–¿Izan? ¿Qué pasó aquí? –dice al verme en este estado tan miserable. ¡Es su culpa, lo odio!
–Unos gatos invadieron su departamento y él se cree uno de ellos. –contesta Nick pero esa no es la verdad.
–¡Estoy así por tu culpa! –digo lloriqueando, no me importa tener mocos en la cara –M-Me abandonaste.
–Pero... Deja el teatro Izan, sólo los alfas y omegas sufren por un lazo roto. Nosotros no. –responde matándome de nuevo con sus palabras. Es como si estuvieras en el suelo y le suplicaras ayuda a la persona que más quieres pero esta termina clavándote un cuchillo por la espalda.
–Hola, oh-eh, creo que... es un mal momento. –en la puerta se encuentra Marina, es la chica nueva del edificio. Me pregunto qué hace aquí.
–No amor, sólo ayudo a mi amigo. –responde Noah haciendo que me quede con la boca abierta. ¿Amor? A mí nunca me dijo esas cosas mientras estábamos enlazados.
¡¿Amigo?! ¿Después de la fisura y de la fractura soy sólo su amigo? Ya no lo soporto –¡No puedes entrar aquí! –digo poniéndome de pie y caminando hacia ella. Marina trata de decirme algo pero yo observo su marca por un momento para después cerrar la puerta en su cara.
–Izan, ¿Qué mierda te pasa? –Noah trata de abrir la puerta pero tomo su muñeca para detenerlo.
–Tú no puedes salir hasta que hablemos. –murmuro manteniendo mis cejas como una línea recta. Él me desafía con la mirada por un momento. Yo... había extrañado mucho ver esos ojos.
–Creo... que los dejaré solos. –Nick se escabulle entre nosotros, asustado, y sale por la puerta rápidamente, una vez que quedamos sólo yo cierro la puerta con llave y la guardo dentro de mi bolsillo.
–¿Hablar de qué? –Noah es el primer en romper el silencio.
–¡De todo lo que está pasando! –grito exaltado –Todo estaba bien, nos rendimos al lazo pero tú desapareciste sin decirme nada y cuando fui a buscarte ya habías roto el lazo. –hablo tratando de calmarme y de no gritar.
–Lo pensé mejor y nosotros no somos compatibles. Además fuiste el primero en no querer el lazo. –contesta y es cierto –Marina y yo tenemos mucho en común y cuando la conocimos en el estacionamiento comencé a hablar con ella. Luego la marqué. –me explica como si no fuera gran cosa. Estoy muriendo por dentro y él no lo sabe, no hay lazo.
–Si... dije que no quería el lazo pero con él aprendí mucho de ti. –hablo tomando sus hombros, hasta ahora no me había dado cuenta lo mucho que extrañé tocarlo, aunque sólo pasara unos días. Lo extraño y quiero que él también sienta lo mismo por mí, quiero que comprenda mi dolor –Con el lazo experimenté muchas sensaciones nuevas, podía... sentirte. Te comencé a querer. –finalizo sintiendo mis lágrimas bajar por mi rostro. Odio llorar. Noah trata de alejarme pero termina dándome un abrazo, su perfume es tan agradable y yo debo oler a basura.
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