Capitulo 8

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Capitulo 8

Julieta POV

Después de haber preparado todos juntos la comida. Nicolás, también. Por increíble que parezca. Si, señores yo también me sorprendí.

Comimos, y no había silencio. Por el contrario nos reímos, contamos anécdotas. Y me atreví a observar a Nicolás, nunca antes lo había visto reír tan despreocupadamente, sus ojos azules parecían brillar. Pero antes nunca me había fijado en el. Y el tipo realmente era condenadamente sexy. Si lo mirabas bien parecía salido de una revista. No dudo de por qué la mayoría de las chicas estén locas por él. De vez en cuando nuestros ojos se encontraban, y las sonrisa a parecían. Parece que en realidad no lo odiaba tanto.

La comida había pasado rápido. El se disculpo y dijo que tenía cosas que hacer. Quedamos que nos reuniríamos el martes para seguir con el trabajo.

Después de eso recogimos todo, limpiamos y ahora estábamos sentadas en la sala.

-Esto fue raro –dice de repente Laura.

Frunzo el seño.

-¿Qué fue raro? –pregunto.

-Pues esto –dice señalando con sus manos- la comida –yo sigo sin entender y Melisa al parecer también- comida… nosotras… Nicolás… ¡tú! –dice mirándome.

Ah… ya.

-Ya entendí –digo.

-Estoy de acuerdo –dice Melisa pintándose las uñas- jamás pensé que Nicolás se quedaría a comer con nosotras. Porque tú lo odias. –dice apuntándome con el dedo.

Rodé los ojos.

-Te recuerdo que tu lo invitaste –dije resaltando el “tu”- ¿Qué mas querías que hiciera? ¿Que lo echara?

-Bueno pero hay que admitir, que fue simpático –dice Laura.

-No se ustedes a mi me cae bien –afirma Melisa.

Yo bufo. Un día y ya tenía a mis dos amigas en el bolsillo. Genial.

-A ti todos te caen bien –digo- A ver –suspiro- cambiemos de tema. ¿Cuando empiezan a hacer sus trabajos?

-Me reúno el lunes aquí con Ángel –explica la rubia- se lo pregunte y el acepto. ¿No les molesta, cierto?

Melisa y yo negamos con la cabeza.

-¿Y tú? –pregunto a Melisa.

-Armando me llamo y…

La interrumpí.

-Ya sabemos, te pusiste histérica cuando llamo –dije aguantando la risa.

Ella nos mira molesta.

-Debiste ver tu cara cuando gritabas y después viste a Nicolás sentado….- se carcajeo Laura.

La verdad su rostro había sido todo un poema. A ella le gusta Armando.

-Tontas -dijo Melisa y me tiro un cojín- Ay dios –dice mirando sus uñas- me arruine la manicura. Todo por su culpa.

-Tu lavas esto –le digo señalando el cojín donde hay restos de su pinta uñas de color rojo.

Ella se levanto y antes de desaparecer nos grito o más bien a mí:

-Pero bien que te gusto comer con Nicolás.

Escuche su risa. Abrí la boca sorprendida.

Laura reía. La mire molesta.

Lo Que Nunca PenséDonde viven las historias. Descúbrelo ahora