Capítulo 8: Entre bastidores

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- Bienvenidos y bienvenidas al 3r Concurso de Belleza Miss Hogwarts convocado por el Club de la Moda de las Chicas de Hogwarts. Me llamo Sammy Lighter y seré vuestra presentadora – una chica extremadamente alta y delgada vestida de gala hablaba por un micrófono desde el centro del escenario que había aparecido en el Gran Comedor – Ante todo, queremos agradecer al director Dumbledore la cesión del comedor para el evento. Y también damos las gracias al profesor Severus Snape, que, muy caballerosamente, se ha ofrecido voluntario para presidir la mesa de los jueces.

Los ojos de todos los asistentes a la sala, que estaba abarrotada, se volvieron hacia la mesa de los jueces. Junto a las tres chicas que Hermione reconocía del día de la preselección, estaba sentado Snape, vestido con una túnica de gala y el pelo largo peinado hacia atrás.

En cuanto oyó las palabras de la presentadora, levantó su vista del libro que leía, asesinó a la chica con la mirada y retomó su lectura. Sammy se estremeció.

«Claramente, no se ofreció voluntario», pensó Hermione con un escalofrío.

- El concurso consistirá en cuatro pruebas en las que participan veinte preciosas concursantes – continuó Sammy – Al finalizar la tercera, se realizará una fase de eliminación en la que sólo quedarán cinco finalistas. Las pruebas son las siguientes: la primera, la prueba del traje de noche; la segunda, el modelo sport con complemento, en el que las concursantes deberán escoger un deporte y lucir la ropa apropiada; la tercera, el traje de baño; y la cuarta y más divertida: – Sammy hizo una pausa teatral – ¡el disfraz de animal junto con un acompañante masculino!

El comedor rompió en aplausos y aullidos y el bullicio inundó la sala.

- Señoras y señores, sin más dilación, ¡demos comienzo al concurso!

* * *

Hermione estaba entre bastidores, caminando de un lado a otro, sumamente nerviosa.

- No puedo hacerlo, no puedo hacerlo, no puedo hacerlo...

- Vamos, Herms. No seas tan dramática – Ginny se encontraba a su lado, retocándose el maquillaje ante un espejo improvisado – Lo vas a hacer genial. Al fin y al cabo, lo que cuenta es divertirse, ¿no?

Hermione la agarró del brazo y la obligó a mirarla.

- De verdad, Ginny, no puedo hacerlo – los ojos de la leona eran suplicantes. Ginny entendió que su amiga estaba verdaderamente aterrada.

- Está bien, Herms, vamos a hacer un ejercicio – dijo, tomándola por los hombros – Imagínate que el público está desnudo.

- ¿Qué? ¡No quiero ver a Dumbledore sin ropa!

- ¿Qué? ¡Ahh! ¡Dumbledore no! – las dos Gryffindor sacudieron la cabeza con energía – Ya no podré quitarme esa imagen de la cabeza.

- Voy a llorar.

- Está bien – intentó calmarla la pelirroja – A todo el público no. Sólo a los Slytherin, a los que nos caigan mal. Imagínatelos sin ropa y ya verás cómo se te olvida la vergüenza.

De pronto, la mente de Hermione volvió a alejarse del momento presente y se imaginó de nuevo a un rubio increíblemente sexy sin camiseta que sonreía apoyado contra el marco de una puerta, diciendo: «Ven a jugar con este huroncito, Hermione... Te enseñaré la serpiente».

- ¡¡Ahhhh!!

Hermione se alejó corriendo de su amiga y se acurrucó en el suelo tras una mesa.

Corazón de bruja (Draco, Hermione y Harry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora