Capitulo 29: Corazón de Samurai. Parte 3.

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Antes de empezar con la pelea, Aarón se acerca a Aquiles, quien no hace nada por evitar que el joven santo se acerque a él, pues se dirige hacia su joven compañera, Sofía, se agacha para apartarle.

-Hiciste un buen trabajo Sofía…- sin embargo no sabe cómo hacerlo, posee heridas abiertas y no desea exponerla a un peligro, sin embargo para su sorpresa, Aquiles aparta con delicadeza la mano de la pelinegra, tomándola en brazos.

-Sé que no puedes tocar a la gente, permíteme…- deja a Sofía inconsciente, recostada en un árbol, ambos guerreros se alejan y toman pose de pelea.

-Muchas gracias…- dijo con sinceridad, Aquiles sonrió levemente.

-¡Entonces comencemos!- declaró el Héroe, mientras ambos comenzaban a elevar su cosmos. -Estás seguro de tu decisión Ka…- Aarón levanto la mano en señal de silencio.

-Mi nombre es Aarón, quiero que me llames así, ya no existo en tu pasado…- declaro con seriedad, Aquiles parecía complacido.

-De acuerdo entonces para ti sólo soy Aquiles…- Aarón correspondió a la sonrisa.

-Así es… después de todo yo quería pelear contra ti algún día…- Aquiles lanzó en primer ataque.

ROLLING THUNDER!- varios rayos se dirigían hacia el Santo, pero ni siquiera lo tocan. -¿Que?- al observar mejor, se percata que Aarón sostiene una rosa negra.

-Usar esta técnica fue muy básico… siempre la usaste y te llevaba al éxito, pero ahora no te servirá…- aparecen en el aire unas rosas rojas. -¡DEMON ROSES!- sin embargo Aquiles usa su defensa divina.

-Creo que has olvidado lo que puedo hacer…- dijo con ironía.

-Tu Defensa Divina, ahora veo que tus técnicas… son más poderosas…- ahora en su mano izquierda aparece una rosa azul. -Pero aun posees tu debilidad…- lanza varias. -¡Ese brazo derecho!- las flores rodean a Aquiles, quien procura estar en guardia.

-Ya he visto esta técnica… ¿qué crees que puedas hacer?- cuestiono al recordar como Orfeo era vencido por aquellas flores.

-Estas rosas tienen muchas sorpresas Aquiles…- comienza a elevar su cosmos, las rosas comienzan a girar alrededor del Héroe.

-¡Tonterías!- declaro, trato de moverse para deshacerse de aquellas rosas, pero se dio cuenta que no podía moverse. -¿Qué? Mi cuerpo… pero… ¿qué pasa estas rosas sólo generan ondas, por qué no puedo moverme?- cuestionó atónito.

-Te dije que tenían muchas sorpresas…- extiende las manos. -Estas rodeado de mis "Real Rose", generan ondas, pero éstas rebotan entre si, no sólo con tu cuerpo, sino entre ellas, logrando detener tus movimientos mediante ondas alfa…- explico el santo, Aquiles no esperaba eso, pero debía admitir que no lo sorprendía.

-¡Maldito… algo así no me detendrá, ya lo olvidaste… nosotros buscamos la victoria absoluta!- exclamó mientras elevaba su cosmos, Aarón comienza a sentir la presión del cosmos de Aquiles.

-Imposible… ¿acaso Ares les dio tanto poder?- con su cosmos trata de mantener su técnica, Aquiles se percata de la dificultad que tiene su enemigo.

-¿Qué pasa Aarón? Este es todo el poder de un Santo de Athena?- sonríe de manera altanera. -¡Puedo ver que es muy bajo su nivel, ya ves lo que te has perdido por rechazar la oferta de Ares.-sama!- reclamó. -¡Además no cumpliste la promesa que hicimos en el Río Estigia!- lanza una ola de su cosmos contra el santo de piscis, destruyendo las rosas, incluso derribando al joven.

-No podía cumplir esa promesa…- en el suelo comenzaba a levantarse, había sido un fuerte impacto. -Ustedes aceptaron… algo sin sentido, obedecer a un dios que sólo traería destrucción… por eso yo…- se levanta comenzando a elevar su cosmos. -¡Cumpliré mi promesa! ¡DEMON ROSES!- Aquiles vuelve a utilizar su defensa divina.

