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SKY

—Me vuelves loco Sky... —Sus labios recorrían la piel de mi cuello mientras me recostaba sobre el sofá y se acomodaba sobre mí. —No me importará ir al infierno si sé que tú quieres muñeca...—mordí mi labio y me deje llevar.

Atrape su cintura con mis piernas y comencé a acariciar su cabello, sus labios parecían quemar mi piel con cada beso. Comenzó a moverse sobre mí generando una exquisita fricción entre ambos.

—Oh Daddy... —gemí en su oído. Él separó su rostro de mí y me miró con una sonrisa la cual se desvaneció rápidamente al juntar nuestros labios.

Nuestro beso era hambriento, nuestras manos comenzaban a recorrer el cuerpo del otro, rápidamente tome el borde de su remera y con su ayuda se lo saque.

Quede completamente atónita al ver aquel cuerpo bien trabajado, mordí mi labio y lo volví a besar. Sus manos comenzaban a sacarme mi remera hasta dejarme en sostén. Rápidamente bajo sus manos a mi cintura la cual comenzó a acariciar hasta llegar a mi trasero.

—Daddy... —gemí en su oído, sentía mi cuerpo a una temperatura tan alta, me encontraba en un nivel de placer que nunca había logrado conocer.

Sus labios recorrían mi cuello y clavículas dejando marcas y perdiéndose entre mis pechos. Lo aparte levemente para bajar mi pantalón y quedar solo en ropa interior frente a él.

Su mirada parecía penetrante en cada parte de mi ser, me lancé sobre él dejándolo recostado sobre el sofá. Comencé a besar su cuello, bajando por su abdomen y acariciando hasta llegar a él borde de su pantalón.

Sin quitarle la mirada de los ojos desabroche su cinturón con lentitud. Baje sus pantalones y me encontré con aquel gran bulto formado en sus boxers que amenazaban en romperse.

Relamí mis labios y comencé a jugar con el borde de los mismos, no podía evitar sonreír con maldad. Sus ojos desesperados posados sobre mis manos eran tan placentero como sus manos sobre mi cuerpo.

Sin dudar los baje de un tirón y su erección salió disparada, gritando por ayuda.

Si algo me había servido haber vendido mi cuerpo es saber que a los hombres les encanta una buena mamada mirando directamente hacia sus ojos.

Apoye mis manos sobre su miembro y un suspiro pesado salió de sus labios.

—Sky... No debes... Oh dios... —movía mis manos de arriba hacia abajo mientras dejaba pequeños besos sobre la punta. Sus manos apretaban el sofá, parecía contenerse mucho.

Comencé a enredar mi lengua alrededor de su miembro y comencé a succionar, por primera vez no me sentía sucia de hacer aquello, por el contrario solo quería que jamás acabara aquel momento.

Maldiciones y gemidos roncos salían de sus labios, sus ojos peleaban por mantenerse abiertos para mirarme pero no lo lograba al tirar su cabeza hacia atrás.

Baje una mano hacia mí entrepiernas y no pude evitar tocarme sobre mi ropa, estaba demasiado mojada.

El me vio y me tomó de los brazos para alejar mis manos tanto de su cuerpo como el mío. Me atrapó entre sus brazos y sonrió.

—No quiero ser el único que disfrute hermosa. —dejo un pequeño beso en mis labios y comenzó a bajar por todo mi pecho.

Sus manos fueron a mi espalda donde tomaron con rapidez el gancho de mi sostén, rápidamente lo saco dejándolo suelto.

Lentamente me recostó para tener más acceso a mi piel. Comenzó a tironear de mis pezones con delicadeza logrando que gimiera, me sentía en un mar de placer y no podía evitar en pensar en las diferencias que tenía con aquel que me había hecho sentir sucia.

Llevó sus manos a mi cadera y me miró a los ojos. Sabía que quería mi aprobación, así como sabía que lo deseaba con todo mí ser.

Me incline hacia sus labios y lo bese con fuerza, rompiendo el beso con una mordida.

—Hazlo Daddy... Quiero sentirte... —Sus ojos viajaron de mis labios a un encuentro con mis ojos y sonrió.

—Todo lo que mi niña desee. —me recosté nuevamente y de un tirón me desprendió de mi última prenda.

Luego de buscar en sus pantalones un condón y colocárselo, comenzó a dejar pequeños besos por todas mis piernas hasta llegar a mi centro, paso su dedo por mi intimidad y un suspiro salió de mis labios.

Una risa salió de sus labios y volvió a unirlos con los míos, bajo su mano hasta su miembro y comenzó a rosarlo en mi entrada.

No pude evitar separar aún más mis piernas, agradecía eternamente que su sofá era bastante amplio. Comenzó a introducir la punta con lentitud, mis manos comenzaron a apretar su espalda y mis labios no paraban de devorar los suyos.

De un tirón entró por completo en mí y es que me encontraba completamente lubricada.

—Ahh... Daddy... —rompí el beso al gemir y el me miro.

— ¿Te hice daño hermosa? —Podía notar su preocupación, algo que jamás había visto en el rostro de mis clientes.

—Muévete... Por favor... —El comenzó a moverse con lentitud, era tan suave y tan cuidadoso.

La habitación comenzó a llenarse de gemidos continuos y el ruido de nuestros cuerpos chocar con fuerza a medida que la suavidad se perdía y el deseo se apoderaba de ambos.

—Daddy... ¡Más! —mis brazos estaban debajo de los suyos sujetándome por sus hombros, el ritmo acelerado me estaba guiando a mi preciado orgasmo.

— ¡MALDICIÓN! ¡SKY! —Su cuerpo estaba tan tenso y se marcaba con cada estocada que me daba.

De un momento a otro ambos encontramos nuestra liberación, se sentía bien, había podido sentir el placer, había sentido felicidad, y lo más importante, me había sentido distinta a todas las noches que había vivido.

Nuestras respiraciones estaban completamente agitadas, nuestros cuerpos estaban sudados y agotados. Salió con cuidado de mí y se levantó del sofá, tomó unas sábanas y cubrió mi cuerpo, me hice a un lado dejándole espacio y él se acomodó.

Su mirada estaba fija en la mía, tanto el como yo teníamos una sonrisa en nuestros labios.

—Ha sido increíble. —Acaricio mi mejilla con su pulgar y no pude evitar dejarme llevar.

Sin duda alguna había sido la mejor noche de mi vida...










👀👀👀👀
Oficialmente tenemos contenido +18
😏😏😏
Y es solo el comienzo. 👅

Bueno, nada.

❤️Los amo ❤️

Sky © |lrh| ➋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora