Capitulo 12

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Capitulo 12

Julieta POV

Paro enfrente de una enorme verja en segundos esta se abre dejando espacio para entrar en un camino de piedras, lo seguí guiando mi auto. Giramos en un círculo rodeando una ¿fuente? Pues si… es una fuente. ´

Y llegamos en frente de la casa… o bueno decir casa es un insulto mejor… una mega mansión. Había escalones precedidos por pilares que nos llevaban a la gran puerta principal.

Nicolás bajo y yo hice lo mismo, con los nervios a flor de piel.

-¿Nerviosa? –pregunta el riendo.

Ignoro su pregunta.

-¿Cómo es tu madre? –pregunto subiendo los pocos escalones hacia la puerta.

-Ya la conocerás –dice el abriendo la puerta.

¡Por dios!... Nicolás necesito más información que un misterioso y simple “ya la conocerás”.

¡Ya que!

Suspiro y entro detrás de él.

 Mis ojos se acostumbran a la luz del interior. Pude observar las paredes de un color beige, con cuadros de artistas desconocidos para mí. Retratos en la pared. A mi derecha se encontraba una gran sala y al frente la escalera e forma de caracol bastante largo.

Esta gente sí que tiene dinero. Solo espero que no sean tan estirados porque… Estar aquí no es buena idea.

-Nicolás –digo. El se voltea a mirarme- creo qué…

Una voz me interrumpe.

-¿Nicolás? –pregunta la voz de una mujer.

El se gira a mirar a la mujer rubia y elegante que parece salir de una habitación de la izquierda. ¿Ella es su mama? Una mujer por los cuarenta, rubia con uso ojos azules... ya sé de donde Nicolás tiene esos ojos. Es realmente hermosa.

-Madre –dice el acercándose a darle un beso en la mejilla a la mujer- Ven –se gira a mirarme- Ella es Julieta una amiga.

Ella me mira directamente a los ojos. Y luego esboza una sonrisa, camina lentamente y me da dos besos.

 ¿Qué rayos?

-Es un placer –dice con una sincera sonrisa- ¿Enserio eres su amiga? –Dice- porque este hijo mío casi no tiene amigas… sino...

-¡Mamá! –exclama Nicolás con indignación.

Yo sonrió. ¿Qué amigas va a tener Nicolás? Si es todo un rompecorazones. No se le escapa una. Excepto yo claro. ¡Ja!

-Si señora Sanders –digo ya que Nicolás no se digno a decirme su nombre- Solo amigos y es un placer conocerla.

-Cariño, no me llames señora –ríe- no soy tan vieja ¿o sí?

-oh… No… claro que no.

-Bueno, entonces solo llámame Antonia.

Asiento.

-Ah... Su casa es realmente hermosa.

-Gracias –dice.

Nicolás se acerca hasta nosotras.

-¿Dónde está Marie? –pregunta.

-Está arriba –dice y empieza a caminar hacia la gran escalera- la llamare.

-OK –dice Nicolás.

Se voltea a mirarme con una sonrisa. Yo suspiro.

-¿No fue tan malo? ¿O sí? –pregunta.

Lo Que Nunca PenséDonde viven las historias. Descúbrelo ahora