Como si alguien la hubiera ahuyentado, con urgencia se movió de donde aquella mirada pudiera alcanzarla y de donde ella, tampoco pudiese verlo a él, estaba actuando como una adolescente, sí, y sabía perfectamente que no tenía ningún motivo para sentirse mal por lo que acababa de presenciar, pero tampoco podía controlar lo que sentía, estaba experimentando muchas cosas nuevas y poco le gustaba que estuviera pasándole con la persona equivocada y si de ella hubiese dependido evitar ver aquel beso, lo hubiese hecho, porque de lo único que tenía ganas en ese preciso instante, era de salir corriendo de ahí, no quería ver a Christopher con su novia, NO QUERÍA. Ansiaba que ese cóctel terminara ya, ansiaba poder irse a su casa y desahogarse con su almohada, ya que su mejor amiga, Nina, estaba fuera de la ciudad por asuntos de trabajo.
¿Qué iba a hacer tan sola durante esas semanas sin su loca y confidente cómplice?
Decidió ignorar todo eso que no ayudaba a su decaído estado de ánimo y se fue en busca de sus compañeros de trabajo, necesitaba distraerse, conversar un rato y su acompañante de esa noche, llevaba ya bastante rato conversando con unos invitados. Caminó hasta donde estaba su grupo de amigos, sin embargo, antes de llegar, se detuvo en seco al observar un moño de una de las decoraciones que se había echado a perder, así que con sus manos agiles lo tomó y se apresuró a arreglarlo, sonrió cuando este estuvo listo y quedó como si nada.
—¿Satisfecha con el resultado? —preguntó Christopher a su lado y ella sintió toda su piel erizar.
La castaña volteó hacia él y tembló cuando a sus fosas nasales, llegó el olor de su exquisito perfume y más aún, cuando aquella potente mirada, casi la llamaba a perderse en ella y descubrir lo que guardaba en su interior. Él se percató de su estado y de la forma en que se había estremecido y sintió un frío recorrerle por todo el cuerpo. ¡Joder!
—Sí, sí, la verdad... es que sí—aceptó ella, tratando de aparentar serenidad, pero, fue imposible que Christopher no notara su nerviosismo y que su mente, volara más allá, porque el simple hecho de saber que su presencia la alteraba, como la suya lo alteraba a él, solo hacía que las cosas y la situación entre los dos, se volviera más complicada. Es que sería un verdadero martirio confirmar que el sentimiento era mutuo, eso podía hacerlo perder la cabeza y no debía.
—Creo que también me corresponde felicitarte por el excelente trabajo que has hecho, realmente, tú idea fue muy innovadora y veo que ya muchos te lo han dicho—comentó él sin dejar de contemplarla.
—G-Gracias, pero, como dije antes, no lo hice sola fue...fue un trabajo en equipo—su voz sonaba nerviosa y él sintió aquello como un detonante. ¡Carajo!
—Sí, claro, por supuesto, aun así, la idea fue tuya, así que, el mérito es tuyo.
Ella se ruborizó...
—Gracias, señor Miller.
—¿Sr Miller? —preguntó él extrañado por tanta formalidad—. Estando delante de todos, entendía que fuera tan formal, sin embargo, en ese momento, estaban solos, no había nadie lo suficientemente cerca como para escucharlos, por lo tanto, no era necesario hablar en ese lenguaje tan profesional y distante. —Kaitlyn...
—Mi amor, estaba buscándote—apareció Camila de pronto y lo tomó de la mano, justo cuando él estaba a punto de decir algo.
—Camila—susurró Christopher algo desconcertado—también estaba buscándote, nada más... me detuve un momento a felicitar a la señorita Johnson por su estupendo trabajo, ya que no había tenido la oportunidad de hacerlo.
Kaitlyn esbozó una media sonrisa y sintió que nuevamente, su corazón se oprimió, había sufrido demasiadas decepciones en un mismo día, ya no sólo le dolía ver a Christopher con su novia, sino que también, le afectaba cuando se trataban de manera tan remota.
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Irresistiblemente Prohibido
Romance🥇 #1 en Categoría Atracciones 06/06/19 🥇 #1 en Categoría Admiración 18/01/23 🥇 #1 en Categoría Pasión 15/06/20 Cristopher Miller, es hijo de un empresario multimillonario, dueño de una Franquicia de telecomunicaciones reconocida a Nivel Internac...
