Capítulo 21: Gran desmadre

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Las luces de colores, la tenue iluminación, la pista de baile... Todo lo que rodeaba a Hermione la hacía preguntarse cuántos secretos más ocultarían aquellos dos gemelos traviesos, y no era la única que se lo preguntaba. Ron, Harry, Ginny, Luna, Katie y Seamus estaban igual de fascinados, contemplando la pantalla gigantesca y las plumas-micrófono.

- ¿Y bien? – insistió George, tendiéndoles las plumas – ¿Nadie se anima?

Harry miró a Hermione de reojo y se sonrojó. Empezó a levantar la mano para ofrecerse, pero Ginny, que había leído sus intenciones en su imperceptible gesto, se lo impidió. De una patada, Ron salió volando hacia la pantalla y calló justo delante de los gemelos.

- ¡Aaaahh!

- ¡Qué amable, Ron! – comentó Ginny, fingiendo agradecimiento – Se ofrece voluntario para romper el hielo.

- ¡Perfecto! – aplaudieron los gemelos – Ahora sólo nos falta un rival.

- Venga, yo mismo – se ofreció Seamus, aflojándose la corbata y arremangándose la camisa azul y todos aplaudieron – ¿Y la canción?

- Es aleatoria – comentó Fred, dándole al botón de un control remoto que nadie sabía que tenía – Vuestra canción es... How long, de Charlie Puth.

Hubo una ovación general y el videoclip apareció en la pantalla con las primeras letras esperando a ser recitadas.

- Venga, Ron. ¡Démosle caña! – invitó Seamus y ambos empezaron a cantar.

Media hora después habían cantado ya tantas canciones que algunos empezaban a estar afónicos, pero ninguno quería parar. Hacía mucho que nadie iba a un karaoke, y también hacía mucho que no se reunían todos juntos, y a veces es necesario recordar el valor de la amistad.

- Chicas, cantemos las cuatro la de So What, de P!nk – propuso Ginny, entusiasmada.

- ¡Síiii! ¡Me encanta el rock! – corroboró Katie dando saltitos y las chicas se abalanzaron hacia los micros.

Toc toc toc.

La sala se quedó de repente en silencio y todos se volvieron hacia la puerta.

- ¿Nos habrán oído?

- Imposible; la sala está insonorizada.

- ¿Quién falta?

- Angelina y una amiga suya, que avisaron de que llegarían tarde – explicó Fred – También faltaba Dean. Deben ser ellos.

Fred se acercó a la puerta y pidió la contraseña. La voz de Angelina sonó desde el otro lado y el pelirrojo les abrió.

- ¡Eh, chicos, bienvenidos! – dijo, acogiendo a los tres miembros nuevos – Empezaba a pensar que no vendríais.

Angelina, su amiga Laura y Dean se encogieron de hombros y señalaron a sus espaldas.

- Hemos tenido un pequeño problemilla – murmuró Dean, avergonzado – Alguien nos descubrió por el camino.

Justo en ese instante, docenas de chicos y chicas de la casa Gryffindor aparecieron en el umbral, con comida, bebida y vestidos de fiesta.

- A mí también me han seguido – murmuró Laura, y aparecieron un par de docenas de alumnos de la casa Hafflepuff.

- ¡Hola, tíos! Gracias por montar esta fiesta.

Corazón de bruja (Draco, Hermione y Harry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora