Transcurrieron alrededor de dos meses, desde la última vez que Christopher había estado en la oficina de Kaitlyn tratando de hablarle y comprendiendo lo disgustada que estaba, a causa de él, decidió no volver a molestarla y aunque se desvivía por buscarla y encontrar una mínima oportunidad para explicarle todo, no lo hizo, no quería incomodarla o mucho menos, ser el causante, de que ella decidiera dejar su trabajo debido a su insistencia.
Un enorme muro se había forjado entre ellos, únicamente hablaban sobre asuntos estrictamente laborales en las juntas de todos los lunes y de ahí, su trato era casi completamente nulo.
El empresario moría de amor cada vez que la veía, no podía evitar mirarla cuando estaba distraída, estaba más enamorado que nunca, estaba loco de amor por ella, no podía olvidarla, peor+ sacarla de su cabeza, permanecía día y noche en sus pensamientos y cada día que pasaba, cada semana que trascurría, le era más difícil resistirse a lo que sentía, sin embargo, aún con todo eso, no podía considerar una sola posibilidad de acercarse, porque estaba seguro, que no se lo permitiría, se había vuelto completamente indiferente con él, ni siquiera lo veía a la cara y lo ignoraba todo el tiempo, lo que se tenía bien merecido, pues se había portado como un absoluto imbécil y sobre todo, como un cobarde.
No obstante, lo peor de todo y lo que más le dolía, era que ella ni siquiera lo trataba mal, le faltaba al respeto o algo parecido, al contrario, seguía siendo tan o más profesional que cuando la conoció, se dirigía a él siempre con educación cuando tenía que hacerlo, lo trataba como a una persona más, como si nada hubiese pasado entre ellos.
Por su parte, Kaitlyn, aunque parecía ser indiferente y ajena a todo, estaba muriéndose de dolor por dentro y marchitándose como una flor, conforme pasaba el tiempo. Cada vez que veía en las revistas, los diarios o inclusive en la misma televisión, a Christopher con su novia, como una pareja feliz, esperando por su bebé, sentía envidia de Camila, de su vida y de su genuina felicidad, pero a su vez, se sentía como una tonta infeliz, por haber pensado que un hombre como él, iba a decidirse por ella.
Había cometido un grave error al entregarle su virtud, al confesarle sus verdaderos sentimientos, al pensar que era una persona honorable, de palabra, leal, honesta, cuando fue todo lo opuesto y simplemente la había utilizado, había jugado con ella, le había hecho creer que de verdad la quería, lo que no era así. Para variar, su herida se volvió más honda, cuando fue anunciado oficialmente su compromiso, Christopher Miller y Camila White, se iban a casar.
Esa semana del anuncio, fue verdaderamente difícil y dura para Kaitlyn, la había pasado mal varias noches, llorando desconsolada y de no haber sido por el apoyo incondicional y emocional de Nina, lo habría pasado peor.
Por otro lado, los señores Miller estaban preocupados, habían notado el brusco cambio de actitud en su primogénito, ya no se le veía tan feliz ni animado como solía ser, ya no sonreía tan a menudo, en lugar de ello, se le veía triste, decaído, callado, por mucho que trataba de aparentar normalidad, tranquilidad, su mirada lo delataba y solo reflejaba dolor y mucha tristeza.
—Hijo, has estado especialmente desanimado estos últimos meses—comentó el señor Miller, mientras entraba a la sala de billar y tomaba uno de los tacos.
Christopher despertó de su ensoñación y se volvió hacia él.
—Papá, no te sentí llegar—dijo un poco abrumado.
—Sí, de eso ya me di cuenta—manifestó este con una media sonrisa—lo que me da curiosidad, es saber, qué es lo que ves en el jardín con tanta atención—añadió en tono sereno y Christopher no pudo evitar sonreír—. Llevas varios minutos de pie frente a ese cristal—observó.
El castaño suspiró, tomó otro de los tacos y se acercó a la mesa de billar en donde ya estaba su progenitor.
—En realidad, no veía algo en especial, simplemente vine a despejar la mente.
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Irresistiblemente Prohibido
Romance🥇 #1 en Categoría Atracciones 06/06/19 🥇 #1 en Categoría Admiración 18/01/23 🥇 #1 en Categoría Pasión 15/06/20 Cristopher Miller, es hijo de un empresario multimillonario, dueño de una Franquicia de telecomunicaciones reconocida a Nivel Internac...