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Maraton 2/3

Luke

Le había propuesto matrimonio a Sky y ella había aceptado. Sabía que era pequeña aún y que tenía tiempo para pedírselo, pero quería hacerlo, quería que supiese todo lo que ella me hacía sentir y todo lo que significaba para mí.

Sky me había atrapado como un ángel desde el primer momento que la vi en la entrada de mi casa. Cuando la tuve frente a mis ojos con aquel rostro tan angelical, con sus alas dañadas simplemente me jure que la cuidaría, que haría hasta lo imposible por su felicidad.

Sky era todo lo que deseaba y una vida junto a ella era más de lo que merecía pero aun así lo quería, quería que él mundo supiese que esa joven de ojos azules y mirada llena de esperanza era el amor de mi vida.

Luego de pedir su mano todos cenamos en un lujoso restaurante había invitado a Molly y Michael a estar presentes en mi pedida de mano, quería que todos estuviesen presentes en aquel momento tan importante de mi vida, incluso mi madre.

Sky le había caído tan bien, no dejaba de repetirme lo increíble que era mi ángel, mi pequeña princesa. Luego de la cena todos se fueron y yo llevé a Sky a su casa. Jade me había dado la oportunidad de estar a solas con Sky en mi casa mientras mi madre dormía en casa de Sky.

Llegamos a la casa entre besos feroces y llenos de pasión. Anhelaba tanto hacerla mía, demostrarle todo lo que era capaz de causar en mí, hacerla sentir la reina del maldito mundo con tan solo tocar su piel.

La cargue entre mis brazos hacia la cama y la recosté con delicadeza, me deshice de mi corbata y volví a sus labios.

Sus manos fueron a mi camisa comenzando a desabrocharla con desespero, adoraba como sus labios se movían batallando sobre los míos. Comencé a descender mis besos a su cuello y ella gimió.

—Te amo tanto Luke... —Habló entre jadeos.

Su pecho subía y bajaba con fuerza al igual que el mío, estábamos tan hambrientos de deseo, tan solo queríamos tener nuestros cuerpos pegados, sintiendo nuestras pieles, sintiendo cada beso, cada rose, cada marca de amor.

Lleve mis manos al borde de sus pantalones y se los baje con impaciencia, le quite su remera y volví a besarla. Ella llevó sus manos a mi espalda y las metió dentro de mi pantalón tocando mi trasero con fuerza. Adoraba lo atrevida que se volvía al estar en la cama.

Baje mis besos a sus pechos y corrí el sostén para dejar sus pezones expuestos, comencé lamerlos, succionarlos e incluso morderlos mientras me deleitaba con sus gemidos.

—Oh dios... Daddy... —levante mi vista al ver como se retorcía del placer debajo de mí. Comencé a moverme con fuerza contra su centro generando fricción entre ambos y ella se aferró con fuerza a mi cuerpo. —Ahhh... Dios...

—Maldición Sky... —mordí su cuello y otro gemido salió de sus labios. —Me vuelves loco. —ella sonrió y atrapó mis labios, me recostó a su lado y comenzó a quitarme los pantalones hasta dejarme completamente desnudo.

Se quitó el sostén, se colocó entre mis piernas y me sonrió con lujuria. Tomo mi miembro entre sus manos y comenzó a masturbarme.

—Oh dios... Sky... —gemí al sentir como acariciaba la punta de mi miembro con su pulgar, acercó su rostro y dio una pequeña lamida por toda mi longitud. —Maldición...

Ella sonreía complacida ante mis reacciones, se veía tan cliente verla con mi miembro entre sus manos y sus ojos sin despegarse de los míos.

Comenzó a chutar con fuerza y yo comencé a gemir continuamente, me estaba haciendo sentir tan bien, la separe de mi miembro y la tomé de las caderas para lograr que quedara a gatas sobre mí. Tomé su trasero con fuerza y corrí la tela de sus bragas para comenzar a lamer y succionar con fuerza.

Ella seguía chupando mi miembro sin piedad alguna, su boca caliente y pequeña me estaba llevando al mismo infierno, sus gemidos ahogados y su movimiento de caderas sobre mi boca me estaban guiando al mejor orgasmo de mi vida.

—Daddy... —gimió —Me vengo... —di unas cuantas lamida más y la deje a un lado recostada boca arriba. La desnude por completo y me acomodé entre sus piernas.

Atrape sus labios con desespero y comencé a entrar en ella, sus manos se aferraban a mi espalda mientras movía sus caderas contra mi cuerpo. Comencé a moverme con fuerza rompiendo el beso por nuestros gemidos.

—Daddy... Dios... Daddy... Si... —Le tome de la cintura y comencé a levantarnos hasta quedar sentados, baje mis besos por su cuello dejando varias marcas.

—Te amo Sky... Te amo demasiado... —gemí en su oído sin contenerme.

—Yo también te amo Daddy... —atrapó mis labios nuevamente y comenzó a moverse con fuerza sobre mí, nos recostados nuevamente y la tomé de sus caderas guiando sus movimientos dejando que llevara el control. — ¿Te gusta Daddy? —Habló mordiendo su labio.

—Maldición Sky... Si... Me encanta amor. —Le di una nalgada y ella dio un salto en respuesta.

—Oh dios... Hace eso otra vez... —suplico aferrándose de mis hombros. Volví a darle otra nalgada y volvió a saltar.

— ¿Te gusta princesa? —La tome del cabello y acerque la piel de su cuello a mis labios. — ¿Te gusta que te de nalgadas?

—Si... Dios... ¡Si! Castígame Daddy... Castígame muy duro por favor... —oírla hablar sucio tan solo encendían aún más mis sentidos.

La tome de las caderas y comencé a moverme con fuerza, quería verla correrse sobre mí, quería llevarla al cielo así como ella me llevaba a mí al infierno.

—Daddy.... Daddy... No aguanto... —sollozo tirando su cabeza hacia atrás.

—Vamos princesa, córrete para mí...

— ¡LUKE! —Tiro su cabeza hacia atrás y aferro su agarre en mis hombros, su cuerpo se contraída reteniendo mi miembro con fuerza y llevando a mi orgasmo.

—Maldición... Sky... —me moví una sola vez más y comencé a correrme.

Sin duda alguna había sido una noche increíble, estaba agitado y cansado, ella se acercó con una sonrisa a mis labios y me beso.

—Te amo Sky...

—Yo también te amo Luke. —dejo un pequeño beso y comenzó a moverse.

—Mmm... ¿Sky?

—Quiero más Daddy, mucho más... —Hablo mordiendo mi labio.

—Oh pequeña, te daré más...

Sky © |lrh| ➋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora