Entre festividades y actividades, la semana transcurrió de prisa, ese último mes del año, era el más ajetreado y todos, estaban perdidos entre ocupaciones y afanes, yendo de un lado otro.
Christopher y Kaitlyn se habían vuelto a confesar su amor en aquella noche, sin embargo, ella le había pedido tiempo para procesar todo, además, la ruptura de él con su ex prometida todavía era muy reciente y la castaña, no quería verse involucrada en algún escándalo que fuese afectar su reputación, pues toda su vida había sido ajena a ese tipo de situaciones y no quería que eso cambiara.
El empresario entendió su postura y no le exigió de más, sabía que debía ser paciente y esperar, para que en el momento en que ambos decidieran estar juntos, no tuvieran ningún inconveniente, aparte, la noticia de su rompimiento, aún era tema de conversación entre la crítica sociedad inglesa y una nueva relación, solo provocaría más controversia y especulaciones.
Esa noche de sábado, era la fiesta oficial de gala en la empresa y Kaitlyn, junto con su equipo, habían estado trabajando duramente toda esa semana, hasta muy tarde organizando todo. Ella era muy perfeccionista y como siempre, se esmeraba de más con todo.
El salón principal ya estaba repleto de invitados, meseros iban y venían de un sitio a otro, repartiendo bocadillos y copas de champagne. La noche estaba joven, el ambiente apenas comenzaba y por supuesto, los ojos de las revistas y medios más influyentes, estaban puestos en el atractivo y nuevamente soltero magnate.
Christopher se encontraba un poco desesperado, los minutos pasaban y no veía a su hada por ningún lado, no obstante, su agónico suplicio tuvo fin, en cuanto la vio atravesar el umbral de la puerta principal. La mirada se le iluminó de inmediato, al ver lo espectacular que se veía, con un ajustado y elegante vestido de gala de un rojo exótico y destellos color plata, el cabello suelto y bien arreglado, que cubría la mitad del moderado escote en su espalda y los labios llamativos en perfecta combinación con su atuendo. Era realmente hermosa, peligrosamente tentadora, una mujer que no se podía perder de vista ni un segundo, su absoluta belleza era impresionante y enamoraba fácilmente a cualquiera.
Los señores Miller, quienes estaban al lado de su gallardo e imponente hijo, sonrieron enternecidos por su claro y rotundo cambio. Aquellos ojos grises brillaban con intensidad, el amor desbordaba de ellos y eso solo les causaba una inmensa dicha como padres y más aún, al ver, que sus sentimientos eran claramente correspondidos por la preciosa musa de ojos verdes. Ellos se amaban con locura, de eso no les quedaba la menor duda.
Sus miradas se encontraron y los dos se sonrieron sin explicación alguna. Los segundos continuaron pasando y ninguno pudo apartar la vista del otro, la sonrisa seguía adornando el rostro de ambos y no parecía tener afán en desaparecer.
Kaitlyn, tampoco pudo evitar en reparar en el atuendo de él, quien también estaba guapísimo, lo que estaba de más decir, porque siempre lucía impecable, sin embargo, en esa ocasión, lo estaba más, porque ese traje de diseñador azul oscuro y a la medida, zapatillas de cuero café y faja a juego, destacaban su imponente altura y lo hacían aún más irresistible ante los ojos de cualquier fémina que lo mirase, además, esa noche, había un brillo especial en él, que destacaba su masculina y ya notoria belleza. Había muchas a su alrededor, admirándolo y deseando obtener una pizca de su atención, muriendo por conquistarlo y atraerlo a sus redes, no obstante, aquello era imposible, porque el corazón y la atención de Christopher Miller, ya habían sido robados por otra mujer.
A medida que avanzaba el evento, que por cierto, estaba resultando un rotundo éxito, el castaño se sentía desesperado e intranquilo, pues no había tenido ni una sola oportunidad para acercarse a Kaitlyn y con todos los lentes y la atención de los medios, puestos en él, era todavía más imposible acercársele, por lo que, tenía que guardar distancia, aún en contra de su voluntad, lo que era realmente complicado, porque cada vez, le era más difícil e insoportable, no poder demostrar lo que sentía. Sonrió discretamente al verla conversando con sus padres y eso le brindó una calma momentánea, porque aunque no podía estar a su lado en ese instante, disfrutando de su compañía, le encantaba saber, que sus progenitores le tenían mucho aprecio y que el afecto, era mutuo.
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Irresistiblemente Prohibido
Romance🥇 #1 en Categoría Atracciones 06/06/19 🥇 #1 en Categoría Admiración 18/01/23 🥇 #1 en Categoría Pasión 15/06/20 Cristopher Miller, es hijo de un empresario multimillonario, dueño de una Franquicia de telecomunicaciones reconocida a Nivel Internac...