Llevo varios días encerrado en este mugroso spa/cárcel en donde una loca omega y sus sirvientes me tienen secuestrado. No he comido nada más que ensalada y ni siquiera sé cómo es que sigo con vida luego de estar tanto tiempo separado de Noah. Sólo espero que él no esté muy preocupado.
–Buenos días joven Caimanis. –la mujer loca entra a mi cuarto siempre escoltada con esos alfas. Ellos me colocan el collar con la correa como siempre y me llevan a hacer la misma rutina. Los baños, el tratamiento para el cabello, cortan mis uñas, me colocan diferentes cremas y todas esas mierdas. Ni siquiera sé porqué lo hacen. ¿Me ponen presentable para venderme al mejor postor? Me aterra pensar eso.
Luego de completar con todas las rutinas la omega me llevó de nuevo a la habitación y encontré la misma mugroso bandeja con la ensalada. ¡Luna, me muero por comer algo grasoso! Una hamburguesa o una pizza completa. Pensar en eso me hace babear –Muero de hambre. –digo sintiendo mi estómago rugir, los rollitos que tenía en mi cintura desaparecieron y ahora soy más delgado, más que cuando estaba con esa terrible depresión –Noah ya no tiene de donde agarrar. –me lamento mientras mastico la ensalada, ni siquiera tiene sal o aceite. ¡No sé cuánto tiempo voy a soportar esto!
–Toc toc. –una de las betas abre la puerta y deja algo en el suelo, es una caja envuelta con un listón –Espero que esto te anime. –habla sonriendo y vuelve a dejarme solo.
–¿Eh? –dejo mi ensalada y camino hacia la caja, es un poco pequeña. ¿Qué será? Parece ser un regalo. Yo quito la tapa y me encuentro con algo horroroso que me hace escupir la lechuga que estaba masticando –¡¿Es... una broma?! –grito arrojado esa cosa lejos de mi vista. Pero por el escándalo que armé los alfas entran al cuarto rápidamente.
–¿Cuál es el problema? –pregunta uno de ellos, en todo este tiempo pude conocer sus nombres y definitivamente no somos amigos.
–Eso es el problema. –hablo apuntando la caja en el suelo.
–Es un regalo para ti. –dice su compañero tomando la caja con las prendas en su interior –Deberías ser más agradecido por todo lo que hacen por ti. –comenta lanzándome la caja hacia mí.
–Yo no pedí nada, sólo quiero largarm...
–Cállate. –me interrumpe usando su voz de alfa –Vas a ponerte eso y en 10 minutos estarás listo para irnos. –ordena para luego salir junto con el otro alfa.
Mis labios se sellan y tomo esas prendas entre mis manos, es ropa interior de color negro con encajes, también hay un suéter beige con la cara de un panda. Que horror.


¡No soy omega y tampoco un beta sumiso! Pero sin poder detener incluso a mi propio cuerpo dejo caer la toalla que envuelve mi cintura y me coloco ese pedacito de tela, preferiría estar desnudo que usar esto. Maldita voz de alfa.
Además el encaje me ajusta mucho en la entrepierna y se cuela dentro de mis nalgas, no sé cómo alguien puede usar algo tan incómodo como esto, luego me coloco el suéter y tengo que arremangarlo al ser unas tallas más grande que la mía. La prenda llega a tapar un poco mi trasero de tan grande que es.
–¿Ya estas listo? –la omega demente entra a la habitación dándome un susto de muerte, yo doy un salto y trato de ocultarme debajo de las sábanas de la cama pero ordena a los alfas traerme ante ella.
–¡No me toquen! –exclamo y de nuevo me mandan a callar.
–Señora, hizo un gran trabajo. Huele casi tan bien como un omega. –dice uno de ellos y yo los miro con el ceño fruncido. Los voy a matar, mataré a todos.
–Claro, sólo falta un detalle. –ella rebusca algo dentro de su bolso y saca una pequeña caja de pastillas. Me la acerca a la boca pero cierro los labios con fuerza para no tomarla. Quien sabe lo que es eso.
–Abre la boca. –me ordena uno de los alfas e inevitablemente obedezco, yo trago la pastilla para después sentir un asqueroso sabor al fondo de mi garganta.
–Vamos, ya todo está listo para el programa. –habla sonriendo mientras aprieta una de mis mejillas. Los alfas me sacan del edificio y me meten dentro de una camioneta oscura. La omega nos acompaña.
