Selenia y Sharon se dirigen a la cámara del Patriarca, ambas llevan con orgullos sus respectivas armaduras, Pegaso y Andrómeda.
-No puedo creer que en realidad estemos las cinco reunidas... 6 años han pasado... me pregunto por Sofía...- hablaba con nostalgia, mientras recorrían los templos.
-Yo me pregunto por mi hermana...- una sonrisa de alegría se visualizaba en la peliverde, sin embargo a la castaña le dio un escalofrío.
-¡Oh! Si... Idalia-oneesan... - dijo con ironía. -¡Uf! Espero que en estos años haya cambiado su carácter, aunque sea un poco... su humor es algo que me asusta...- confesó.
-Sele-san...- dijo con una sonrisa nerviosa, pues sabía que ambas no se llevaban bien, sus pasos la llevaron a la doceava casa, la Casa de Piscis.
-¡Vaya!... ¿Las niñas de bronce?- cuestiono con sorpresa y alegría el guardián de dicho templo, un joven de aparentes 20, alto. De piel blanca, cabello color jade al igual que sus ojos, haciendo honor a los dueños de ese templo, un joven muy hermoso; quien se colocó delante de ellas. -¿Qué las trae por la Casa de Piscis?-
-¡¡Aarón-sama!!- exclamó con una exagerada sorpresa, inclusive de no ser por la máscara, veríamos un rostro sonrojado, el joven sonrió con gentileza.
-Sharon... te he pedido que me llames sólo Aarón...- le entregó una hermosa rosa azul rey, la joven la recibe con el rostro bajo. -Hemos sido amigos desde niños, el que sea un santo dorado, no cambia nada...-
-Gra... gracias...- dijo con cierta vergüenza, una escena linda, la cual fue rota por Selenia, quien se colocó detrás de la peliverde.
-Bueno... lo siento Aarón, pero nos llamaron los viejos, tenemos que irnos...- dijo mientras empujaba a su compañera, quien recordó aquel detalle. -Vámonos Sharon... no quiero que me regañen...- el santo dorado se hizo a un lado, mientras sonreía con simpatía, sin duda no era el momento para interrumpir a las recientes santos.
-S... sí... nos vemos después... Aarón- ambas chicas pasaron la doceava casa, el camino de rosas no se encontraba, ya que el santo la retiro para dicha reunión, mientras caminaban, la castaña la miraba de manera acusatoria.
-¡Vaya... vaya!- declaro en tono malicioso, lo cual se notaba en su mirada.
-¿Qué pasa?- cuestiono con incomodidad la joven, en sus manos aún tenía la rosa.
-¡Aarón siente algo por ti!- exclamo, logrando que su compañera se pusiera más nerviosa.
-¡¡Sele-san!!- grito con vergüenza. -No digas eso... para Aarón... sólo soy una niña, su compañera de armas... además algo así está prohibido en el Santuario...- dijo lo último en un susurro, Selenia suspiro resignada.
-Como sea... no debes fijarte en cosas tan banales...- declaró, ambas llegaron a la entrada principal de la Cámara del Patriarca, deteniendo su avance. -Al fin estamos aquí...- ambas estaban nerviosas, un poco ansiosas, del templo salió una anciana, de 80 años, con ropas holgadas, cabello cano largo y rostro amable, pese a su edad camina con la espalda recta, una mujer que parece poderosa y respetada.
-Oka-sama...- ambas jóvenes hicieron una leve reverencia, sin embargo la anciana frunció levemente el ceño.
-¡Llegan tarde!- exclamó, lo que hizo que las jóvenes levantaran el rostro.
-No fue mi culpa... lo que pasa es que Aarón intento conquistar por enésima vez...- declaro la castaña, lo que provoco que su compañera volviera a ponerse nerviosa.
-¡Sele-san!- exclamo por dicho comentario, la anciana suspiro, no era el momento de discutir.
-Dejen de pelear, debemos entrar...- dijo en tono firme, que detuvo a las jóvenes, quienes asintieron, la mujer comenzó a caminar, seguida por ellas, al entrar visualizaron la sala, en la cual había pilares, y una gran alfombra que conduce al trono, ahora se encuentra tras una cortina, se puede ver sentada a una joven, de pie frente a ellas está el imponente Patriarca.
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Saint Seiya. Siguiente Generación. 1a Temporada.
FanfictionLa tierra siglo XXIII, la humanidad sigue siendo su peor enemigo, por esa razón los dioses han decidido acabar con la raza humana, sin embargo Athena como protectora de Tierra se levanta una vez más en contra del Olimpo... Siempre acompaña de sus fi...