Sky © |lrh| ➋

«18»

SKY

Me mire al espejo y suspire, tome nuevamente el maquillaje y comencé a aplicar otra capa sobre los golpes.

Mi padre me había golpeado por no haber llevado dinero y tenía que verme con Luke. No podía decirle la verdad, si se lo decía, mi padre era capaz de obligarme a dañar a Luke por su dinero y era lo que menos quería hacer.

Prefería mil veces recibir los golpes a dañar a el hombre que había hecho sentir especial aunque fuese por un tiempo.

Acomode mi vestido y salí de la casa, comencé a caminar rumbo a la cafetería donde lo vería. Al llegar, comencé a buscarlo, pero no lograba verlo.

— ¿Buscabas a alguien hermosa? —Me sobresalte al oír su voz, rápidamente me di la vuelta y sonreí.

—Señor Hemmings. —me tire a sus brazos y le di un cálido abrazo. —No logré reconocerlo, no estoy acostumbrada a verlo con ropa de ese estilo.

—Lo sé, ¿Te gusta mi estilo de chico malo? —me guiño el ojo y reí.

—Le queda muy bien señor Hemmings, resalta su esencia juvenil. —Ambos reímos.

—Tú te vez hermosa como siempre Sky. —me tomo la mano y no pude evitar sonrojarme. —Tu belleza es natural, no necesitas de todo ese maquillaje que llevas puesto.

—Yo... ¿Me veo mal? —Me puse nerviosa y baje rápidamente la vista. —Lo siento...—Hablé apenada.

—No, para nada, luces increíble, hermosa, pero pienso que no deberías usar tanto maquillaje, tú cautivas a cualquiera como eres sin necesidad de maquillaje. —me tomo del mentón y me hizo mirarlo a los ojos.

Frotó su dedo contra mi mejilla y cerré mis ojos, adoraba tanto aquel gesto, su tacto siempre lograba tenerme bajo su poder, incluso había olvidado el hecho de que estábamos en público.

Me separe lentamente y le sonreí sonrojada.

—Ven, compremos helados y vamos a hacer unas pequeñas compras. —Yo asentí y lo seguí. — ¿Qué gustos quieres?

—Frutilla y Chocolate. —Hablé mirando el cartel lleno de gustos.

—Yo, vainilla y chocolate. —completo sacando dinero su billetera, rápidamente lo detuve y saque dinero de mi cartera de mano.

—Tome, cóbrese. —evité que pagará y Luke me miró extrañado. —No quiero que siempre pague todo señor Hemmings.

—Eres increíble Sky. —Me sonrió y el empleado nos dio nuestros helados. —Gracias. —Ambos comenzamos a caminar. —No debías molestarte Sky, no me molesta pagar lo que quieras.

—No me gusta ser así señor Hemmings, no quiero que piense que me aprovecho de usted.

—Jamás te vería así Sky. —El detuvo su paso y me tomó la mano. —Yo me ofrecí a pagar todo por ti y eso haré. Solo quiero que seas feliz y no tengas que volver a ese infierno.

—En verdad se lo agradezco señor Hemmings. —Le sonreí. Él se acercó hacia mí y se inclinó, me abrazo por la cintura y yo me sostuve de sus hombros. —Señor Hemmings.... Estamos en publicó... —Hablé intentando contener la cordura, el tener su rostro tan cerca de mí me hacía deseas sentir sus labios otra vez.

—No me puedo resistir Sky... Por más que lo intente... —roso nuestros labios. —no me puedo resistir... Me tienes atrapado Sky, tú eres mi mayor pecado. —intente alejarme pero mis labios se unieron a los suyos sin piedad alguna.

No podía negarlo, estaba entregada a su tacto, a sus besos, estaba atrapada en sus encantos.

JADE

—Te ves increíble amor —Niall me tomo de la cintura y unió nuestros labios.

—Tú también te vez muy guapo. —Le sonreí. —Me pone celosa que todas las empresarias te miren con deseo. —me cruce de brazos y el me aferro más a su cuerpo.

—Oh, mi reina —río y deposito pequeños besos en mi cuello. —No tienes por qué, soy solo tuyo Jade, y tú solo mía. —Sus besos volvieron a mis labios y poco a poco iban aumentando su intensidad. —Me vuelves loco Jade, si no estuvieras en tus días te haría mía en este instante.

—Mmm... Daddy... —Mordí mi labio y le di un pequeño beso. —Te amo galán.

—Yo te amo mucho más mi reina. —Nuestras sonrisas no se borraban de nuestros rostros.

Era tan lindo poder decir que, a pesar de todos los obstáculos, aquel hombre era muy esposo, el padre de mis hijos y el amor de mi vida.

—Mmm... Vamos, no quiero que piensen que estamos haciendo cosas raras en el baño. —El movió sus cejas insinuándose y yo le pegue levemente en el hombro. —Tonto.

—Valió la pena. —Río.

Ambos salimos del baño de aquel elegante lugar donde era la fiesta de empresarios. Nos encontrábamos en Chile para arreglar unos negocios, luego de allí partiríamos a Los Angeles.

Niall tomó dos copas y me dio una a mí, tome un sorbo y mire a la gente a mi alrededor, todos elegantes y felices, incluso pude distinguir niños, entre ellos una pequeña niña no más de 10 años con un vestido rosa.

Mi mente se llenó de recuerdos, mi pequeña princesa, mi dulce niña, mi bebita.

—Oh, sí son Niall Horan y Jade Tomlinson. —una mujer se nos acercó con una sonrisa amistosa.

Cabello castaño, arrugas en sus ojos y una capa bastante gruesa de maquillaje. A su lado se encontraba una joven de unos 20 años, morena y con un vestido rojo pegado a su delgado cuerpo.

—Señora Lobos, es un placer volver a verla. —Niall beso su mano y yo le sonreí en forma de saludo. — ¿Cómo se encuentra su familia?

—Mejor que nunca Niall, mi hermana ha recibido el mejor regalo del mundo. Verás, mi sobrina, Marie, ha regresado luego de 8 años.

—Eso es una gran sorpresa. —Sonrió Niall —Pero, ¿Qué sucedió?

—La pequeña Marie fue secuestrada en nuestro viaje de vacaciones a Los Angeles cuando ella tan sólo tenía 15 años. Estuvo trabajando en un prostíbulo desde entonces, una de sus compañeras, le dio el dinero suficiente para pagar los pasajes para volver a su hogar.

—Oh por dios... —no podía contener las lágrimas y comenzar a sollozar en silencio.

Saber que había tantos casos como el de mi hija, me partía el corazón. Pero algo bueno podía sacar de aquello y era el conocer a la joven y obtener información de aquella red.

—Al menos ahora está en su hogar. —Habló Niall con un suspiro. Me miró y me aferro a su cuerpo.

— ¿Aún no han logrado localizar a la pequeña? —Niall negó levemente. —Les aseguro que ya la hallarán, nunca pierdan la fe, verán que Skyler volverá.

—Eso esperamos. —la mujer tomó mi mano y dejo un pequeño papel. —Toma Jade, quiero que veas a mi sobrina, toda información puede ayudarlos. —Mire el papel y volví mi vista a sus ojos —Nunca lo olvides... Volverás a ver a tu hija....

Oie tú.
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