Alrededor de un mes se había cumplido desde la llegada de Christopher a Enterprise Global Miller Holdings y se había establecido en el reglamento, que cada lunes, a primera hora, se llevaría a cabo, un junta con todos los gerentes de los distintos departamentos y así, conocer, como iba el funcionamiento y desarrollo de cada área, todo eso, con el fin de seguir trabajando de la mejor manera y aportar excelentes resultados para la empresa, hacer de sus debilidades fortalezas, de sus amenazas oportunidades y sobre todo, para seguir siendo la empresa líder en telecomunicaciones como lo eran hasta la fecha.
Christopher ya se encontraba en la sala de juntas con su MacBook trabajando, había llegado más temprano de lo usual y precisamente esa mañana, Kaitlyn fue la primera en llegar. Hacía una semana entera no se veían, estuvieron tan llenos de trabajo, que no les había dado chance de trabajar con el proyecto que se acercaba y en el que por supuesto, la idea de Kaitlyn, fue aprobada por el comité entero.
—Buen día—saludó ella, con cierta timidez, al entrar a la sala y percatarse de que, no había nadie más que él—. Desde que le había presentado su idea para el proyecto, no habían vuelto a estar solos, únicamente se habían visto en las juntas de los lunes.
Él levantó inmediatamente la vista de su laptop al escuchar su voz y conectó su mirada con la suya. Estaba más que bella esa mañana, preciosa, resplandeciente, fue imposible no notarlo.
—Buenos días—respondió él, con una sonrisa y su vista todavía fija en ella—. Estaba guapísimo, vestido con un traje gris, combinado con camisa celeste, no llevaba el saco puesto, estaba únicamente usando su corbata y chaleco. Su bien formado cuerpo, se notaba a la perfección con aquel atuendo y la castaña, no pudo evitar darle un rápido vistazo a sus trabajados y marcados antebrazos.
Esos segundos, en los que sus miradas no perdieron el contacto en ningún momento, parecieron eternos, aquellos atractivos y fascinantes ojos grises, contra unos intensos y magníficos ojos verdes, que casi lo incitaban a perderse en ellos.
—Parece que madrugamos hoy—comentó ella, mientras buscaba un lugar donde sentarse—. Comenzaba a sentirse nerviosa, como siempre que estaba en su presencia.
—Sí, así parece—concordó Christopher, todavía mirándola.
Kaitlyn abrió su laptop como excusa para distraerse con algo y comenzó a trabajar. Él se quedó varios segundos más con la mirada puesta en su anatomía. Se habían quedado en silencio, sin saber que decir, lo único que podían sentir, eran sus respiraciones bastante agitadas y no se explicaban el porqué de ello.
—Kaitlyn—la llamó.
—¿Sí? —dijo ella, alzando la vista y encontrándose con la de él—. Aquello fue algo similar a un impacto y es que, Christopher Miller, tenía una mirada demasiado peligrosa.
—¿Te parece si comenzamos a trabajar hoy en el proyecto después de la junta? —Ya faltan pocos meses y no hemos tenido tiempo para avanzar en ello.
—Sí, claro, me parece bien, de hecho, ya estuve trabajando en ello, puedo mostrarte luego lo que he avanzado y así me das tu opinión.
—Me parece estupendo.
Los demás ejecutivos comenzaron a llegar minutos después, la junta dio inicio y como siempre, Christopher, fue quien tomó la palabra, con el buen humor y optimismo que lo caracterizaba. Mas tarde, cada gerente expuso también sus inquietudes y mientras tanto, dos en la sala, estaban en un constante intercambio de miradas, de las que no eran conscientes, era algo involuntario, si es que así se podía llamar o más bien, como si no lo pudieran controlar.
La junta llegó a su final una hora después y ellos se quedaron en la sala nuevamente solos.
—Bueno, pasemos a mí oficina y comenzamos a trabajar ahí—habló él.
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Irresistiblemente Prohibido
Romance🥇 #1 en Categoría Atracciones 06/06/19 🥇 #1 en Categoría Admiración 18/01/23 🥇 #1 en Categoría Pasión 15/06/20 Cristopher Miller, es hijo de un empresario multimillonario, dueño de una Franquicia de telecomunicaciones reconocida a Nivel Internac...
