¡AYUDA!

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Se ve un elegante y gran estudio. Esta adornado al estilo europeo. Dentro hay un gran librero, un escritorio de fina madera, sillas elegantes, un sillón de piel color negro, una gran ventana tras el escritorio adornada con hermosas y gruesas cortinas que al estar cerradas le da oscuridad al lugar.

Sentada tras el escritorio se encuentra Yuki, recargando su espalda completamente en el respaldo y teniendo sus pies encima del costoso escritorio. A la chica se le ve despeinada y aun trae puesto el uniforme de la escuela.

- Como imagine me traerían a casa... pero jamás conté con que me traerían al estudio de mi padre. Pensé que me encerrarían en mi habitación, y aunque me encerraron lo hicieron en el estudio, y me quitaron el teléfono y no hay computadora... brincar la ventana es una opción, sino estuviera cerrada, aunque podría quebrarla pero si lo hago escuchara, puedo oír que alguien vigila afuera. –la pelinegra chasqueo la lengua, tiene que escapar lo sabe, sus amigos no correrán tanta suerte como ella. –Analicemos, yo ahorita me encuentro en Venecia. Tengo entendido que Danzou vive en Francia así que ahí debieron haber llevado a Naruto... y Sakura debe estar en ¿Japón?... Kaname vive ahí aunque viaje mucho, que se hayan quedado en Japón es una opción mas no es seguro que así sea. –la pelinegra chasquea la lengua, pero sale de sus pensamientos al oír unos pasos chocar contra el piso de mármol, viniendo desde afuera.

La pelinegra mira atenta la puerta la cual en un par de minutos se abrió dejando ver a un hombre adulto, de más o menos unos cuarenta años. Sus facciones son europeas; cabello rubio y corto, piel clara, ojos verdes que muestran frialdad y son grandes, facciones toscas y varoniles, una delgada y elegante barba de candado adorna su rostro, es alto y de cuerpo fornido que es cubierto por un traje de corte italiano de color café oscuro, una camisa blanca abajo del saco y no trae corbata, zapatos cafés oscuro de piel.

- ¿Qué demonios haces ahí? –la voz del hombres es varonil y la mira con desprecio.

- Aquí me trajeron. –Yuki sonríe de forma socarrona.

- No te hagas la tonta niña, hablo de la razón por la que estas sentada en mi lugar. –le dice furioso cerrando con brusquedad la puerta tras de sí.

- ¿Tu lugar? –Yuki ríe entre dientes. –El lugar de mi padre dirás, de hecho todo esto es de mi padre...

- Lo fue. Murió ¿lo recuerdas?

- No, como también recuerdo que sus herederas somos mi madre y yo. Sigues siendo un usurpador. –Yuki se pone de pie y lo mira altanera.

El hombre se acerca a ella furioso y le voltea el rostro de una fuerte bofetada, para después tomarla de los cabellos y estamparle la cara en el escritorio.

Yuki tiene el seño fruncido mostrando dolor en su expresión, sintiendo el sabor metálico de la sangre que brota de su labio reventado.

- Cuida tus palabras niña. –le dice amenazante.

- Ya no soy una niña. –le dice furiosa y con algo de dificultad por como la tiene.

- Se nota. –el hombre se relame los labios de forma pervertida.

Yuki se tensa cuando siente la mano de él en su pierna, subiendo hacia su trasero, metiéndolo bajo la falda y acariciándole los glúteos sobre las bragas.

- No solo escapaste de ese estúpido colegio sino que también te la has pasado robándome de mis cuentas bancarias jaqueando mis cuentas... sin duda debes ser castigada y se me ocurre como hacerlo. –el hombre apretó los glúteos de la pelinegra entre sus manos haciéndola hacer una mueca de asco.

¡YO NO SOY GAY!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora