Capítulo 2: Afán de aventura

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Hacía ya una semana desde que Hermione había llegado al castillo y también desde el incidente del tren. En Hogwarts, las clases habían comenzado con normalidad y nadie había mencionada nada sobre una sombra misteriosa en el Hogwarts Express, pero Hermione no podía quitársela de la cabeza. Le había prometido a Malfoy guardar silencio sobre lo sucedido, pero le estaba siendo muy difícil.

- Que no hable ¿de qué?, ¿de la sombra o de que le cogí la mano?

A la leona le dio un escalofrío.

- ¡Maldito estúpido! Ni que tuviera interés en contar que le toqué la mano a una serpiente.

- Hermione, ¿qué murmuras?

La leona se dio la vuelta en el acto, sobresaltada.

- Nada, nada, Katie – rio para quitarle hierro al asunto – Trataba de memorizar en voz alta el... primer capítulo de... – miró el libro que tenía más cerca – ¿Plantas Medicinales?

Katie comenzó a reír.

- Vale, vale, lo pillo. No es asunto mío. Te dejo seguir murmurando – y volvió a concentrarse en su lectura.

En efecto. Hermione Granger tenía por compañera de cuarto a Katie Bell, y la verdad es que le agradaba mucho su compañía, pues era una alumna aplicada casi tan trabajadora como ella. En más de una ocasión habían coincidido en la biblioteca y, siempre que Harry y Ron no estaban disponibles, Hermione y Katie hacían juntas los trabajos.

Sin embargo, no todo era color de rosa. Sus otras dos compañeras de cuarto eran Pavati Patil y... ¡Lavender Brown! Si la primera era entrometida, aunque buena persona, la segunda no tenía nada de buena chica.

Lavender se pasaba los días exhibiéndose por el castillo ante los chicos, como una gata en celo en busca de atención, y no desperdiciaba oportunidad para enterarse del más mínimo cotilleo y convertirse así en la más popular de Gryffindor, pues ¿qué noticia existía que ella no conociera?

- Vamos, Hermione – dijo de repente Brown con mirada maliciosa – No nos ocultes cosas a tus compañeras de cuarto, a tus amigas.

Hermione levantó las cejas, asombrada.

«¿Amigas? ¿Ella y yo? ¿Ha vuelto a fumar setas?», Hermione casi no podía creerlo, pero se obligó a tranquilizarse. «Ignórala, anda. Ya se cansará».

- No os oculto nada, Lavender – prometió – Te lo demuestro: ¿sabías que la artemisia absinthium, también conocida como ajenjo, es una planta medicinal que sirve para curas internas, para matar parásitos intestinales y para estimular el apetito?

Lavender entrecerró los ojos con mirada hostil y continuó sacando y metiendo ropa de su armario. Hermione sonrió para sí.

«Tal vez la próxima vez, Lavender».

* * *

A la hora de la comida, Hermione se reunió con sus amigos en la mesa de Gryffindor.

- ¡Hola, Ginny! – saludó la joven castaña – ¡Tenía ganas de verte! – y le dio un fuerte abrazo.

- Sé que no puedes vivir sin mí – sonrió la pelirroja.

- ¡Eh, aquí llega nuestra chica favorita! – exclamó George nada más verla.

- ¡Oye! – se quejó Ginny.

- Bueno, después de ti, por supuesto – corrigió el gemelo. Todos empezaron a reír.

- ¿Y qué tal fue el verano? Llevamos aquí ya una semana y aún no me habéis puesto al día de eso – Hermione tenía ganas de saber qué cosas interesantes habrían hecho sus amigos durante las vacaciones. ¡Los había echado tanto de menos!

Corazón de bruja (Draco, Hermione y Harry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora