Capítulo 26: Dos adioses

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- ¿Desde cuándo Pansy y Lavender son amigas? – Luna señaló a las dos chicas y tanto Ginny como Hermione se las quedaron mirando con curiosidad. Pansy y Lavender estaban al otro extremo del pasillo, hablando en susurros y anotando cosas en la libreta de Brown a toda prisa. Luego, Pansy sacó unos papeles y se los entregó a su nueva amiga, que los guardó enseguida en una carpeta.

- Bueno, Pansy es una bruja y Lavender es odiosa. En realidad, me extraña que no se hubieran hecho amigas antes – respondió Ginny, encogiéndose de hombros – Ya sabéis lo que dicen: Dios los cría y ellos se juntan.

- Mmm... no sé yo – Hermione ladeó el rostro, poco convencida – A mí esas dos murmurando me dan muy mala espina.

- ¿Sí? Eso tiene fácil solución.

Ginny se metió la mano bajo la falda del uniforme y sacó un libro fino con las puntas afiladas, lo alzó en el aire y cerró un ojo para apuntar en la distancia.

- ¿A quién me cargo primero? ¿A Brujansy o a Lavenpedorra?

- ¡Nooo, Ginny! ¡Para! – Luna y Hermione se abalanzaron sobre el brazo de Ginny y le quitaron el libro – Podrías hacerle daño a alguien.

- Esa era la idea.

- Y ¿desde cuándo afilas las esquinas de los libros? – la regañó Hermione, sorprendida y enfadada a partes iguales.

- Eso – quiso saber Luna, sacando una libreta y empezando a tomar nota – ¿Desde cuándo lo haces? ¿Cómo lo haces? Y ¿cómo evitas que los libros te arañen bajo la falda? – preguntó con interés.

- ¡Luna!

- Vaaaale. No intentaré imitarla – y cruzó los dejos mientras le guiñaba un ojo a Ginny, que se golpeó con la palma de la mano en la frente.

- ¡En fin! Deberíamos ir a comer – sugirió Hermione un tanto abatida – La verdad es que no estoy de humor para hablar de Pansy.

Ginny se guardó el libro y le pasó la mano por el hombro a su mejor amiga.

- ¿Lo dices por lo que pasó ayer? ¿Eso de que Pansy y Malfoy salen juntos?

La leona se encogió de hombros, pero no dijo nada. Después de las experiencias del día anterior, no sabía qué pensar respecto a Draco Malfoy. Le había costado tanto reunir fuerzas para ir a hablar con él y confesarle lo que sentía, se había esforzado tanto en averiguar qué había entre ellos, si él estaba jugando con sus sentimientos o si de verdad la quería, que después de ver todas sus esperanzas pisoteadas, no estaba segura de querer seguir adelante con el asunto Malfoy.

«Sé que Luna tenía razón. Sé que Malfoy siente algo por mí, estoy convencida. Las veces que me ha salvado, que me ha cuidado, sus miradas, sus celos, la noche en su dormitorio... Por mucho que haya pretendido ocultarlo, siente algo por mí. Pero eso, ¿de qué me sirve?», pensó Hermione con tristeza. «¿De qué me sirve saber que me quiere si él mismo no es capaz de darse cuenta de ello? Dijo que me deseaba, pero amar y desear son cosas distintas. ¡Soy una idiota por enamorarme de una serpiente! ¡De Malfoy nada menos! Me armo de valor para confesarle lo que siento, después de mil y una dudas y obstáculos y, al final, resulta que sale con Pansy». Hermione suspiró, totalmente abatida, destrozada, rota. «Supongo que para Malfoy, si hay que escoger entre los sentimientos y el linaje, la respuesta, por desgracia, siempre será el linaje».

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Corazón de bruja (Draco, Hermione y Harry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora