Capitulo 45

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Nicolás POV

Estaba deseando llegar al dichoso lugar al que íbamos para dejar de escuchar el parloteo incesante de Marie. Es mi hermana y la adoraba pero en días como hoy hubiera deseado que se olvidara de mi existencia.

-¡Nicolás! –exclamo y su voz molesta me trajo de vuelta de mis pensamientos aun con el punzante dolor de cabeza, en realidad estaba a punto de dormir sobre el volante. Marie debió a haber pensado en eso, en su seguridad antes de haberme despertado nada delicadamente- ¡No me estas escuchando! –la mire de reojo exasperado.

-No puedes culparme –le dije doblando en una esquina- Estoy que me caigo de sueño como para escuchar sobre tu cita con Iván –gruñí al pensar en esa idea.

-Pues agradecerme, de lo contrario aun estarías tumbado en la cama a estas alturas –sonrió victoriosa.

Le eche malos ojos.

-¿Dónde está tu noviecito cuando se lo necesita? ¿Ya se cansó de ti?

Marie me dio un golpe y refunfuño molesta:

-No digas tonterías. Él es encantador –hice una mueca de asco ante su tono meloso.

-Lo dudo.

-Tenía un almuerzo con su padre que regreso de viaje –comentó ella ignorando mi comentario- Así que deja de quejarte, dormir mucho no es bueno.

-Eso era lo que quería, dormir y olvidar –murmure bajando la voz. Estaba desecho, física y emocionalmente, la cabeza estaba a punto de estallarme y me dolía el corazón.

-¿Olvidar? –pregunto mi hermana dulcificando la voz. Mierda, no debí haber dicho lo que dije.

Negué con la cabeza.

-Llegamos –anuncie deteniendo el auto y dejando en el parqueadero de la dichosa heladería Amandau.

-Nicolás... -llamo Marie pero me baje del auto.

Pronto escuche el sonido de la puerta abrir y cerrarse.Marie se interpuso en mi camino y me detuve resoplando.

-Nicolás...

-Olvídalo, Marie –sujete mi cuello sin querer mirarla.

-¿Porque te emborrachaste de ese modo? Estabas para dar lástima.

Mire hacia abajo sintiéndome miserable. La borrachera del siglo que me pegue no evito que hoy olvidara todo lo que anoche ocurrió. Lamentablemente no podía decir que no recordaba nada, ya que era mentira.Perdí el control de una forma escandalosa.

Mis celos nublaron mi juicio, en realidad nunca pude manejarlos, estos aparecen ante la presencia de mi pelirroja y se volvían incontrolables al saber que con cada día que pasaba Julieta se alejaba más de mí, me volvía loco.

Tal vez ya estaba loco, locamente enamorado de ella.

-Nicolás, nunca te he visto así. Me preocupas –susurro Marie- Puedes confiar en mí.

Pude percibir el ruego en su voz, ella quería entender y yo quería sacar esto de mí, aunque se tratará de mi hermanita.

-Cometí un error –la mire a los ojos- Y al parecer es lo único que se hacer.

Marie me abrazo, seguro me veía ridículo pero la apreté contra mí necesitando ese acercamiento.

-No digas eso, Nicolás –musito alejándose y mirándome- Todos cometemos errores.

Asentí.

-Créeme que yo estoy pagando muy caro los míos.

Ella me miro con pesar, miro sobre mi hombro.

Lo Que Nunca PenséDonde viven las historias. Descúbrelo ahora