«10»

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SKY

Luke me había arrebatado mi chaqueta y había visto todas las marcas que mi padre me había dejado por no haber llevado el dinero que se suponía debía ganar.

— ¿DÓNDE ESTA EL DINERO? —Sus gritos retumbaron por el lugar y sus manos comenzaron a apretar mis brazos.

—Me asaltaron... —Mentí. —Cuando estaba viniendo unos jóvenes me asaltaron, intenté correr pero me alcanzaron y no pude detenerlos, lo juro. —Su mano impactó con fuerza en mi mejilla.

— ¡ERES UNA IDIOTA! —no pude evitar sollozar. — ¡AHORA DEBERÁS TRABAJAR EL DOBLE! —comenzó a sacudir mi cuerpo con fuerza. —¿DEBERÉ ENSEÑARTE COMO SE DEBE HACER ESTO? —me lanzó al suelo y comenzó a desabrochar su cinturón.

—No... No por favor. —solloce — ¡NO!

No pude contener mi dolor y rompí en llanto frente a Luke, por más que intentará cubrir mis heridas siempre saldrían a la luz.

—Sky... ¿Qué te sucedió? —Me tomó de las mejillas y me aferro a su cuerpo, solloza a con fuerza contra su pecho, me sentía tan pequeña, tan frágil... —Tranquila, por favor, tranquila Sky. —Comenzó a depositar pequeños besos en mi cabello y sus manos acariciaban mi espalda con mucha delicadeza. —Cálmate, por favor...

Su voz comenzaba a darme paz, mis sollozos comenzaban a disminuir a medida que el tiempo pasaba y sus caricias jamás acababan.

Todo el lugar se encontraba en silencio, levante mi cabeza para encontrarme aquella mirada azulada que anteriormente me miraba con lujuria y que en aquel momento me miraba con preocupación.

—Lo siento... —Me disculpe —Lo siento mucho... —Las lágrimas volvían a salir y el rápidamente las retiro de mi rostro y deposito un pequeño beso en mi frente.

—No te disculpes Sky... Tu no tienes la culpa.

Si tan solo supieras...

—Yo... Me... Me asaltaron cuando regresaba a mi casa. —Volví a mentir, por más que deseara gritar a los cuatro vientos lo que en verdad sucedía, sabía que jamás podría y que todo acabaría mal.

—Dios, malditos infelices. —Comenzó a mirar mi rostro viendo todas y cada una de las marcas nuevas. —Joder... No te dejaré irte sola nunca más. —Comenzó a inspeccionar mis brazos. —Es mi culpa, debí haberte llevado. —lo tome del brazo y el me miró a los ojos.

—No es tu culpa que yo sea débil.

—Es mi culpa por no haber hecho lo correcto Sky, las princesas no deben andar solas en un mundo tan peligroso como lo es este. —su mano me acaricio con suavidad y yo la tomé cerrando mis ojos y dejándome llevar.

Sentir su tacto tan suave contra el golpe en mi mejilla me hacía sentir que el dolor era posible de extinguirse. Aunque sabía que jamás se iría ni que jamás acabaría.

Abrí los ojos y vi aquellos ojos azules que me observaban con tanta atención. Llevé mi mano a su mejilla y me acerque a sus labios para dejar un pequeño y fugaz beso.

No sabía por qué lo había hecho, cuando me separé de él sentí miedo de su reacción, sentí miedo de ser rechazada. Para mí sorpresa no fue así.

Me tomó de la nuca y comenzó a besarme con lentitud, la suavidad de sus labios, el sabor de mi labial y el gusto a cerveza de sus labios se mezclaban creando un nuevo, exquisito y adictivo gusto llamado "Paraíso".

El beso no parecía tener fin, mis manos fueron a su cuello y comencé a acariciar su cabello. Sus manos fueron a mi cintura y comenzó a recostarme sobre el sofá.

Nuestros labios se separaron por la falta de aire que en aquel momento odie con todo mi ser. Sus ojos viajaron de mis labios a mis ojos y viceversa.

El se separo de mí sin decir palabra y extendió su mano hacia mi. La tome y me guió escaleras arriba hasta la habitación.

Trague saliva al ver la gran cama en el centro de aquella habitación, la puerta se cerró detrás de mí y lo miré, el tomo mi mano y me guió hasta la cama.

El se sentó y yo apreté mis labios nerviosa. Sabía que tendría que hacerlo, quise acercar mi mano al tirante de mi vestido pero el la tomó con rapidez. Lo miré intrigada y el me acaricio con delicadeza.

—No. No lo haremos. —Sentí un nudo en mi garganta al oír aquellas palabras, en mi cabeza me odiaba por que sabía que había perdido el único empleo que podía liberarme del demonio y que no me hacía sentir tan mal. —Quiero que descanses, quiero.... —Trago saliva —Quiero que duermas conmigo Sky... —su mirada estaba en nuestras manos, yo asentí algo confundida y el sonrió de lado.

Ambos nos acomodamos en aquella gran cama con las ropas que poseiamos, ambos nos encontrábamos de costado mirándonos al rostro. Acercó su mano a mi brazo y comenzó a acariciarlo, delineando con su pulgar cada moretón que tenía.

—No dejaré que te vuelvan a dañar pequeña. —Su cuerpo se acercó al mío y me envolvió en sus brazos. —No lo permitiré... —Cerré mis ojos y me deje llevar por el cansancio y su delicioso aroma.

Por primera vez me sentía bien, me sentía a salvo, por primera vez dormía sin miedo alguno...

(...)

Abrí mis ojos y vi a Luke dormir con tanta tranquilidad, me despegue de sus brazos con cuidado de no despertarlo y camine hacia el sofá de la habitación donde se encontraba mi chaqueta.

A su lado logre divisar su billetera con dinero dentro, un impulso dentro mío me pedía que lo tomara, que lo hiciera. Estire mi mano pero la aleje, retandome a mi misma. No podía, no podía hacerle eso.

—Sky... —Me di la vuelta asustada y lo vi detrás mío. — ¿A dónde vas?

—Yo... Debo regresar a mi casa. —Lo mire avergonzada.

—Yo te llevaré, no dejaré que te vuelva a suceder algo. —Yo trague saliva y asentí levemente. —También te daré el dinero que te han robado. —Hablo tomando su billetera y sacando todo el dinero de esta.

—Pero...

—Sin peros. —Lo tome con miedo y el sonrió.

Acercó su cuerpo al mío y lo miré a los ojos, me pare de puntillas y sin duda alguna lo bese, no por el dinero, no fue agradecimiento. Fue por impulso...

Sky © |lrh| ➋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora