(Multimedia por favor)
Kaitlyn palideció y se quedó sin habla, tras escucharlo decir esas palabras, incluso, llegó a creer que estaba alucinando, sin embargo, al ver la resplandeciente sonrisa en los labios del hermoso hombre ante ella, supo que nada había sido producto de su imaginación.
—¿Sorprendida? —lo oyó preguntarle, solo en ese momento reaccionó y con dificultad, asintió— ¿No te parece que es una manera única y original para pedir matrimonio? —digo, estamos desnudos, mojados y en la ducha—agregó él riendo y Kaitlyn también lo hizo. —Pero, aunque esto parezca una locura, es lo que verdaderamente quiero, casarme contigo, formar una familia, despertar cada mañana y que seas tú lo primero que vea, amarte y respetarte toda la vida, aún después de la muerte—expresó serio y bastante decidido.
Ella experimentó una enorme sensación de felicidad, que por segundos, la dejó sin respiración y de un momento a otro, unas espesas lagrimas brotaron de sus bonitos ojos. Estaba tan conmocionada y a la vez, emocionada, que se sintió expuesta y se acurrucó en los brazos fuertes de él para que no la viera llorar, no obstante, Christopher ya lo había notado, por lo que, la abrazó con todas sus fuerzas, para hacerle ver, que estaba ahí, con ella, consolándola.
—¿Por qué lloras, preciosa? —cuestionó con ternura, mientras besaba su cabeza en repetidas veces—. No llores, por favor— suplicó, acariciando su espalda desnuda y se sintió a morir, cuando la escuchó sollozar—. Te amo, te amo, te amo—le repitió una y otra vez, para asegurarse de que lo escuchara.
Transcurrieron varios minutos, unos que fueron de lo más emotivos y hermosos, hasta que finalmente, ella alzó la mirada y lo vio directamente a la cara.
—Yo también te amo...con todo mi corazón y con todas las fuerzas de mi alma— le hizo saber llorosa—y esto... todo esto que acabas de decirme, me ha hecho la mujer más feliz del mundo entero—añadió todavía sin poder creerlo—lo soñé tantas veces, lo deseé con toda mi alma, que nada me gustaría más, que pasar el resto de mi vida a tu lado.
—¿Eso es un sí? —preguntó Christopher, sintiendo que el corazón le latía a toda velocidad y que por poco de le salía del pecho.
—Sin duda alguna, es un sí, una y mil veces sí—susurró ella llorando.
El magnate sonrió ampliamente y comenzó a repartir besos por todo su rostro, para cerrar el momento con broche de oro, le robó un beso que la dejó sin aliento por los siguientes segundos.
—Hoy me has convertido en el hombre más feliz del universo entero, te amo, Kaitlyn Johnson, te amo y siempre será así.
Ahora fue el turno de la castaña para sonreír.
—Yo te amo muchísimo más—expresó contenta y se colgó de su cuello.
Las emociones y los continuos besos, volvieron a despertar en ellos la pasión, una que era incontenible, que solo ellos mismos podían apagar y que les era casi imposible de refrenar. Christopher la sacó de la ducha, la condujo a la recamara y ahí, le hizo el amor todo lo que restó de la noche.
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El empresario llegó muy temprano esa mañana a su casa y se dirigió directamente al jardín trasero, a contemplar el hermoso y despejado cielo azul. Tenía una sonrisa imborrable en el rostro y sus ojos grises brillaban como nunca antes. El señor Miller, quien se encontraba desayunando solo cerca de la alberca, lo observó con atención y se sintió contento de verlo en ese estado, por lo que, no le quedó la menor duda, de que el motivo de esa felicidad, tenía nombre y apellido
—Buen día, hijo—lo saludó su padre, mientras saboreaba un exquisito café.
—¡Papá! —exclamó este sorprendido, ya que no había notado su presencia—. No sabía que estabas aquí.
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Irresistiblemente Prohibido
Romance🥇 #1 en Categoría Atracciones 06/06/19 🥇 #1 en Categoría Admiración 18/01/23 🥇 #1 en Categoría Pasión 15/06/20 Cristopher Miller, es hijo de un empresario multimillonario, dueño de una Franquicia de telecomunicaciones reconocida a Nivel Internac...
