Maratón 1/2
SKY—Sky... —Puse mi dedo en sus labios y sonrei.
—No diga nada señor Hemmings, solo quiero cumplir sus órdenes.
Acaricié los cabellos de su nuca y alce mi pierna a su cintura, el rápidamente la tomó y no pude evitar generar fricción contra su pantalón.
—Oh dios...—un pequeño jadeo salio de sus labios.
Acorralo mi cuerpo contra la pared del cubículo y acerco su rostro al mío, si respiración y la mía comenzaron a a mezclarse y nuestros labios comenzaban a abrirse.
—No puedo Sky... No puedo... —intentó alejarse pero lo impedi tomando su nuca y pegando sus labios a los míos.
El correspondió no beso con lentitud hasta que separe nuestros labios con una sonrisa.
—Si puede señor Hemmings...
—Dime Daddy. —Hablo con una voz más ronca.
—De acuerdo, Daddy. —Mordí mi labio y sonreí. Lo tenía en mi mano.
—Eres una buena niña, quiero que bailes para mí Sky, baila para Daddy muñeca...—Sus labios volvieron a acercarse a los míos y yo le correspondi, rápidamente bajo sus labios a mi cuello y comenzó a dejar besos con desesperación.
—Bailare para ti Daddy, haré todo lo que desees. —un gemido salio de mis labios y el me miró con picardia.
—Me descontrolas pequeña... —llevo su mano a mi mejilla y comenzó a acariciarme con delicadeza. —Deseo tantas cosas, pero este no es el lugar adecuado... —se alejo de mi y me miro con picardia. —Llevaremos ese traje, quiero que esta noche lo uses. —Sin nada más que decir salio del probador.
Mi corazón comenzó a golpear con fuerza, estaba sudando de nervios y el calor que había aparecido repentinamente en aquel lugar.
Luego de cambiarme salí y el ya tenia la bolsa en su mano, ambos nos fuimos entre risas que confundían a la dependienta.
—Bien, vamos por algo para comer. —fuimos al patio de comidas y pedimos dos hamburguesas.
Luego de encontrar un lugar para sentarnos nos acomodamos y comenzamos a almorzar.
—Me intrigas demasiado Sky. —Yo lo miré —Tan pequeña en un mundo tan... Negro.
—A veces debemos aceptar nuestro destino, tal vez la vida no tiene color rosa para algunas personas, ni siquiera cuando piensas que la tormenta puede irse. —El me miró con tristeza y tomó mi mano.
Me sorprendía demasiado lo grande que era, me hacía sentir más pequeña de lo que era, más vulnerable, más frágil.
—Tal vez estas tan cegada de dolor que no logras ver que hay cosas buenas y tan solo las tomas como malas o ni siquiera las tienes en cuenta. —yo suspire y el me tomo de la barbilla para mirarlo a los ojos. —Puedes confiar en mi Sky.
Tenía tantos deseos de gritar al mundo el dolor que cargaba, pero no podía, simplemente todo el miedo me era aún mayor, era tan grande y tan fuerte que podía controlarme a su gusto.
—Soy una adolescente. —Hice una mueca de lado —Dramatizo como tal sin pensar, tal vez tienes razón, tal vez la vida no es una mierda como dices... Tal vez al crecer vea cosas que ahora no. —fingí una sonrisa de lado y el suspiro.
—No te obligare a que me digas algo que no quieras. —Yo asentí y el volvió a su comida.
El almuerzo se terminó en silencio, luego de aquello fuimos hasta su casa nuevamente, me intrigaba mucho saber por qué no se encontraba Colin.
— ¿Por qué Colin ya no está? —Lo mire intrigada, el se sentó sobre su sofá y yo me acomode a su lado.
—Nos separamos. —Suspiró. —Me estaba engañando con un amigo mio, llegué a mi casa y ambos estaban revolcándose en mi cama.
— ¿Aún la amas?
—Odiosamente si, es algo que no puedo controlar como quisiera.
Me sorprendía demasiado con la simpleza que decía sus palabras y a la vez la confianza que tenía en mi para decirme algo que claramente le estaba afectando.
No quería aumentar la incomodidad y decidí darle lo que podría gustarle en aquel momento. Me subí a su regazo y comencé a dejar pequeños besos en su cuello mientras acariciaba sus brazos con delicadeza.
Sus manos me sostenían de la cadera mientras que podía oír su respiración comenzar a aumentar.
—Sky... —Su voz estaba ronca, me tomo de las mejillas y me separo de su cuello haciendo que lo viera a los ojos. —Cálmate pequeña, no quiero que pienses que lo hago todo el día. —Rio levemente.
—Seguro y lo deseas. —lo mire con picardia y me acerque a sus labios.
— ¿Dónde quedó tu inocencia? —Comenzó a rosar nuestros labios.
— ¿Donde quedó tu resistencia señor Hemmings? —tome su labio en un pequeño beso el cual lo acabe tironeando su labio con lentitud.
—Créeme que intento controlarme, pero tu me lo haces tan difícil. —Sus manos subieron a mi cintura y comenzó a acariciarme con delicadeza. —Esta noche...—mi corazón latió con fuerza. —Me volveré el enemigo de dios por tocar tu piel. —Sus manos comenzaron a bajar acariciando mí cuerpo descendiendo hasta mis muslos y perdiéndose en el borde de mi falda.
No pude evitar sentir una corriente recorrer mi cuerpo, tarde o temprano eso debía suceder, debía entregarme, debía caer en su cama.
Por más feo que suene, era la realidad, debía entregar mi cuerpo por unos cuantos billetes...
(...)
Camine por la vereda viendo la noche caer, tenía que dar lo mejor de mí por conservar a Luke.
Me detuve frente una tienda donde había ropa muy elegante, un vestido tan rojo como la sangre y tan oscuro como la noche me atrapó de inmediato.
Mire el dinero que Luke me había dado y volví mi vista al vestido. Oí a mi lado una voz y sonreír...
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Sky © |lrh| ➋
Fanfiction-Dime Daddy. -De acuerdo, Daddy. -Eres una buena niña, quiero que bailes para mí Sky, baila para Daddy muñeca. Secuela de Jade *Historia terminada y pendiente a corrección de errores* Historia con contenido explícito y temática Daddy Kink, si no...