Lo Que Nunca Pensé

Capitulo 30

Capitulo 30

Julieta POV

-Espero que te estés divirtiendo enana.

Enana, repetí en mi cabeza. Me gustaba como sonaba eso en sus labios.

Nada me hubiera sorprendido más en la vida que encontrarme a Nicolás aquí, en la puerta del baño de una discoteca. Jamás podría confundir  esa voz.

Voltee lentamente hasta tenerlo frente a mí. Mi respiración se atasco en mi pecho cuando lo vi. Estaba tan increíblemente guapo, parecía un modelo salido de una revista. Mi ojos lo observaron y al ver su ojos azules me di cuenta que estaba enojado. Enojado no, furioso.

Hice lo imposible por recuperarme de la impresión y hablar.

-Nicolás –dije- ¿Qué haces aquí?

El se cruzo de brazos y me miro con una expresión impasible.

-Lo mismo que tu –ladeo la cabeza- ¿Qué haces tu bailando con ese imbécil?

Fruncí el seño, y entendí que el me vio bailando con Iván, el cual debía ser el imbécil. Aun cuando quise evitarlo sentí una pequeña felicidad ¿Acaso el estaba celoso? ¿Nicolás celoso?

-Iván –dije al final. Tampoco el tenía que hablarme así- Y eso precisamente Nicolás: estaba bailando.

No hizo ningún movimiento pero su mandíbula se tenso.

-No juegues conmigo –dijo despacio, un escalofrió me recorrió. Nunca antes lo había visto así.

-No estoy jugando. ¿Qué es lo que quieres?

El descruzo los brazos y se enderezo.

-¿Te gusta?

-¿Qué? –dije confundida.

-Ese tipo, el tal Iván. Te gusta… por eso no quieres darme una oportunidad.

Lo mire sin parpadear ¿Eso pensaba? Pero si esa era la manera de que el se alejaría de mi…

-Si –dije despacio. El camino de forma amenazadora hacia a mí. Mi corazón latió rápidamente mientras él estaba justo delante de mí.

-¿Estas saliendo con él?

Alce mis ojos para verlo, aunque con lo tacones le llegaba cerca del cuello.

-¿Estas celoso? –dije con un poco de burla.

Hizo una pausa antes de hablar.

-Muy celoso. ¿Estás con él o no? –su voz parecía sonar contenida.

Lo mire estupefacta, jamás en la vida hubiera imaginado esto posible, el estaba aceptando que estaba realmente celoso. Al final dije:

-Ese no es tu problema.

El dio otro paso que yo retrocedí. El pasillo era tan angosto que choque con la pared detrás de mí.

-Tú sabes perfectamente que lo es. ¿Por qué haces esto?

Sentía que el aire me faltaba, estaba a un palmo de mi rostro.

-¿De qué hablas?

-No te creo. Tú no tienes nada con él. ¿Porque te niegas a darme una oportunidad?

-Porque estoy con Iván –dije aunque era la mayor mentira que había dicho, con cada palabra y su cercanía mis defensa oscilaban- ¿No lo entiendes?

El negó con la cabeza, sus brazos se instalaron a cada lado de mi, dejándome encerrada entre la pared y el.

-No, no lo entiendo.