–Señora... –dice unos de los alfas aclarando su garganta –¿Yo podría marcarlo con mi olor? –pregunta haciendo que dé un salto para alejarme más de eso alfas calenturientos.
–¿Qué? –dice ella con una sonrisa divertida.
–Es que... es el beta más lindo que he visto. –responde como si yo no estuviera presente. Además deben recordar que ya tengo un lazo con Noah, dejar que me marque con su olor sería desleal.
–Vaya, deberías sentirte orgulloso. –me dice ella, entonces el alfa se me acerca tomado eso como un si.
Está bien, acércate alfa imbécil. Él está a unos centímetros de mí, entonces estampo mi puño en su estómago para después darle una patada en el rostro. Levanté tanto la pierna que todos pudieron ver el encaje que estoy usando –No vuelvas a acercarte si quieres seguir con vida. –le advierto mientras estiro en suéter para tapar mi parte inferior.
–Ah, eso dolió. –se queja el alfa levantándose del suelo, le rompí la nariz y sostiene su vientre por el golpe.
–Basta de juegos, ya llegamos. –el coche se detiene y la omega jala de mi correa para que la siga como si fuera su mascota. Entramos al estudio de grabación por la puerta de atrás y comienzo a sentir un poco de calor. Este suéter es muy caliente.
–¿Qué... es e-esto? –me pregunto tocando mi pecho, el dolor ya no está, la presión desapareció. ¡Noah está aquí!
–Llévenlo a su puesto chicas. –las betas me toman de los brazos y quitan la correa para cambiarla por unas esposas acolchonadas, son de un color rojo muy intenso. Aún tengo el collar y es molesto, la transpiración bajo el cuero se siente asquerosa, cada vez hace más calor aquí.
–¿Pueden prender algún ventilador? –digo y las muchachas ríen ante eso. En eso me dejan arrodillado en el suelo, asegurando las esposas con un hierro que está en el piso, mientras arrojan el suéter muy lejos, todo mi torso esta sudando.
Además muchas gotas comienzan a bajar desde mi frente, mi cabello está pegado en mi nuca y más gotas se deslizan por mi espalda. De repente siento mi entrepierna crecer y ajustarse contra el encaje. ¡Maldición, me drogaron!–Bienvenidos a la final, sólo quedan tres parejas y esta prueba será la definitiva. –escucho al maldito conductor, todo esto es por el mugroso concurso. No puedo creerlo.
El ambiente comienza a tener un aroma muy dulce, es el olor a omega en celo. Al levantar la mirada veo a los otros dos competidores que también están esposados como yo.–¿Están... bien? –pregunto controlándome, una droga no me va a doblegar. El alfa que golpeé me manda a callar y mis labios se sellan.
–N-No. –responde la chica omega mientras que el muchacho gime desesperadamente, los drogaron también para que su celo llegue.
¿Qué clase de juego enfermizo es este? En eso el gran telón frente a nosotros es apartado y nos encontramos con el estudio repleto y con las cámaras. Pero sólo una figura llama mi atención, es Noah. Él se encuentra sentado a 10 metros frente a mí junto con los alfas de esos omegas. De inmediato trato de ponerme de pie pero las esposas me lo impiden.
–Parece que Izan está muy feliz de ver a su pareja. –comenta el conductor, además al estúpida cámara hace un acercamiento a mi erección.
Noah sólo se queda sentado allí sin ayudarme y quiero golpearlo por eso. No puedo hablar por la orden y le suplico con la mirada. Aún así él no se mueve. ¿Qué le pasa?
–Hum. –tarareo al sentir mi interior muy caliente. Es la droga. Agacho mi cabeza contra el piso mientras que los omegas gimen descontroladamente y el estúpido conductor hace comentarios inapropiados.
Uno de los alfas ya no lo soporta y corre hacia su omega para comerle la boca a besos, casi lo hacen a plena vista del público de no ser por él telón que se baja para ocultarlos. Aún así se escuchan sus gemidos y gruñidos –La tercera pareja queda descalificada. Al parecer Steven no pudo con la prueba. –dice el conductor haciendo que la tribuna se ría por su comentario.
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Un Lazo Diferente (Omegaverse)
WerewolfEl lazo arruina la amistad de dos mejores amigos.