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Los minutos pasan y cada vez me cuesta más reprimir mis jadeos y gemidos. Esa droga que me dieron es muy, muy fuerte. Debió costar mucho dinero. La omega junto a mí se encuentra pidiéndole a los gritos a su alfa que la tome pero él parece determinado en ganar la competencia al igual que Noah.
Ya no me importa el concurso, sólo quiero que todo esto termine. Estoy muy asustado y sólo tengo esta erección por la droga, si no fuera así seguramente estaría llorando por tener a Noah muy cerca y no poder tocarlo, besarlo o darle un simple abrazo. Ni siquiera sé cuánto tiempo estuvimos separados.

–Tal parece que estos hombres están muy concentrados en ganar el premio. –comenta de nuevo el conductor, como odio a ese hombre.
Ya no puedo mantenerme arrodillado y me acuesto en el piso mientras respiro rápidamente, mi erección duele mucho y puedo sentir la exitación de Noah. No, no quiero que caiga en este juego. Es muy cruel.

–Izan se ve muy necesitado, además se puso muy bonito para su pareja. ¿Qué piensan del nuevo aspecto del beta? –la multitud comienza a decirme cosas muy obscenas y ha silbar, además siento los celos de Noah. Él se ve agitado también y sus puños están fuertemente apretados.

En eso el alfa que queda corre hacia la omega y la acorrala contra el piso, piensa tomarla frente a todos. El telón baja y sólo quedamos Noah y yo. El conductor declara que somos los ganadores pero antes de recibir nuestro premio debemos cumplir una última prueba. Debemos unirnos frente a todos.

–Vamos Noah, sé que quieres tomar a Izan justo ahora. Mira lo deseoso que está. –le dice ese hombre asqueroso –Hazlo y el premio en efectivo será suyo... El público quiere un espectáculo. –murmura sonriendo de lado.

Noah se levanta del banquillo en donde estaba sentado y camina hacia mí. No, no, detente imbécil. Ni por el dinero del mundo haría algo así. Quiero gritarle que se detenga porque esto es muy íntimo de nosotros y nadie más puede vernos. ¡No quiero estar aquí! 

Sus zapatillas se detiene frente a mí y yo levanto la mirada asustado, mi respiración está agitada y siento mucho calor, el mismo se intensifica cuando lo tengo muy cerca de mi cuerpo. Noah se arrodilla a mi lado y me quita las esposas, él tenía la llave todo este tiempo, espero que se arroje sobre mí. Pero en su lugar se quita su chaqueta para colocarla sobre mis hombros –Vamos a casa. –murmura dándome la mano y me ayuda a mantenerme de pie, mis piernas se sienten como gelatina. Él pasa su brazo alrededor de mi cintura y un gemido se me escapa.

–¡Alto! ¿Qué creen que hacen? –dice el conductor poniéndose en nuestro camino –No le daremos el premio si no tienes sexo junto ahora. –habla cruzándose de brazos.

–No quiero un estúpido premio, además Izan es la mejor cosa que puedo tener. Con él a mi lado no necesito nada más. –responde mientras mi maldita mano trata de colarse entre sus pantalones y él me golpea con su propia mano varias veces para que me aleje, no me culpen, es la droga.

22:19, en el departamento:
–¿Te sientes mejor? –me pregunta Noah mientras echa un poco más de agua fría sobre mi cabeza. Para cualquiera sería exagerado bañarse con agua helada y cubos de hielo pero para alguien en mi estado es lo más relajante que puede haber. El calor de mi interior ya casi desaparece.

–¿Por qué no...? Digo, pude sentir que tú... –hablo pero Noah coloca un cubo de hielo en mi boca para callarme.

–Si, estaba exitado pero sentí tu miedo, tu terror e hice lo correcto. –responde tomando una toalla para que pueda secarme –Ya es suficiente, si sigues te puedes resfriar.

Le sonrío y tomo la toalla para comenzar a secar mi cuerpo, en eso siento unas manos tibias y un cuerpo que me abraza por la espalda –¿Qué? –rio y siento su mano derecha bajar hacia mi entrepierna.

–Esta muy suave

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–Esta muy suave. –murmura dejando unos cuantos besos en mi nuca.

