Corazón de bruja (Draco, Hermione y Harry)

Capítulo 27: Fiesta en el Bosque

- ¡Hermione, Ginny, esperad! Se me ha caído la cinta del pelo.

- ¿Dónde ha caído, Luna? Apenas se ve nada. Hay mucha niebla.

- ¡Vamos, chicas! ¡No os retraséis! – llamaron los gemelos Weasley, que iban un par de metros por delante – El Bosque no es seguro de noche. Hasta que no lleguemos al punto de encuentro, no estaré tranquilo – sentenció George.

- ¡La tengo! – gritó Luna – ¡Vamos! – y las tres amigas se apresuraron a alcanzar el paso de los dos apuestos pelirrojos.

Después de unos diez minutos caminando entre los árboles, los gemelos se detuvieron.

- Creo que es aquí. O eso pone la invitación.

Los cinco se dieron la vuelta y observaron entre los árboles a través de la espesa niebla. Ni un ruido, ni una voz, ni una luz o señal de que en aquel lugar hubiera alguien.

- Creo que nos han tomado el pelo – dijo Ginny, cruzándose de brazos – ¿Qué se puede esperar de esas dos brujas de Pansy y Lavender? ¡¿Para esto me he puesto mi vestido negro nuevo?!

- Tranquila, Ginny – Hermione le puso la mano en el hombro y tomó la tarjeta de las manos de George – Quizás no hemos interpretado bien las pistas. O puede que el lugar esté oculto y necesitemos una contraseña para entrar.

- Bien visto – Fred le guiñó el ojo a Hermione y le pasó el brazo por el hombro – Esa es mi conejita. ¿Qué se te ocurre?

La leona entrecerró los ojos y sopesó la situación. Ni Pansy ni Lavender eran demasiado inteligentes. O alguien las había ayudado o el hechizo tenía que ser más sencillo de lo que parecía.

- ¿Y si probamos con...?

- ¡Probaremos a mi manera! – gritó de repente Ginny en un arrebato – ¡Estoy enfadada! Vengo preciosa y nadie va a poder verme. ¡Voy a matar a esas dos arpías! Como estén espiándonos entre los árboles para reírse de nosotros, lo van a lamentar.

- Pero Ginny, – Luna se acercó a ella en tono conciliador – ¿qué piensas hacer?

- ¡Esto!

La pelirroja se metió las manos en el bolso y comenzó a sacar tomos de enciclopedia que parecían no tener fin. Alzó las manos en el aire y empezó a lanzarlos en todas direcciones, creando un verdadero escándalo en el bosque.

- ¡Ginny! ¡Para! Alguien podría oírnos.

- ¡Qué divertido! Yo también quiero – Luna comenzó a recoger los libros caídos de Ginny y empezó a lanzarlos a su lado – ¡Ataque lector!

- ¡Godzilla la ha poseído! – los gemelos Weasley se miraron aterrados entre sí – Vamos a morir.

- ¡Salid, arpías! ¡Salid! – gritaba la pelirroja sin parar de lanzar libros y con los ojos rojos llameantes – ¡Nadie se ríe de Godzilla!

De repente, uno de los tomos chocó en el aire contra algo invisible y cayó al suelo estrepitosamente.

- ¿Qué le ha pasado a ese? – los chicos se miraron entre sí, confusos – En esa zona no hay ningún árbol.

Hermione chasqueó los dedos y esbozó una amplia sonrisa.

- Lo he resuelto, chicos – buscó su varita entre sus ropas y pronunció un hechizo en latín – Homenum revelio.