Ícaro continua con su trayectoria, para localizar a su nuevo objetivo, Aquiles seguia su pelea contra Sofía, Idalia contra Heracles a quien no ha podido darle un golpe y Aarón, está a punto de ser asesinado.
En la casa de Virgo Maha está meditando a mitad de su templo, en ese momento Belerofonte entraba.
-Ya veo, eres el más fuerte de los cinco guerreros de Ares… pero puedo ver en tu aura que no sigues los objetivos de tu propio Dios…, mi pregunta es… ¿por qué?- cuestiono en tono sereno, sin abrir los ojos o moverse.
-Virgo, no tengo tiempo para escuchar sermones, así que déjame pasar… o puedes hacer lo mismo que tus amigos…- declaró el Héroe con mirada fría.
-Mis compañeros han tomado esa decisión… yo tomare la mía…- se percata de unas cuantas heridas en el héroe. –Así que puedes pasar…- eso toma por sorpresa al castaño. –¿Qué pasa? Creí que es eso lo que tú quieres…- comento en tono gentil.
-¿Por qué lo haces Virgo? Soy tu enemigo, o es ¿qué acaso traicionaras a Athena?- cuestiono atónito, pero el joven rubio amplio su sonrisa.
-Tú sabes bien porqué te dejo… cumple tu misión…- declaró, sin decir nada más, Belerofonte cruzo, intrigado, pero ignorándolo. –De nada…- susurro sin borrar su sonrisa.
Mientras tanto en la plaza donde esta la estuatua de Athena, tanto ella como quienes la custodian, se percatan del poderoso cosmos acercándose.
-Un héroe se acerca…- declaró intrigada la joven diosa.
-¡¿Qué le paso a los demás?!- cuestiono Selenia, Yaro de libra se presenta frente a ellos, parece preocupado.
-¡Maestra!- exclamo acercándose a Okasan.
-¿Yaro, por qué abandonaste la casa de Libra?- recriminó la mayor, pero notó la preocupación del santo.
-¿Por qué usted mando a Sofía a pelear sola contra un héroe mítico?- pidió saber, lo que sorprendió a todos.
En la casa de Escorpio Pierr se encuentra sentado en la entrada de su Casa, tiene los ojos cerrados, sintiendo el poderoso cosmos de Belerofonte.
-Un cosmos muy fuerte se aproxima, pero ¿qué paso con los demás?- cuestionó intrigado mientras se levantaba sonriendo de manera altanera. –¡No importa… yo lo venceré!- dijo seguro se sí mismo.
-¿Planeas quedarte con la diversión tu solo?- de la casa de Escorpio salía un chico de 20 años portando la armadura de Capricornio, posee cabello negro un poco largo, ojos oscuros, los cuales demuestran una mirada elegante y gallarda.
-¡Iñaqui!- exclamó sorprendido. –¿Qué haces aquí? Deberías estar en capricornio…- señalo en dirección a aquella casa.
-Nosotros debemos detener a ese hombre, al parecer Gabriel tendrá una pelea difícil… Aarón no se encuentra en la casa de piscis y Yaro-san, ha dejado su casa, así que debemos de hacer equipo…- declaro con una leve sonrisa.
-Esta bien…- se quejo el santo de Escorpio mientras se rasca la nuca. -No me agrada la idea, pero bueno…- recalco con un suspiro de decepción.
En Acuario Paris y Gabriel se ponen en guardia, pues se percatan del cosmos de uno de los Héroes míticos.
-Esta cerca…- afirmo el maestro, mientras su discípulo asentía, llegando Ícaro, aterrizando de un gran salto.
-¿Bien! Paris maestro de hielo…- exclamo señalándolo. -¡Vengo por tu cabeza!- Gabriel se coloca delante de su maestro, mirando fijamente al recién llegado.
-¡No te dejare!- se prepara. -¡Alguien tan pequeño como tú, no matara a mi maestro!- dijo con burla, enojando al Héroe.
-¡¿Pequeño?!- exclamo claramente ofendido. -¡Eres un maldito bastardo!- después del grito opto por tranquilizarse. -Pero en el pasado los que me subestimaron por mi estatura cayeron… ¡igual que tú!- declaro recuperando una sonrisa de ironia.
-¡Gabriel, contrólate!- regaño su maestro, pero el joven santo elevó su cosmos, dispuesto a atacar.
-¡¡DIAMOND DUST!!- exclamó a todo pulmón mientras expulsaba la ráfaga fría.
-¡Te lo dije, me estas subestimando!- de manera sencilla detiene el ataque, sorprendiendo al santo de Acuario.
