❤️ FINAL ❤️

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Dos meses después de esa maravillosa y emotiva noche, era noticia de primera plana, la gran boda que se llevaría a cabo a principios de marzo, del exitoso y guapísimo empresario Christopher Miller, con la preciosa e inteligente Kaitlyn Johnson, una mujer que le había robado el corazón al joven y codiciado magnate, con tan solo una mirada.

Como si el tiempo estuviera a su favor, los días pasaron con una agilidad impresionante y el tan esperado día, finalmente llegó. La novia estaba ansiosa y desesperada por llegar al altar, apenas y podía creer, que uno de sus más grandes sueños, estuviera a punto de cumplirse.

Estaba hermosa, luciendo un espectacular e inmaculado vestido de novia corte princesa y su cabello recogido en un sensacional moño, que dejaba al descubierto sus bonitas facciones, salvo por un flequillo, que cubría parte de su rostro. Sería una boda de lujo, cuya recepción se llevaría a cabo en uno de los hoteles más exclusivos y costosos de toda la ciudad.

El novio, quien ya esperaba en la iglesia, también se encontraba muy desesperado y nervioso, aparte de él, había muchos de los invitados expectantes al momento exacto, en que la futura integrante de la familia Miller, apareciera por la enorme compuerta de doble hoja.

Christopher temblaba, sin exagerar, veía cada cinco segundos en dirección a la entrada y su padre, quien permanecía sereno y tranquilo a su lado, trató de tranquilizarlo a toda costa, aunque fue difícil lograrlo. La marcha nupcial de pronto comenzó a hacer eco por todas las paredes y la piel del castaño se erizó, en cuanto sus magníficos pozos grises, divisaron a su preciosa hada. Los ojos se le llenaron de lágrimas casi de inmediato y se limpió las mejillas, en cuanto varias de estas, escaparon de sus cuencas. El señor Miller sonrió lleno de emoción y jubilo al ver a su hijo en ese estado y le facilitó un pañuelo para que lo usara.

Kaitlyn llevaba el rostro cubierto con el velo y al ver a su futuro esposo, muy emocionado y afectado al igual que ella, se tomó fuertemente del brazo de su padre. Este la sintió temblar y reprimir un jadeo, así que con palabras llenas de amor y cariño, la calmó, pero solo un poco. Los aplausos de todos los presentes comenzaron a escucharse por doquier y los incontables flashes tampoco se hicieron esperar.

—Cuide de mi princesa, es uno de mis más grandes tesoros—expresó el señor Johnson con sentimiento, una vez que ambos llegaron al altar y entregaba la mano de su hija.

—Así lo haré, de eso no tenga la menor duda—prometió Christopher sin dejar de contemplar al bello ángel ante él—. Ella también es mi princesa y haré hasta lo imposible, para que siempre sea feliz.

Los novios se miraron detenidamente cuando se quedaron solos y el castaño aprovechó para descubrir su bonito rostro y besarla suave, sin importarle nada ni nadie.

—Te Amo—le dijo lleno de infinito amor.

—Yo también te amo a ti—respondió ella sonriendo y una lagrima rodó por su tersa mejilla. Christopher la limpió con su pulgar, con mucho cuidado de no arruinar su maquillaje y luego la besó en la frente.

Otro caluroso aplauso volvió a escucharse por parte de los invitados, al contemplar aquella emotiva y amorosa escena.

El sacerdote comenzó la amena ceremonia, los dos expresaron sus votos con mucha emoción y se juraron amor eterno, en la salud y en la enfermedad, en la abundancia y la escasez, cada día de sus vidas, hasta que alguno de los dos dejara de respirar. Después de eso, se colocaron los anillos hechos de oro puro con sus nombres grabados y para finalizar, fueron declarados marido y mujer.

—Señora Miller—manifestó él con una enorme sonrisa de oreja a oreja.

—Señor Miller—soltó la castaña llena de felicidad, seguido de eso, unieron sus labios, para sellar de una vez, su nuevo compromiso de amor.

Irresistiblemente ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora