Al final tuve que cortar las rosas con una mejilla hinchada por culpa de Noah. No es necesaria la violencia y no debería ser tan agresivo.
-Me aburro. ¿No puedes hacer eso más rápido para ir a tu departamento? -habla haciendo que mi mirada caiga en él, no puedo creer que esté hablando en serio-. No para hacer eso desgraciado, sino que quiero dormir. Yo no trabajo los fines de semana -se apresura a responder como si me hubiera leído la mente. ¿Será el lazo? Había oído de la unión espiritual y psíquica pero no tenía idea que fuera tan literal.
-Debo hacerlo con cuidado o podría lastimarme -contesto rozando unas cuantas de las punzantes espinas con mis dedos. Claudia debió ocupar los guantes y como sólo hay un par estoy cortando las rosas sin ninguna protección.
-Si lo hiciera yo, ya hubiera terminado. Eres una tortuga, sin mencionar que hablas con la planta. -Hace una mueca mientras yo le digo a Rosse que lo ignore.
-Está científicamente comprobado que los vegetales tienen sentimientos -digo en mi defensa, termino de cortar el última flor de la planta y sonrío al tener un perfecto rato de rosas rojas, y la mejor parte es que no me lastimé al cortarlas.
Debo llevarle el ramo a Claudia pero tropiezo con el banquillo, que estaba usando para alcanzar las flores más altas, y termino cayendo al suelo. Mi mejilla se vuelve a golpear y ahora mis brazos se llevan lo peor al amortiguar mi caída. De repente escucho el grito y maldiciones de Noah haciendo que llevante la mirada preocupado, él está cubierto por esas rosas y en lugar de tranquilizarse él trata de quitarlas desesperadamente, sus manos se cortan y algunas rosas se aferran dolorosamente a la piel de sus brazos y rostro por las espinas. Debo detenerlo antes de que se haga más daño.
-Basta -me pongo de pie en un parpadeo y tomo sus hombros, él se ve asustado y no es para menos.
-Es tu culpa -contesta de manera cortante. Fue un accidente... que sucedió por no ver hacia donde caminaba. Si es mi culpa.
-Lo sé, no te muevas -digo mirándolo, tienen varias rosas clavadas en sus brazos pero las que más me preocupan son las que están en su cuello y mejilla. Unas pequeñas gotas de sangre comienzan a bajar desde las heridas haciendo que entre en pánico. Yo siempre mantengo la calma bajo presión pero ahora no puedo hacerlo. ¡¿Es por el lazo?!
-¡Me duele mucho! -se queja cuando le quito una de las rosas con mucho cuidado, el olor a sangre opaca el aroma de las flores y eso no me ayuda en nada.
-¡Cálmate! -respondo tomando otra rosa pero esta parece estar muy clavada en él.
-¡Estoy calmado! -responde haciendo retumban mis tímpanos.
-¡¿Y por qué gritas?!
-¡Porque también estas gritando!
-¡Trato de ayudarte! -Ya casi termino de quitar las rosas y la piel de sus brazos se encuentran cubierta de marcas y sangre que brotan de las heridas.
-¡Ah! -Noah me da un empujón cuando trato de quitarle la rosa de su mejilla. La herida se hizo un poco más grande a causa de eso.
-E-Espera... -doy una profunda respiración para calmarme y sorpresivamente Noah copia mi acción. Cuando dejamos de gritar yo le indico que se siente en el banquillo con el que tropecé, así no se moverá tanto y podré sacarle las espinas sin hacerle más daño.
-¿Ya está? -me pregunta y ni siquiera comencé. Rodo los ojos y tomo su mentón con mi mano izquierda y con la derecha voy quitando la rosa con mucho cuidado. Noah hace unas muecas de dolor pero no se quejó hasta que -¿Ya está? Mi trasero se adormeció.
Ignoro su comentario y termino de retirar la rosa, ya no podrá hacerse daño pero debo curar todas sus heridas urgente.
-Vamos -indico con un movimiento de cabeza para que me siga. Él de mala gana lo hace y nos encontramos con Claudia en la salida del vivero.
ESTÁS LEYENDO
Un Lazo Diferente (Omegaverse)
Hombres LoboEl lazo arruina la amistad de dos mejores amigos.