Corazón de bruja (Draco, Hermione y Harry)

Capítulo 32: Sin prejuicios

¡Hola! Estoy de vuelta después de mil años. He estado liadísima con el máster y mil cosas más. ¡Una locura de ritmo loco! Pero bueno, por fin he podido escribir el siguiente capítulo, así que, aquí os lo dejo. Espero que os guste.

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Esa noche había luna menguante, pero las nubes la cubrían de tanto en tanto a su paso, oscureciendo por unos instantes el Patio de Transformaciones. Hermione estaba apoyada tras una de las columnas que formaban el centro del patio, preparada para esconderse en la oscuridad si algún profesor pasaba por allí durante su guardia.

Echó la cabeza hacia atrás y lanzó un sonoro suspiro. La verdad es que no podía parar de darle vueltas a todo desde hacía dos días: la encerrona en la fiesta de Lavenpedorra y Brujansy, el ataque del elfo-monstruo, la charla con Harry sobre sus sentimientos no correspondidos, la confesión de Malfoy, la evidencia de los sentimientos de Ginny por Harry...

«¡Ginny! Mi pobre Ginny...», pensó Hermione con angustia. «Espero que se recupere pronto».

La leona se llevó las manos a la cabeza y se masajeó las sienes. En la noche de la fiesta, por desgracia, todo había salido mal.

Flashback

La carpa se estaba desmoronando en mitad del Bosque. Las barras de hierro que sostenían el techo se habían derrumbado, llevándose consigo la tela que las unía. Chicos y chicas corrían desesperadamente hacia la salida sobre multitud de vasos rotos y bidones luminiscentes a punto de explotar.

- ¡Vamos, no podré aguantar mucho más! – se quejó Hermione, viendo menguar sus fuerzas – ¡Crabbe, Goyle! Malfoy os busca.

- Sí, le... le he... hemos visto – balbuceó Goyle entre risas – Él nos en... en...vía a la salida. Se ha... quedado con una... con una chica.

«¿Una chica?», pensó la leona, confusa. «¿Parkinson?».

Malfoy llegó en ese instante a la salida. De su espalda sobresalía la figura de una chica pelirroja desmayada.

- ¡Oh, no! ¡Es Ginny! ¿Qué le pasa? Malfoy, ¡¿qué le pasa?!

El Slytherin cogió a Hermione de la mano y tiró de ella. Pansy y Lavender acababan de salir, así como las últimas personas que quedaban en el interior.

- Granger, estará bien. ¡Salgamos de aquí!

Y salieron de la carpa justo en el momento en el que los últimos cimientos se derrumbaron, levantando una gran humareda de tierra y polvo que los cegó por un instante. La fiesta acababa de terminar.

- ¡Ginny! ¡Ginny! ¡Despierta! – Hermione se abalanzó sobre su amiga en cuanto Malfoy la depositó en el suelo. No era la única herida, ni la más grave, pero sí la persona que más preocupaba a la leona – ¡Por Merlín! ¡Que alguien llame al castillo! ¡Tiene mucha sangre!

Como por arte de magia, Harry, Ron y los gemelos Weasley empezaron a salir de su ensoñación y se acercaron a la escena.

- ¿Qué... le ha pasado? – preguntó Ron entre balbuceos – ¿Por qué duerme Ginny?

- ¡Dios mío! Ginny, despierta, por favor – Hermione la agitó con brusquedad, pero su amiga no respondía – ¡Malfoy! ¡Malfoy! ¿Dónde diablos la has encontrado? ¡¡Que alguien llame al castillo!!

- ¡Pansy, envía una señal al castillo! ¡Brown, espabila y atiende a los heridos! – ordenó Malfoy de repente y se inclinó al lado de Hermione – Granger, ¡cálmate! Me pones de los nervios.