-¡Idiota! ¡No tenias que enseñarle tus ataques!- regaño molesto, Ícaro bufó.
-Hazle caso a tu maestro es la última lección que te dará…- declaró, molestando a Gabriel.
-¡Maldito!- el santo se sentía avergonzado por tal falta.
En otro frente de batalla, Idalia estaba cansada y con varias heridas, dejadas por su batalla, perdiendo de igual manera su máscara.
-Maldición… en verdad eres muy fuerte…- susurró preocupada mientras recuperaba el aliento. -Si esto sigue así… no podre ayudar a Sharon…- pensó, su enemigo sonreía triunfante.
-¡Entiéndelo mocosa, no podrás vencerme, ríndete!- declaró mientras se preparaba para el siguiente ataque, esas palabras molestaron a Idalia.
-¡Idiota! Yo soy el fénix, siempre reencarno de mis cenizas…- declaro mientras retomaba su pose de pelea.
-¡Como quieras!- declaro borrando su sonrisa.
Aarón por su parte había sido derribado, agotado y herido no se había levantado.
-¿Qué puedo hacer? Ocupe la melodía del violín, junto con mis rosas, no funciono… la melodía del piano, con el Jet… pero paso lo mismo… ahora solo debo de esperar a que Orfeo me dé fin…- pensaba melancólico.
-Es bueno ver que ya te aceptaste tu destino piscis, alégrate... morirás donde solía estar tu amiga Andrómeda…- declaró con burla e ironía, el santo se sorprendió.
-¡¿Qué?!- cerró los ojos, comenzando a percibir un aroma. -Este aroma… es…- abrió los ojos de golpe, encontrando flores. -¡Lavanda…este es el aroma de Sharon!- recordó sus objetivos. -¡No puedo rendirme aquí!- comenzaba a levantarse ante la sorpresa de su enemigo.
-¿Por qué te levantas?- cuestiono atónito, mientras Aarón tiene unas cuantas flores de lavanda en su mano derecha.
-Estas flores no perecen ante mi sangre, es hermoso… absorbieron de alguna manera la esencia de Sharon…- una brisa pasa, quitándole los pétalos, rodeándolo. -¡Orfeo… te mostrare mi mayor melodía!- exclamó.
-¡Ninguna surtirá efecto… estas confundido entre dos épocas, dos melodías, dos maneras de atacar, no podrás vencerme!- ambos se preparaban para atacar.
-¡Ya descubrí como usar ambas melodías para derrotarte!- declaro ante la sorpresa de su rival.
-¡Ya lo veremos… este es tu final!- exclama mientras eleva su cosmos. -¡DIVINE MELODY!- Aarón hace lo propio, preparando una nueva técnica.
-¡Esta es mi melodía máxima, una combinación de ambas! ¡JET… LAVANDA!- dicho ataque es percibido por todos, el cual es poderoso, Orfeo no puede evitar ser golpeado con brutalidad, siendo gravemente herido y derrotado.
-Felicidades… por… fin… te has encontrado…- no puede evitar vomitar sangre, Aarón se acerca a él, parece intrigado y confundido.
-Orfeo…- el Héroe le entrega el medallón.
-Esto te pertenece…- Aarón lo toma un tanto dudoso. -Con eso recordaras quien eres… eso ocurrira cuando yo muera…- sonríe levemente. -Que golpe tan formidable… de alguna manera metiste tu sangre envenenada... en mi cuerpo…- declaro admitiendo su derrota.
-Muchas gracias Orfeo…- declaro el joven.
-No tienes que agradecer, después de todo tú estarías en mi lugar…- susurro con su ultimo aliento ante la sorpresa de Aarón, cerrando los ojos, esperando la piadosa muerte.
-Descansa en paz Orfeo…- declaro con humildad, de repente la gema comienza a brillar, en su mente varias imágenes aparecen, rostros, nombres, recuerdos, todo sobre su pasado, la impresión en tal que él no puede evitar exclamar un grito de dolor, arrodillado, con ojos cerrados, sosteniendo firmemente aquella gema, al final cae rendido al suelo. -Ya lo recuerdo… hicimos una promesa, yo…- susurraba mientras se levanta. -Y los chicos…- estaba en shock.
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Saint Seiya. Siguiente Generación. 1a Temporada.
FanficLa tierra siglo XXIII, la humanidad sigue siendo su peor enemigo, por esa razón los dioses han decidido acabar con la raza humana, sin embargo Athena como protectora de Tierra se levanta una vez más en contra del Olimpo... Siempre acompaña de sus fi...