— me recuerda a uno de los libros que leí— le miré a los ojos.
—¿Ah si?— levantó ambas cejas— ¿Y cómo acaba?— me pegó más hacia él agarrándome del culo haciendo que me excitase.
—Follando— me mordí el labio mientras sonreía.

Él sonrió también y me besó mientras me apretaba el culo, en ese momento, la música parecía que iba disminuyendo el volumen y el griterío de la gente iba desapareciendo poco a poco, sólo estábamos él y yo, nadie más...

—¿Amy?— me tocaron el hombro.

Me giré disgustada, volviendo a escuchar la música a todo volumen y los gritos de la gente, pero, cuando lo vi, no pude salir de mi asombro.

Mierda, ¿por qué tengo tanta mala suerte?

Ay mamasita, ¿quién es? ¿quién será? en el próximo capítulo se verá jujuju.

Por favor, no me peguéis por dejaros con esta intriga, yo os quiero 😭😭

Hasta la próxima personajes!!

ATT: Mali 💜

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