Hora desconocida, lugar desconocido: –Ay... m-mi cabeza. –murmuro sintiendo mis sesos palpitar, tomo mis sienes y es cuando noto que tengo puestas unas esposas. ¡¿Que mierda?! –¿Dónde estoy? ¿Quiénes son ustedes? –digo al ver varias sombras de pie frente a mí mientras yo me encuentro sobre una cama. Por la Luna, me van a violar.
–Esto de lo que sucede cuando alguno de los participantes no cooperan. –escucho una voz femenina y la mujer del vestuario se acerca a la luz. Ella me sonríe mientras tiene sus manos juntas detrás de su espalda.
–¿Usted? –digo arqueando una ceja –¿Esto es parte del programa? Si es así, no me gusta nada. –gruño entre dientes mientras trato de quitarme las malditas esposas, las mismas están acolchonadas con una tela roja. ¿Qué pasa aquí?
–Señor Caimanis, está tarde lo cité pero usted cortó la llamada e hizo que recurriera a otros métodos. –comenta y dos gigantescos alfas se asoman detrás de ella.
–Alto ¿Esto es porque conté su llamada? –hablo frunciendo el ceño, yo estaba jugando con los sobrinos de Noah y no tenía tiempo para hablar, por eso corté la maldita llamada. Aún más sabiendo que se trataba de esa loca mujer que quiere convertirme en algo que no soy.
–Si y no podrá irse hasta que terminemos con usted. –sonríe colocando un collar en mi cuello y uno de los alfas jala la correa que se une al mismo. Esto es muy humillante.
–¡No! ¡Están locos, quiero volver con Noah! –exclamo al sentir el ardor de mi pecho, es el lazo que me exige volver con mi otra mitad –¡No pueden hacer esto! –digo mientras me arrastran hacia no sé dónde. La mujer me enseña el contrato que firmamos y en las letras pequeñas dice que ellos pueden tomar cualquier medida para mejorar a los concursantes. Salimos de la habitación y un alfa me ordena con su voz guardar silencio.
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Obedezco sin poder evitarlo y bajo la mirada mientras me llevan por un interminable pasillo hasta llegar a otra habitación, esta se parece a un baño por los azulejos que haya en el piso y en las paredes. ¿Estoy en un spa? –Chicas, ya saben que hacer. –dice la mujer omega llamando a sus sirvientas beta. Esas muchachas se acercan a mí y me resisto, no quiero estar aquí, mi pecho me duele y Noah debe estar muy preocupado buscándome.
–¡Quieto, no te muevas! –de nuevo la voz de alfa con una nueva orden y todo mi cuerpo se paraliza. Entonces le entregan la correa a una de las betas y ella me lleva a otro lugar ese gran spa. Esas muchachas comienzan a quitarme toda la ropa tomándose todo el tiempo del mundo hasta dejarme completamente desnudo frente a todos, rápidamente llevo las manos hacia mi entrepierna para ocultar de algún modo mi desnudez. ¡Maldita sea! Que se vayan todos al infierno.
Me jalan de la correa y me sientan sobre una camilla, entonces veo que preparan cera caliente en un recipiente. ¡Carajo! –¡No, no, deténgase! –exclamo pero una de las chicas coloca una toalla en la boca. Trato de moverme pero la orden del alfa no me lo permite y sólo me queda ver como colocan esa cera en una de mis piernas. El calor contra mi piel es insoportable y luego siento una especie de papel que cubre a la cera, de repente arrancan el papel y yo grito contra la toalla al sentir como todos los vellos de mi pierna son retirados salvajemente. Así continúan hasta depilar por completo mis piernas, pecho y brazos. Jamás había sentido tanto dolor en mi vida y no entiendo como las mujeres pueden soportar esto.
–Denle la vuelta. –dice la líder de todas, entonces me colocan boca abajo y esparcen más cera sobre mi espalda. Deténgase por favor.
–Ay. –me quejo cuando la toalla cae de mi boca –¡No, ahh! –grito cuando arrancan más vellos de mi cuerpo, ahora se dirigen hacia mi trasero –¡Dejen de tocarme ahí, maldita sea! –reprimo un grito cuando depilan, incluso, mis partes íntimas. Todo mi piel queda ardiendo por la depilación, sin mencionar que el lazo me está destrozando por dentro. Puedo sentir la angustia de Noah pero no puedo hacer nada al respecto.
–Bien, terminamos con lo más difícil. Pero aún tenemos mucho que hacer. –la omega le ordena a las betas preparar un baño con no sé qué ingredientes raros y esas estupideces. Yo permanezco sobre la camilla mientras trato de regularizar mi respiración, mi corazón late muy rápido –Vamos joven Caimanis, lo que viene le gustará. –me dice y sólo quiero golpearla en la cara pero es una mujer, no estoy tan loco para lastimarla.
–¿Qué me van a hacer ahora? –pregunto mirando como ella toma la correa y la jala para que la siga. Lo hago de mala gana hasta llegar a unas grandes bañeras. El agua es de un color raro, parece pintura blanca.
–Le daremos un baño para dejar esa piel, un poco seca, como la de un bebé. Bonito ¿No? –dice empujándome para que entre a esa tina pero yo no quiero.
–No, ni siquiera sé que tiene esa agua. Huele a... –uno de los alfas me da un empujón y caigo dentro de la tina, casi me ahogo, entonces salgo a la superficie agitado. Esta cosa es leche.
–No importa cuanto se niegue, nosotros sólo hacemos nuestro trabajo. –me dice la mujer y soy obligado a quedarme dentro de esa rara preparación de leche por 20 minutos.
20 minutos después... Mi cuerpo es enjuagado sólo para ser empujado dentro de otra tina con otros ingredientes –2 huevos, aceite de Lucía, 16 cucharadas de aceite de trigo... –murmura una de las betas mientras que agrega todos eso en la tina en donde me encuentro. ¡Por la Luna, harán un estofado conmigo! De nuevo tengo que quedarme 20 minutos para después enjuagar mi cuerpo nuevamente y arrojarme a una tercer tina. Esta tiene pétalos dentro del agua, son muy molestos porque se pegan en mi piel y hasta algunos quedan entre mis nalgas. Que desagradable.
Luego de los baños raros que me dieron, me llevaron a una habitación para encerrarme, no me quitaron las esposas pero si el molesto collar y al fin se dignaron a darme algo de ropa. Todo mi cuerpo se siente raro sin los vellos y mi piel huele a rosas. Parezco una niña o un omega –Esto no va conmigo. –digo haciendo una mueca, en eso noto que hay una bandeja sobre la cama –¡Comida! –exclamo corriendo hacia allí y al quitar la tapa me encuentro con unas miserables hojitas de lechuga, es una ensalada. ¡¿Qué clase de horrible tortura es esta?!