–Fue horrible, sentí como si arrancaran la piel cuando me depilaron. –me quejo bajando la mirada, entonces noto algo duro contra mi muslo –Creo que no me estás escuchando. –rodo los ojos y comienzo a mover mi trasero contra él.

–Ahora si quiero reclamar mi premio. –susurra lamiendo mi oído, eso me resulta un poco asqueroso pero a él lo enciende. Cada quien tiene sus gustos.

En un descuido Noah me acorrala contra los azulejos del baño y su mano comienza a acariciar toda mi extensión, de nuevo me encuentro exitado pero la droga es una persona en este caso –Noah... –suspiro teniendo mi mejilla contra la fría pared.

–Eso, quiero oírte gemir mi nombre. –susurra rozando sus dientes por mis hombros y parte de mi espalda.

–Y yo sólo quería decirte que lo disfrutes porque cuando me recupere por completo de la fractura tú volverás a tener la marca. –le recuerdo mordiéndome el labio inferior mientras siento sus dedos dirigirse hacia mi centro. No sé cuando los bañó en lubricante.

–Claro que lo disfrutaremos. –comenta deslizando dos de sus dedos al mismo tiempo, yo golpeo los azulejos con mi puño cerrado al sentir el punzante dolor de nuevo en mi interior pero ahora es menos intenso que antes –¿Estás bien? –me pregunta besando mi espalda.

–Ajam. –mi voz sale aguda mientras bajo la mirada. Su mano deja mi entrepierna y toma con fuerza una de mis mejillas para separarlas y darle más espacio a sus dedos. Él lo hace con cuidado pero toca una y otra vez algo dentro de mí que me hace delirar.

–Izan, tu piel está muy suave. –comenta subiendo hacia mi oído –Y hueles tan bien. –agrega dejando unos besos en mi cuello. Su mano derecha toma mi frente haciéndome tirar la cabeza hacia atrás y siento como su miembro va entrando lentamente. Cierro los ojos al sentir la invasión y Noah gruñe a mis espaldas, su mano libre va hacia mi pecho.

Cuando está por completo en mi interior su mentón descansa sobre mi hombro y escucho su respiración, no hace ningún movimiento hasta que yo mismo me muevo contra él. Jadeamos al mismo tiempo cuando las embestidas inician, al principio suaves y profundas, con el paso de los minutos Noah mueve más rápido su cadera contra mí haciendo chocar nuestras pieles –Pa... parece que me e-extrañaste mu-oh mucho. –digo tratando de molestarlo y en respuesta recibo estocadas aún más fuertes en un ritmo enloquecedor.
El calor de nuestro cuerpos, el sonido que produce sus labios, sus manos en mi cuerpo, la respiración muy cerca de mi oído y su miembro profundo en mi interior. Todas esas sensaciones me golpean y me vengo apoyando mis manos en los azulejos para mantenerme de pie, pero mis piernas parecen no tener fuerza alguna.

–¡Ah, Izan! –Noah grita mi nombre y siento su esencia derramarse en mi interior, eso me hace gemir en voz baja mientras respiro rápidamente. Su brazo rodea mi cintura y me conduce hacia la ducha, al menos no salimos del baño y el desastre que dejé en el piso y en los azulejos se puede limpiar fácilmente.

–Acabo de tomar una ducha de hielo y tú me calientas, eso no se hace. –hablo sintiendo el agua de la ducha deslizarse por todo mi cuerpo repleto de sudor.

–No te quejes. –responde estando junto a mí, sus manos toman mi trasero y masajean las mejillas haciendo que yo arquee una ceja. Que manía de tocarme ahí. Pero también se dedica a besarme con ternura.

Luego de la segunda ducha, Noah y yo fuimos a la cama, este día fue uno de los peores y los mejores de mi vida. Fui humillado si, pero Noah me hizo olvidar todo eso con una sola noche. Ahora él me abraza por la espalda mientras estamos acurrucados bajo las sábanas –Descansa. –murmuro cerrando los ojos lentamente.

–Descansa tú también. –responde escondiendo su rostro en mi cuello, su respiración en mi nuca me hace cosquillas pero el calor de su cuerpo me arruya hasta dormir profundamente. Sólo espero no despertar con un terrible dolor como la primera vez.

Un Lazo Diferente (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora