Capítulo 28.

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Maratón 2/3.

Una semana después...

Dinah's POV.

Eres una estúpida.

La dejaste ir.

Idiota.

Suspiré pesadamente. Pensar en Normani era lo único que había hecho esté mes. Mi mente me recriminaba mi error, mi gran error, pero ya no había algo que hacer. Mi orgullo era mucho más grande.

-Muy bien, señorita Hamilton.-el abogado miró a Normani, antes de sonreír levemente.

Mi mirada no se apartaba de Normani. Se veía perfecta con ese vestido blanco. Lo intentaba, intentaba concentrarme en algo más, pero simplemente no podía.

-Firme aquí.

La voz del hombre me trajo devuelta a la realidad. Estábamos firmando nuestro divorcio. Era todo, se había acabado, y tal vez para siempre.

Ella sin pensarlo dos veces, y para mi pesar, firmó. Me dio una rápida mirada, antes de suspirar y apartarla.

Dolía.

-Señorita Hansen.-llamó mi atención.-Firme aquí, por favor. Así podremos hacer el divorcio legal.-me entregó un bolígrafo, mientras dejaba la hoja frente a mí.

Miré rápidamente a Normani. Ella también lo hizo.

-¿En serio quieres hacer esto?-pregunté. Fría, directa y seria. Sabía que lo odiaba, pero no quería verme débil frente a ella.-Ni siquiera trabajas. ¿De qué vivirás?-ataqué.

-Señorita...-el abogado intentó intervenir.

Genial, Dinah. Sigue arruinándolo.

Su mirada se mostraba ofendida e indignada. Nunca pensó que sería capaz de decirle algo como eso.

-Para que te quede claro, Dinah.-habló, molesta, muy molesta.-No deberías preocuparte por mí. Ya no somos nada.-se cruzó de brazos y apartó la mirada.-Firma eso de una vez, quiero irme-bufó.

Notaba el dolor y la ira de voz. Yo era la causa de ese maldito dolor.

Sin más, asentí y firmé. No me sentía bien. Sentía como un vacío iba creciendo en mi pecho.

La había perdido.

-Es tu problema...-murmuré, dándole la hoja al abogado, quien era expectante de toda nuestra disputa.

Normani suspiró, parecía haberse quitado un peso de encima. ¿Realmente lo sentiría así?

-Muy bien...-habló el abogado, cuidadosamente y se aclaró la garganta.-, el divorcio está hecho, señoritas.-sonrió a medias, mientras se acomodaba su corbata.

-Espere.-le detuve.-¿No tengo que dejarle nada a ella?-miré a Normani, quién abrió la boca y frunció las cejas. Estaba furiosa.

matrimonio por contrato. » norminah. [TERMINADA].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora