Una vez que la junta finalizó, todos salieron de la sala, a excepción de Smith, quien no salió de inmediato y se acercó a Kaitlyn.
—Necesito tomar una llamada en mi oficina, en un momento regreso—anunció Christopher observando a ambos.
Los otros dos presentes asintieron y se quedaron conversando un largo rato sobre trabajo, sin embargo, Smith no desaprovechó la oportunidad al estar a solas con su compañera y le hizo saber, lo hermosa que estaba esa mañana y aunque a ella no le disgustaban sus atenciones, tampoco quería darle alas, porque no tenía interés en más que una amistad con él, por muy atractivo que fuera.
—Oye, Kaitlyn, me gustaría invitarte a almorzar hoy, ¿crees que puedas ir? —aprovechó el rubio de preguntar.
—Mmmm, no lo sé, lo que pasa, es que últimamente estamos trabajando mucho con Christopher en el proyecto y siempre solemos pedir algo para comer aquí, así aprovechamos el mayor tiempo posible, ya que solo nos quedan pocas semanas para entregarlo y bueno, todavía tenemos bastante trabajo por hacer.
—Tienes razón y te entiendo, pero, ¿y a cenar? —solo será un rato, además, es bueno relajarse un poco de vez en cuando.
Ella no estaba tan segura de aceptar, no obstante, tampoco podía despreciarlo, aparte, no tenía nada de malo que saliera con su compañero, necesitaba salir a distraerse y relajarse y Smith, era una persona muy agradable y divertida.
—Está bien, vamos—aceptó gustosa y el rubio sonrió encantador.
—Perfecto—dijo más que fascinado y sus ojos azules brillaron con intensidad.
En ese preciso momento, Christopher entró a la sala y notó el rostro atontado de su subordinado, lo que le provocó un sabor amargo en el paladar, ya que, había escuchado parte de la conversación sin querer y era consciente, de que, Smith, estaba más que feliz, debido a la respuesta afirmativa de la bella mujer ante ellos y como no iba a estarlo, si era un verdadero privilegio el simple hecho de gozar de su compañía.
Algo rugió en su interior y maldijo para sus adentros.
—Bueno, chicos, yo los dejo, también tengo que trabajar—manifestó Smith resplandeciente, con una sonrisa de oreja a oreja y casi que dibujaba corazones en el aire.
Las miradas de Christopher y Kaitlyn se encontraron, al quedarse nuevamente solos y justamente en ese lugar, en donde cada vez que entraran, recordarían lo que había pasado entre ellos. Ninguno dijo nada por varios minutos, sobre todo él, quien estaba bastante adusto y serio. Se limitaron a sentarse lo más lejos que pudieron y comenzaron a trabajar en sus portátiles.
Los ojos de la castaña se desviaban cada cierto tiempo a él y notó su ceño contraído, lo que le dio la impresión de que estaba molesto o disgustado por algo.
—Christopher—lo llamó en voz baja y sus ojos grises la enfocaron.
—¿Sí? —contestó él con severidad.
—¿Está todo bien? —quiso saber ella, al seguirlo notando raro e indiferente.
—Sí—le aseguró este, tratando de relajar sus facciones, todavía no entendía, porque de repente, se había sentido tan molesto—. Me duele un poco la cabeza— mintió.
—¿Gustas que te pida una píldora? —parecía preocupada y eso lo suavizó todavía más.
—No, gracias, acabo de tomarme una cuando estuve en mi oficina.
Ella asintió y devolvió su atención a la pantalla.
—Kaitlyn—ahora fue él quien la llamó.
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Irresistiblemente Prohibido
Romance🥇 #1 en Categoría Atracciones 06/06/19 🥇 #1 en Categoría Admiración 18/01/23 🥇 #1 en Categoría Pasión 15/06/20 Cristopher Miller, es hijo de un empresario multimillonario, dueño de una Franquicia de telecomunicaciones reconocida a Nivel Internac...