Sky © |lrh| ➋

«12»

Maraton 1/2
SKY

Me acomodé en mi asiento y mire al pizarrón con aburrimiento, estaba cansada y con sueño.

¿Acaso no podían comenzar las clases un poco más tarde? ¿No era que los humanos necesitábamos dormir 8 horas como mínimo? La vida era tan injusta.

—Hola Sky. —levante mi vista y vi a mi mejor amiga con una sonrisa de oreja a oreja. — ¿Cómo estás?

—Hola Molly. —La mire extrañada. — ¿Sucede algo?

—Mmm... No. —Se sentó sobre la mesa y me miró aún con su sonrisa que comenzaba a incomodarme — ¿A ti te sucede algo interesante?

—Mme... No. —Era demasiado extraño su manera de mirarme.

— ¿Estas segura Sky? ¿Acaso no quieres contarme que sales con alguien? —Abrí los ojos de par en par. —Tal vez... Con el señor Hemmings. —me miró coqueta.

—Yo no estoy saliendo con el señor Hemmings, solo limpio su casa. —Trague saliva nerviosa, quería sonar lo más normal posible.

—Oh vamos Sky, te vi irte con el otro día, también los vi en la tienda. —Ella sonrió. — ¿Están saliendo?

— ¡No! Solo me pidió que lo acompañara a hacer unas compras.

—Aja. —me miró con picardía. —Vamos amiga, no debes mentirme, sabes que no diré nada. ¿Eres su amante?

— ¡No! Él se separó de su esposa pero no soy su amante, solo soy su empleada de limpieza.

— ¿Le limpias el suelo a cuatro patas?— me miró de manera pervertida y yo bufé. —Es broma tontita. —me abrazo. —Ahora entiendo por qué la pregunta de cómo conquistar a alguien.

—No Molly, Luke no me gusta, es mi jefe y además es mayor.

—A mí me gustan mayores, esos que llaman señores. —Comenzó a cantar y yo me cruce de brazos. A veces podía ser muy irritante. —Hay amiga. —Se sentó a mi lado. —No tiene nada de malo si te gusta.

— ¡Que no! —La mire cansada, puesto que era la verdad.

Luke no me gustaba, solo era mi jefe. Era atractivo pero no estaba interesada en él, aunque sonaba cruel, solo me importaba mantenerlo cerca por la paga que recibía.

Por otro lado también sabía que no debía sentirme mal, él me quería solo por mi cuerpo, por eso me había pedido salirme del antro. Era algo recíproco, ninguno buscaba amor, solo era conveniencia.

—De acuerdo, de acuerdo, no te insistiré. —me miró con una sonrisa. — ¿Crees que esté buscando novia? —la mire extrañada. —Estoy buscando a alguien y Luke es muy atractivo.

— ¡No!—Ella me miró extrañada. —Es decir, no creo que esté interesado en buscar a alguien por ahora.

—Oh, ya veo. —Me miro con picardía. —Tranquila, no te quitaré al señor Hemmings. —suspire y ella río. —No tiene nada de malo que te guste. No es tan viejo.

—Tienes razón, lo descubriste. —Mentí —Si, me gusta. —Sabía que Molly no se detendría y no podía dejar que descubriera que era la empleada sexual de Luke, por lo tanto debía mentirle diciendo que sentía algo por el para que evitará indagar más.

— ¡Lo sabía! —me miró contenta. — ¿Ya te declaraste?

—No Molly, no lo haré, a pesar de que el me guste necesito el empleo. Tal vez esto será igual que todos, tan solo un amor platónico.

—oh Sky. —Me abrazo —Estoy segura que este no será así. No si él es quien siente algo por ti.

— ¿Cómo lo sabes? —La mire a los ojos.

—Por qué vi cómo te miraba cuando fuiste a su auto. Jamás vi tantos deseos en un mar azul.

— ¿Deseos?

—Una llama de pasión. Y sé que donde hay deseos pasionales, hay amor escondido.

—Crees que él me quiere... Emm...

—Oh vamos, hasta yo te quiero dar Sky, eso no es novedad. —Yo reí y la abrace.

—Eres la mejor amiga Molly.

—Lo sé, soy genial. —Ambas reímos, sin duda alguna Molly era una de las mejores personas que podía tener en mi vida.

(...)

—Hola señor Hemmings. —Le sonreí cuando el abrió la puerta.

—Hola Sky, lamento no haber podido irte a buscar, espero que no te haya molestado que Lucio haya ido por ti.

—Para nada, no debía molestarse, es el camino hasta aquí.

—No dejaré que vengas sola, no luego de lo que te pasó. —Lo mire a los ojos y el me miró de una manera muy tierna. —No dejaré que te lastimen Sky. —Su mano tocó mi mejilla y sus caricias volvían a provocar aquel efecto en mí. No podía evitar cerrar mis ojos y disfrutar.

—Señor Hemmings... —susurre y lo mire, él sonrió y tomó un sobre.

—Tengo algo para ti. —Me entregó el sobre y lo abrí.

—Son las fotografías de ayer... —Hablé mirándolas.

—Eres hermosa Sky y no pude evitar pedir dos copias. —alce mi vista para encontrarme con su mirada puesta en mí.

—No necesita las fotografías señor Hemmings. —las deje a un lado junto a mi mochila y tome sus manos para colocarlas en mi cintura. —No las necesita si me tiene aquí... —me pare de puntitas y lo tome de sus hombros.

—Sky... —Sus manos comenzaron a acariciar sobre la tela de mi ropa.

Sabía que estaba jugando con su cordura, pero también que sabía que era la única manera de mantenerlo a mi lado.

Odiaba tener que hacerlo, odiaba tener que jugar con la mente de la gente para ganar dinero, pero quería huir, quería irme tan pronto como fuese posible de mi padre.

—Pídame lo que sea señor Hemmings... Pídamelo y lo haré... —Podía ver en sus ojos aquella pasión de la que Molly me hablaba, aquella lujuria, aquel combate entre lo correcto y lo deseado.

—Eres una buena niña...—Su mano comenzó a bajar hasta el borde de mi falda la cual comenzaba a estirar. —Quiero que bailes para mí Sky, baila para Daddy muñeca...

—Con gusto Daddy... —lo separe de mi cuerpo logrando que cayera al sillón. Mordí mi labio y lleve mis manos a mi camisa la cual comencé a desabrochar.

La prenda cayó al suelo dejándome con mi falda y mi sostén frente a él, me di la vuelta y baje mi falda exponiendo aún más mi cuerpo, quedando con mis últimas dos prendas.

Camine hacia él y me acomode entre sus piernas, sus ojos se habían vuelto tan oscuros y llenos de deseos. Lo tome de la corbata y acerque mis labios a los suyos.

Él me tomó de la nuca y comenzó a rosarlos, pasando su nariz por mi cuello, aspirando mi perfume como si de oxígeno se tratase.

—Te deseo Sky... Te deseo tanto que quema...

—Solo hágalo señor Hemmings... —trague saliva —Hágame suya por favor...