-Ingenuo… ya es hora de acabar con esto…- elevando su cosmos comienza a girar su brazo izquierdo, Aarón se puso en guardia, esperando lo peor. -¡¡Te mostrare algo, te equivocas si crees que he conservado las mismas técnicas, no he vivido más de 200 años en vano!!- exclamó.

-Su cosmos es muy fuerte…- retrocedió un poco, mientras sacaba  una rosa negra. -Con esta rosa negra no podrás hacerme nada…- declaró, para su sorpresa Aquiles sonrió.

-¡Eso crees tú! ¡¡ENGETSU!!- de su brazo salió una onda que se dirigió a Aarón, siendo un ataque de frente, quien con más seguridad tomo su rosa negra, el ataque colisión y se disipo.

Parecía que Aarón se había salvado, sin embargo casi al instante la rosa se parte en dos, al igual que el peto de su armadura dejando al descubierto el torso y abdomen del santo,  quien mira su cuerpo, notando una línea tenue.

-¿Qué es esa técnica?- cuestionó atónito.

-Ya veo, tu rosa y la armadura de piscis te salvaron… pero para la próxima, ¡nada te salvara!- aseguro. -Mi brazo izquierdo posee una espada, la cual fue un regalo de Ares-sama…- Aarón tiro la rosa.

-Ya veo, después de todo tú eras un gran Samurai,…- declaro. -Esta técnica rebasa todo lo que imagine, tu “Trueno Rodante” está lejos de esta técnica…- se prepara retomando su pose de pelea. -Pero si muero aquí no podre ayudar a los demás…- aseguro, molestando

-¿Qué intentas hacer?- cuestiono incrédulo. -Ya no tienes parte de tu armadura, dime qué piensas hacer?- exclamo.

-Yo también tengo nuevas técnicas, pero tengo mi arma mortal, la cual es una mezcla del pasado y el presente…- aseguro el santo de piscis, por un momento Aquiles vio a Takeshi Kawai del pasado.

-Cualquier cosa que hagas será inútil…- aseguro.

-¡Ya lo veremos!- lanzo su ataque contra el Héroe.

-¡Como quieras!- por su parte él comenzó a girar su brazo izquierdo. -¡¡ENGETSU!!-

JET LAVANDA!- ambos cosmos chocan en igual proporción, generando que todos volteen a ver en esa dirección, en la casa de Acuario, Ícaro esquiva cada ataque de Helena.

-Imposible… Danna, acaso moriste?- pensaba con preocupación, en Escorpión, Belerofonte peleaba contra el santo guardián de esa casa e Iñaqui de Capricornio.

-¡¡RESTRICTION!- Pierr lanzó su ataque, pero Belerofonte salta, esquivando, apareciendo detrás de él. -¡¿Qué?!- su enemigo lanza una letal patada, mandándolo lejos.

EXCALIBUR!- para su sorpresa el Héroe detiene su brazo sin recibir daño alguno. -Pero ¿cómo?- el enemigo le da una patada tirándolo. -Es muy fuerte… ¿qué deberíamos hacer?- cuestiono frustrado, mientras él y su compañero se levantaba.

-Deberían entender que nadie puede vencerme, ya sé los trucos que usan los santos de Athena, no he vivido más de 200 años sin aprender nada…- declaro, mirando hacia la batalla de su camarada. -Aquiles... ¿acaso mataste a…?- pensaba con frustración.

En los limites del Santuario Heracles libraba su batalla contra Idalia, ella tenía rota partes de su armadura y estaba herida, él por el contrario estaba intacto.

HO YOKU TENSHO!- lanzó su ataque, pero Heracles lo detuvo fácilmente.

-¡Niña, eres muy lenta!- reclamo cruzado de brazos, a diferencia de sus otros conpañeros, él no miraba en dirección al choque de cosmos. -¿Acaso uno de esos dos ya murió?- pensaba bastante preocupado.

En la batalla, después de disiparse el humo, se veía el resultado, Aarón se encontraba en el suelo con una herida que atraviesa su pecho, al perecer es muy profunda.

-Ya te lo había dicho, no lograrías nada con esa técnica… ahora terminare con tu vida, después te esperaremos…- declaro Aquiles, mientras se acercaba al Santo de Piscis, apuntándolo con su brazo izquierdo. -¡Muere!- antes se asestar su golpe, Sofía interpone a Excalibur, salvándolo. -¡¿Tú?!- exclamó atónito.

-Esto no estaba en mis visiones… pero confió en derrotarte…- declaro la joven santo.

Saint Seiya. Siguiente Generación. 1a Temporada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora