Un Lazo Diferente (Omegaverse)

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De regreso al presente:
–Como decía, deberías llevar a Izan a un hospital o clínica, no lo sé. Así podrán cuidar de él mientras trabajas. Ahora hay mucha demanda de trabajo para los betas, renuncié a mi antiguo empleo para trabajar como consejera de un alfa millonario. –me explica Natt mientras que yo sólo la miro en silencio con una ceja levantada, es impresionante como una persona puede hablar tanto de ella misma sin descanso.

–Que bueno que te esté yendo bien pero no pienso dejar a Izan a cargo de otros. Soy su pareja, lo cuidaré yo. –contesto luego de que al fin dejara de hablar de ella.

–Nick está muy buen cuidado en donde lo dejé, además dentro de poco podremos comprar la casa que tanto queremos. –habla ilusionada mientras juega con su cabello.

–Que maravilla. –rodo los ojos mientras acaricio la cabeza de Izan. Ahora lo siento mucho más distante que antes. Ausente.
Además no a probado nada en todo el día y eso me preocupa mucho. En eso alguien toca la puerta y al abrirla Eric entra corriendo, se ve agitado.

–Vine... l-lo más rápido... que-que pude. –me dice tratando de recuperar el aliento perdido –¿Ocurrió algo con Izan?

–Creo que si. No ha querido comer nada en todo el día. –murmuro sin que noten la preocupación en mis palabras.

–Vaya, hola. Deberías ser más educado. –Natalia mira a Eric como si fuera un insecto insignificante, todo porque ahora es exitosa y tiene mucho dinero.

–¿Quién es ella? –me pregunta él haciendo que yo sonría. Eric ahora me cae bien.

–Debes ser algo de Izan ¿Cierto? –ella roda los ojos haciendo que el joven alfa haga una mueca.

–Soy su hermano. –responde en un tono cortante y también le gruñe a Natt, demostrando lo mucho que le desagrada que ella esté aquí.
Natalia se disculpa diciendo que tiene cosas que hacer y abandona el departamento, un gran silencio queda en el lugar hasta que suelto una risa.

–Gracias por ayudarme con esa cobra. –le digo palmeando su espalda, Eric levanta una ceja y luego regresa la mirada a su hermano.

–Si tampoco te gustaba su presencia porqué no la echaste de aquí. –habla cuando observa a su hermano mayor de pies a cabeza.

–Los betas debemos ser amables con todos. –le recuerdo, cosa que los alfas no son muy buenos haciendo.

–Ah, bueno... a simple vista parece que Izan no tiene nada. –dice mirándome y su olor delata lo angustiado que está –¿Notaste algo extraño en él? ¿Algo nuevo?

–No.

–Tal vez no sea grave. –intenta sonreír pero la situación si es un poco grave.

Una semana después:
–¡Abre la boca Izan! –le ordeno pero él no me obedece, sólo mantiene la mirada abajo mientras que yo trato de darle un poco de comida. En estos días sólo conseguí darle líquidos –Vamos, hasta pareces un cachorro haciendo berrinches. –yo tomo su mentón con una mano y con la otra acerco la cuchara cargada con puré. Izan mira a un lado y la comida termina sobre su pecho como también en mi rostro.

–Buenos días. –Eric entra al departamento teniendo mucha comida y artículos de limpieza. Él nos ha traído todo lo que necesitamos estos días.

–Demonios. –murmuro limpiando el puré de mi rostro con una servilleta y luego la ropa de Izan –Él no ha comido nada en toda esta semana. Ya no sé qué hacer. –digo molesto mientras dejo el plato a un lado.

–No puede ser. –Eric se acerca a su hermano para tomar su rostro, así lo mira con más detalle y le acaricia el cabello –¿Qué te pasa? Debe haber algo que te molesta. ¿Ustedes pelearon o algo? –dice frunciendo el ceño mientras me mira acusatoriamente.

–No, nada lo juro. Sólo hacemos la misma rutina de siempre, nos levantamos, desayunamos, vemos televisión y luego él se la pasa acariciando a Ga... –dejo de hablar al darme cuenta de lo que sucede. Soy un idiota.

–¿Qué pasa Noah? –me pregunta Eric ladeando un poco la cabeza.

–D-Debo hacer algo, quédate con Izan por favor. –rápidamente tomo las llaves del coche y corro hacia el estacionamiento. Debo buscar a esa gata, en donde sea.

–¡Espera! –parece que ese alfa tiene algo importante que decirme pero encontrar a Gala lo es aún más, sólo espero que esté bien y que Izan pueda perdonarme.